Activistas palestinos incendiaron ayer un puesto de Policía en la Franja de Gaza y ocuparon en Jan Yunis el edificio de la administración local. Arafat ha sido criticado tras nombrar a un familiar, Mussa Arafat, jefe de los Servicios de Seguridad. Tras esta decisión (en la que finalmente tuvo que dar marcha atrás) y tras […]
Activistas palestinos incendiaron ayer un puesto de Policía en la Franja de Gaza y ocuparon en Jan Yunis el edificio de la administración local. Arafat ha sido criticado tras nombrar a un familiar, Mussa Arafat, jefe de los Servicios de Seguridad. Tras esta decisión (en la que finalmente tuvo que dar marcha atrás) y tras varios secuestros, la semana pasada se produjo una ola de protestas contra la corrupción en la ANP.
Encapuchados y armados, los insurgentes irrumpieron en el puesto de Policía de Swaida, a unos siete kilómetros al sur de la ciudad de Gaza y obligaron a los agentes a abandonar el lugar, luego, le prendieron fuego.
Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa rechazaron posteriormente informaciones que apuntaban a que quienes provocaron el incendio pertenecían al movimiento. Fuentes palestinas señalaron que el incidente fue otra protesta contra la corrupción en la Autoridad Nacional Palestina (ANP), así como una forma de urgir a ésta a implementar reformas en su aparato de seguridad.
En Jan Yunis, unos 250 miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa ocuparon la administración local durante horas y decidieron abandonar finalmente el lugar tras haber recibido, según dijo uno de ellos, peticiones al respecto de la corriente mayoritaria del movimiento Al Fatah, del que las Brigadas son el brazo armado.
Según las autoridades, los asaltantes eran ex miembros de las fuerzas de seguridad. El presidente de la ANP, Yaser Arafat, suspendió hace tres días el pago de sus salarios. Según dijeron fuentes palestinas de seguridad, otro grupo armado de palestinos había tomado otro edificio en Jan Yunis, pero no se informó de exigencias de los asaltantes.
Arafat ha caído en la crítica después de nombrar a su familiar, Mussa Arafat, jefe de los Servicios de Seguridad. Tras esta decisión tuvo que retroceder y tras varios secuestros durante la semana pasada se produjo una ola de protestas contra la corrupción en la ANP.
Mientras, Arafat, en sus primeras declaraciones públicas desde esos desórdenes en Gaza, manifestó ayer que tiene total confianza en su primer ministro, Ahmed Qureia. Este le presentó el pasado fin de semana su renuncia por, entre otras cosas, el estado de paralización de las reformas. Arafat no aceptó sin embargo la dimisión.
En unas declaraciones tras reunirse con diplomáticos árabes en Ramallah, Arafat dijo que no hay problemas en lo que respecta al ministro del Interior, cuyos poderes quiere ampliar Qureia, incluyendo el control total sobre las fuerzas de seguridad palestinas. El rais indicó que el Parlamento Palestino ha pedido cambios en el gabinete y añadió: «Hemos dado nuestra aprobación a esos cambios».
Mientras tanto, el ministro palestino para las Negociaciones con Israel, Saeb Erekat, saludó una propuesta egipcia para la celebración de una conferencia internacional sobre Cercano Oriente en Nueva York. Hasta ahora, sin embargo, no hay preparativos para un encuentro de ese tipo, dijo.