El periodista y diputado argentino Miguel Bonasso denuncia en un libro que los Gobiernos de Argentina y Chile firmaron en 2009 un acuerdo secreto que otorga beneficios impositivos a la minera canadiense Barrick Gold, que a su juicio opera en Los Andes en una zona «franca» sin ningún tipo de control. En su libro «El […]
El periodista y diputado argentino Miguel Bonasso denuncia en un libro que los Gobiernos de Argentina y Chile firmaron en 2009 un acuerdo secreto que otorga beneficios impositivos a la minera canadiense Barrick Gold, que a su juicio opera en Los Andes en una zona «franca» sin ningún tipo de control.
En su libro «El Mal. El modelo K y la Barrick Gold, amos y servidores en el saqueo de la Argentina», Bonasso saca a la luz un «convenio secreto» firmado por funcionarios de los Gobiernos de Cristina Fernández y Michelle Bachelet que supuso una «gravísima violación de la ley».
Según el autor, este convenio no respeta normas impositivas de los países suramericanos.
«En ese acuerdo tributario Argentina resigna el derecho esencial de un Estado a recaudar impuestos al ceder (el 75 %) la potestad tributaria en favor de Chile, en realidad en favor de la Barrick», señaló hoy Bonasso en la conferencia de prensa en la que presentó el libro a corresponsales extranjeros.
El periodista asegura que Argentina, a pesar de ser el que pone el 90 % del agua que requiere el proyecto minero binacional Pascua Lama, en la provincia argentina de San Juan y en la III Región de Chile, sólo recibe el 25 % de los impuestos en Argentina, porque la presión tributaria sobre las mineras en la nación vecina es la mitad que en este país.
«Sacan el agua de los glaciares (lo que la empresa ha negado reiteradamente pero que es denunciado por numerosas organizaciones ecologistas) a un precio ridículo y encima dejan un retrete de cianuro», en un pozo de unas 340 hectáreas a 400 metros de profundidad y «adonde van a ir a parar los cientos de miles de toneladas de deshechos bañados en cianuro», denunció.
Bonasso asegura que ese acuerdo secreto es uno de los convenios binacionales firmados tras el Tratado de Integración y Complementación Minera suscrito en 1997 por los expresidentes Carlos Menem y Eduardo Frei como «un traje a medida» del fundador de la minera, Peter Munk.
Con ese acuerdo se creó «un tercer país virtual, el ‘país Barrick’, en la cresta de la cordillera de Los Andes, con una superficie de unos 340.000 kilómetros cuadrados, sobre el que no hay ningún tipo de control, por el que se puede hacer y traficar cualquier cosa», aseguró el diputado.
«Para explotar el yacimiento de oro más importante de América del Sur Barrick usó la influencia directa de su padrino George H. W. Bush (padre) y de un entramado de funcionarios argentinos y chilenos, banqueros acusados de fraude y académicos comprados para falsear informes de impacto ambiental», afirma y trata de probar Bonasso en el libro.
El legislador denunció ante la Justicia al secretario argentino de Minería, Jorge Mayoral, por tráfico de influencias y sus nexos con Barrick, así como al gobernador de San Juan, José Luis Gioja, y a su hermano, el senador César Gioja, quienes a su juicio encabezan un Ejecutivo regional «absolutamente corrupto y dócil a los mandatos de la corporación» minera.
En su opinión, «los sucesivos Gobiernos argentinos fueron violando leyes para permitir que la Barrick, fundada con Peter Munk con dinero del traficante de armas Adnan Khashoggi (multimillonario saudí) e involucrada en el escándalo del Irán-Contras, pueda erigir un verdadero emporio minero transfronterizo de 260.000 hectáreas».
Según fuentes vinculadas con la actividad minera, Barrick podría ganar por esta explotación al menos 30.000 millones de dólares durante los 25 años de vida útil del proyecto.
En el libro Bonasso ahonda en los «turbias» actividades de Barrick en el mundo, en su presunta relación con Khashoggi y en su papel como presunta «fachada de la CIA» en el escándalo que estalló en 1987 por la venta clandestina de armas a Irán y el posterior empleo de los recursos para financiar y armar a los rebeldes que luchaban contra el Gobierno sandinista de Nicaragua.
«Muchachos, no se roben más la Argentina», pidió hoy Bonasso -impulsor de la recientemente aprobada Ley argentina de Protección de Glaciares, que en San Juan está paralizada por un amparo judicial presentado por Barrick- a la multinacional al concluir su presentación.
Fuente: http://www.omal.info/www/article.php3?id_article=4298