Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens, revisado por Manuel Talens
Las consecuencias de la victoria que hoy ha obtenido Hamas todavía no se vislumbran con claridad. Sin embargo, los resultados de las elecciones revelan sin la menor duda una cierta información fundamental sobre Palestina y el mundo árabe.
Democracia = Islam
Una vez más Occidente, y sobre todo los anglousamericanos, han de reconocer una obviedad: democracia, en el mundo árabe, significa Islam, lo cual no debería constituir un problema, a menos de ser gravemente islamófobo. Pero aparentemente hay en la izquierda y en la derecha demasiadas personas que odian el Islam, que se horrorizan ante el éxito que el Islam obtiene entre las masas. En todo caso, las elecciones en Palestina deberían servir como la última advertencia para los que ahora insisten en democratizar Siria.
Una Palestina democrática y laica podría ser un concepto anticuado y más vale que se abandone de inmediato
El tan manido llamamiento izquierdista «por una Palestina democrática y laica» tiene al parecer muy poco que ver con la realidad palestina. Cualquiera diría que la mayor parte del pueblo palestino prefiere vivir en un Estado islámico que en uno laico y democrático; y democracia no significa «la voz del pueblo», sino más bien una definición occidental limitada y restringida de dicha voz. Ahora ha quedado claro que el llamamiento por un Estado palestino laico surgió para servir los intereses de algunas escuelas sionistas de izquierda, al estilo de Yossi Beilin, que denunciaron escandalosamente a Hamas sólo días antes de las elecciones. No deja de sorprender que ese llamamiento contra Hamas y a favor de un Estado democrático laico sea precisamente popular entre distintas facciones de los grupos judíos antisionistas y solidarios con los palestinos. Veamos la realidad: el pueblo palestino ha decidido que quiere vivir en un Estado musulmán y no en uno laico. Si somos tan democráticos como pretendemos, nos corresponde respetar y saludar la decisión del pueblo palestino. Sugiero que apoyar a Palestina es apoyar al pueblo palestino y su derecho al retorno, sin tener en cuenta sus decisiones políticas, teológicas o culturales.
Sin embargo, no hay que olvidar que casi la mitad del pueblo palestino votó por el movimiento Fatah; en otras palabras, muchísimos palestinos podrían preferir la vida en un Estado laico.
Además, hay que añadir que la elección de hoy representa la decisión del pueblo palestino que vive en Palestina. Es bastante posible que unas elecciones que incluyan a los palestinos de la Diáspora en la región y en ultramar pudiesen ofrecer resultados muy diferentes. Al tratar la causa palestina, debemos considerar semejante posibilidad. A fin de cuentas, la mayoría de los palestinos viven fuera de Palestina, pues fueron víctimas de una limpieza étnica en 1948 y lo han sido desde entonces.
El discurso de la izquierda ha perdido su relevancia y necesita con desesperación un remozamiento inmediato
Hace ya bastante tiempo que la ideología de izquierda lucha por encontrar su camino dentro de la batalla emergente entre Occidente y Oriente Próximo. Los parámetros del denominado «choque cultural» fueron establecidos con tanta habilidad que el izquierdista «racional» y «ateo» se ve siempre condenado a sentirse más cerca de Donald Rumsfeld que de un clérigo musulmán. Mientras la ideología siga enredada en parámetros ideológicos racionales y antirreligiosos le será difícil aliarse con los oprimidos de la actualidad, es decir, con los árabes. Si la izquierda europea insiste en mantener su relevancia, deberá reevaluar su visión del mundo en lo tocante a la racionalidad, la religión y, sobre todo, el Islam. Si la izquierda insiste en mantener su relevancia deberá reevaluar toda la idea de la política de la clase obrera. Al parecer, los iraquíes oprimidos tienen muy poco en común con la clase obrera europea del siglo XIX. La izquierda debe involucrarse en una nueva terminología de identidad étnica y diferenciación cultural. En lugar de imponer nuestras creencias a los demás, más vale que comprendamos en qué creen los demás. Un escrutinio de las nociones de Yihad y Shahid constituiría sin duda un buen punto de partida.
Mientras la calle israelí muestra algunos signos reales de fatiga mental, los palestinos parecen mantenerse tan vigorosos como siempre.
Da la casualidad que los israelíes ahora se tornan en masa hacia Kadima, el nuevo movimiento político creado hace dos meses por el gravemente enfermo Sharon. En realidad, no hay nada nuevo o innovador en Kadima, nació para relanzar la vieja fantasía izquierdosa sionista de un Estado racista, nacional, con una abrumadora mayoría de judíos y controlado por judíos. Al parecer, los israelíes adoran esa opción. Adoran la idea de la resurrección del gueto europeo oriental en el mismo corazón de Oriente Próximo. Parece que Fatah estaba dispuesto a negociar con ese programa israelí. Hablando con racionalidad, no se los puede culpar. Fatah se dio cuenta hace cierto tiempo de que es imposible derrotar por las armas al poderío israelí respaldado por USA. Además, es esencial mencionar que casi la mitad del pueblo palestino en Palestina está de acuerdo con Fatah, pero ya no podía seguir tolerando la ocupación israelí. Por su parte, Hamas dijo NO a Israel y, tal como supimos esta mañana, la mayoría del pueblo palestino siguió a Hamas. Dijo NO a la segregación sionista, NO a la ocupación israelí, NO a la partición de Palestina en bantustanes. Además, dijo NO a la idea de un Estado judío en medio de Palestina. Dijo NO a la idea de un arreglo político impuesto por USA. Dijo SÍ a una Palestina islámica. En pocas palabras, mientras los israelíes muestran claras señales de derrotismo, la mayoría de los palestinos insisten en exigir sus legítimos derechos. No me cabe la menor duda de que la justicia para el pueblo palestino terminará por prevalecer.
Es difícil prever si Hamas tendrá la fuerza necesaria para hacer avanzar a corto plazo la situación a favor de los palestinos. Además, Hamas es un amplio movimiento con más de una voz. Por ejemplo, desde hace bastante tiempo sé que algunos dirigentes en su interior creen que la solución de los dos Estados puede garantizar la separación con respecto a los israelíes y a su modo de vida liberal occidental. En otras palabras, incluso dentro de Hamas hay quienes creen en la solución de dos Estados, aunque por razones muy diferentes. Sin embargo, será interesante ver cómo será un programa pragmático de Hamas.
Hoy, más que en cualquier otro día, se ve con bastante claridad que el apoyo a Palestina y al pueblo palestino debe basarse en la escucha de las muchas voces de Palestina. En lugar de imponer nuestros puntos de vista al pueblo palestino, más vale que dejemos que ellos mismos decidan. Tenemos que escucharlos y tratar de encontrar un camino dentro de su complicada causa.
Origen: http://peacepalestine.blogspot.com/2006/01/gilad-atzmon-where-to-now-palestine.html y http://www.counterpunch.org/atzmon01262006.html
Traducido del inglés al castellano por Germán Leyens y revisado por Manuel Talens, ambos miembros de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística ([email protected]). Esta traducción es copyleft.