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Abbas ayuda a Israel a enterrar sus crímenes de guerra

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducido para Rebelión por Marwan Pérez

Cuando parecía que la Autoridad Palestina en Ramallah (Palestina) y su líder Mahmoud Abbas no podían hundirse más bajo por su complicidad con la ocupación israelí de Cisjordania y el bloqueo criminal de Gaza, Ramallah ha asestado otro duro golpe al pueblo palestino.

La delegación de Abbas ante las Naciones Unidas en Ginebra (que representa oficialmente a la moribunda Organización de Liberación Palestina) retiró su apoyo a una resolución que pedía al Consejo de Derechos Humanos que remitiese el informe del magistrado Richard Goldstone sobre los crímenes de guerra en Gaza, al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para tomar acciones. Aunque la Autoridad Palestina actuó bajo la presión de EE.UU., hay fuertes indicios de que los intereses comerciales de los palestinos y de los empresarios del Golfo, estrechamente vinculados a Abbas, jugaron también un papel importante.

El informe Goldstone de 575 paginas pone en evidencia con documentos impactantes los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad cometidos por Israel durante el asalto del pasado invierno en la Franja de Gaza, matando a 1.400 palestinos, la gran mayoría no combatientes y cientos de ellos niños. El informe también acusa al movimiento palestino de la resistencia, Hamas, de crímenes de guerra por disparar cohetes contra Israel que mataron a tres civiles.

El informe Goldstone fue elogiado como un hito por los palestinos y los defensores de la justicia en todo el mundo; pide que los sospechosos sean llevados ante los tribunales internacionales para juzgar su responsabilidad, si Israel no puede procesarlos. Israel, nunca en su historia ha pedido responsabilidades a sus líderes políticos y militares por cometer crímenes de guerra contra los palestinos.

Israel, totalmente aterrado con el informe, ha movilizado todos sus recursos diplomáticos y políticos para desacreditarlo. En los últimos días, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu afirmó que si el informe es aprobado sería «un golpe severo a la guerra contra el terrorismo», y «un golpe fatal para el proceso de paz, porque Israel ya no será capaz de tomar medidas adicionales y asumir riesgos para la paz si se le niega su derecho a la autodefensa».

Como era de esperar, un aliado en la campaña por la impunidad israelí es la Administración de Obama, cuya embajadora ante la ONU, Susan Rice, expresó tener «graves preocupaciones» sobre el informe y tildó las indicaciones de Goldstone como «desequilibradas, parciales y básicamente inaceptables». (Rice estaba actuando fiel a su palabra, en abril dijo al periódico Político que una de las razones principales de la Administración Obama para unirse al Consejo de Derechos Humanos era luchar contra lo que llamó «la basura anti-israelí.»)

Goldstone, cuya hija calificó públicamente a su padre como un sionista que ama a Israel, es un ex juez del Tribunal Supremo de Sudáfrica y un jurista internacional muy respetado. Fue el fiscal jefe ante los tribunales de crímenes de guerra de las Naciones Unidas para Rwanda y la ex Yugoslavia.

Que el informe Goldstone fue un duro golpe a la habilidad de Israel para cometer crímenes de guerra con impunidad está fuera de toda duda; esta semana, impulsado por el informe, abogados en el Reino Unido pidieron a un tribunal la emisión de una orden de detención por la visita del ministro de defensa israelí Ehud Barak. Esta acción no tuvo éxito, pero el gobierno de Israel ha tomado medidas extraordinarias en los últimos meses para tratar de proteger a sus funcionarios de la justicia, temiendo que el éxito de las detenciones sea sólo una cuestión de tiempo. Junto con la campaña internacional cada vez mayor de boicot, desinversión y sanciones, el miedo de terminar en La Haya, parece ser la única cosa que hace que el gobierno y la sociedad israelí reconsideren su camino destructivo.

Se podría pensar que los que se describen como representantes del pueblo palestino no iban a desaprovechar este arma; sin embargo, de acuerdo con el embajador de Abbas, Ibrahim Khraishi, la Autoridad Palestina de Ramallah replegó sus esfuerzos ante la petición de los norteamericanos, porque «No queremos crear un obstáculo para ellos».

La excusa de Khraishi de que la resolución simplemente se aplaza hasta la primavera no es aceptable. A menos que se tomen medidas ahora, el informe de Goldstone será enterrado, y para entonces las pruebas de los crímenes de Israel – necesarias para las actuaciones judiciales – pueden ser más difícil de recoger.

Esta última entrega se produce a menos de dos semanas desde que Abbas apareció en la cumbre de Nueva York con el presidente de EE.UU. Barack Obama y Netanyahu, donde Obama retiró su demanda de que Israel detenga la construcción de asentamientos judíos en tierras palestinas ocupadas. También bajo presión de EE.UU, la Autoridad Palestina retiró su compromiso de no reanudar las negociaciones a menos que la construcción de asentamientos se detuviese, y aceptó tomar parte en estas «conversaciones de paz» con Israel, mediadas por los Estados Unidos. Israel, por su parte, anunció sus planes para construir en Cisjordania el asentamiento más grande desde 1967.

Lo que hace esto aún más irritante es la posibilidad real de que la AP esté ayudando a Israel a lavarse las manos de la sangre derramada en Gaza por algo como es la ganancia financiera de empresarios estrechamente vinculados a Abbas.

The Independent (Reino Unido) informó el 1 de octubre:

«Shalom Kital, un asesor del ministro de Defensa Ehud Barak, dijo hoy que Israel no liberará una frecuencia de radio solicitada hace tiempo por la Autoridad Palestina para permitir el lanzamiento de una segunda compañía de telecomunicaciones móviles, a menos que la AP deje de presionar para que soldados y oficiales israelíes terminen en el banquillo por la operación israelí». ( «Los palestinos llaman » chantaje» a la amenaza israelí sobre el servicio de telefonía,» The Independent, 1 de octubre).

Kital añadió que era una «condición» que la Autoridad Palestina retirase sus apoyos al avance del informe de Goldstone. La compañía telefónica, Wataniya, fue descrita en abril pasado por Reuters como una «compañía respaldada por Abbas», una empresa conjunta entre Qatar y los inversores de Kuwait y el Fondo de Inversión Palestino en el que uno de los hijos de Abbas está participando estrechamente. Por otra parte, Reuters reveló que la nueva empresa al parecer no tenía escasez de capital debido a que los inversores del Golfo reciben millones de dólares de «ayuda de EE.UU. en forma de garantías de préstamos destinados a los agricultores palestinos y de otras pequeñas y medianas empresas» (ver «ayuda de EE.UU. va a la empresa telefónica palestina respaldada por Abbas», Reuters, 24 de abril de 2009).

Apenas un día antes que la delegación de Abbas retirase su resolución en Ginebra, Nabil Shaath, el «ministro de exteriores de la AP», denunció la amenaza israelí sobre Wataniya como «chantaje» y prometió que los palestinos nunca lo aceptarían.

La traición de la Autoridad Palestina al pueblo palestino sobre el informe de Goldstone, así como la continuación de su «coordinación de seguridad» con Israel para suprimir la resistencia y la actividad política en Cisjordania, debe desterrar toda duda de que es un brazo activo de la ocupación israelí, que hace un daño tangible y creciente al pueblo palestino y su justa causa.

Ali Abunimah es autor de «Un solo país: una propuesta audaz para poner fin al impasse palestino-israelí», y co-fundador de The Electronic Intifada,

Fuente: http://electronicintifada.net/v2/article10807.shtml