El Gobierno de emergencia impulsado por el presidente palestino, Mahmud Abbas, a espaldas de Hamás empezó a funcionar ayer tras la toma de posesión de sus ministros. Para ello fue necesario que Abbas firmara un decreto que deroga la disposición que obligaba al Ejecutivo a contar con la aprobación del Parlamento, controlado por el movimiento […]
El Gobierno de emergencia impulsado por el presidente palestino, Mahmud Abbas, a espaldas de Hamás empezó a funcionar ayer tras la toma de posesión de sus ministros. Para ello fue necesario que Abbas firmara un decreto que deroga la disposición que obligaba al Ejecutivo a contar con la aprobación del Parlamento, controlado por el movimiento islámico. Un segundo decreto presidencial declaró ilegales la Fuerza Ejecutiva y las milicias de Hamás.
El Gobierno de emergencia creado por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, tomó ayer posesión a pesar de la oposición del cesado primer ministro Ismail Haniyeh y de Hamás. Mientras, continuaba la confusión tanto en Cisjordania como en el paso fronterizo de Erez, donde se agolpaban cientos de palestinos para salir de la Franja de Gaza.
Salam Fayyad, el nuevo primer ministro nombrado por Abbas, que se hará cargo también de las carteras de Finanzas y Exteriores, y once ministros más tomaron ayer posesión jurando sus cargos ante Abbas y marcaron como sus dos principales objetivos el levantamiento del embargo impuesto por la comunidad internacional tras la victoria electoral de Hamás y la restitución de la seguridad en los territorios palestinos ahora divididos.
Para Abbas, el nuevo Ejecutivo impulsado por él tras disolver el de unidad nacional es el Gobierno de todos los palestinos. «Éste es nuestro Gobierno, el del pueblo palestino en Cisjordania y Gaza», afirmó el presidente. El líder de Al Fatah aseguró estar dispuesto a aplicar la ley y el orden, «porque hay una autoridad, una ley y una sola fuerza de seguridad en todas las zonas de nuestra patria, en Cisjordania y Gaza».
Fayyad insistió también en que su Gobierno es el de todos los palestinos, el de todos los territorios palestinos, y prometió reestablecer la seguridad y poner fin al caos en Gaza y Cisjordania. En sus primeras palabras tras su investidura, Fayyad se comprometió a «trabajar sistemáticamente, con las manos limpias», para recuperar el control y devolver la estabilidad a la región. Admitió que restablecer la seguridad «será difícil, pero no imposible» y, entre las primeras medidas adoptadas, anunció la congelación de las cuentas bancarias del Ejecutivo encabezado por Haniyeh.
Decretos contra Hamás
La toma de posesión sólo fue posible gracias a uno de los dos polémicos decretos promulgados ayer por Abbas. En el primero de ellos derogó la disposición que obligaba al Gobierno palestino a contar con la aprobación del Parlamento. El poder legislativo está en manos de Hamás desde que en enero de 2006 ganara por mayoría absoluta las elecciones generales, por lo que sería imposible lograr la aprobación de la Cámara para este Gabinete afín a Al Fatah.
En un segundo decreto presidencial, Abbas ilegalizó la Fuerza Ejecutiva y las milicias de Hamás, al responsabilizarles de haber dado un»golpe militar contra la legitimidad palestina y sus instituciones». La Fuerza Ejecutiva es el cuerpo policial creado por el Ministerio del Interior palestino, en manos de Hamás, para ejercer de contrapeso a la Guardia Presidencial.
Este segundo decreto especifica que «cualquiera involucrado en estos grupos será castigado, de acuerdo con la ley y con las órdenes derivadas del estado de emergencia».
Mientras, Hamás calificó de «ilegal e ilegítimo» el nuevo Gobierno. Su portavoz en la Franja de Gaza, Ismail Radwan, señaló que «no lo reconoceremos y no trabajaremos con él».
Legitimidad
También el primer ministro del Ejecutivo de unidad nacional, Ismail Haniyeh, insistió desde Gaza en que su Gobierno sigue siendo el legítimo Gobierno palestino. «El Consejo de Ministros considera sin base jurídica los pasos dados por el presidente, Mahmud Abbas. El Gobierno de unidad palestino afirma aquí que vamos a cumplir con nuestras obligaciones de acuerdo a la ley», afirmó.
En aparente respuesta a los decretos de Abbas, Haniyeh destituyó al jefe de Seguridad Interna y al director general de la Policía palestina en la Franja, una medida simbólica ya que ambos se encuentran en Cisjordania.
El negociador jefe palestino, Saeb Erekat, reconoció ayer en declaraciones a la CNN que la ANP no posee en este momento la fuerza militar necesaria para «recobrar» la Franja de Gaza e insistió en que Gaza y insitió en que Gaza y Cisjordaria «son un único territorio» con un único «legal y oficial», encabezado por Fayyad.
En la misma cadena, el portavoz de Hamás, Ahmed Yousef, señaló que Haniyeh sigue siendo «el primer ministro legítimo» y recalcó que en Gaza reina «la seguridad, la calma y la estabilidad».
Ante esta situación, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, afirmó que el nuevo Gobierno es una «oportunidad» para dar nuevos pasos hacia la paz. «Tenemos una nueva oportunidad que no habíamos tenido desde hacía mucho tiempo. Un Gobierno que no es Hamás -indicó-, es un socio».