El Gobierno sirio ha obtenido una victoria de gran relevancia simbólica y mediática con la salida de los grupos insurgentes armados que se mantenían el feudo de Homs, ciudad icono de la revuelta contra el presidente, Bahsar al-Assad, asediada durante dos años. La evacuación de al menos 1.200 combatientes y civiles de la que fue […]
El Gobierno sirio ha obtenido una victoria de gran relevancia simbólica y mediática con la salida de los grupos insurgentes armados que se mantenían el feudo de Homs, ciudad icono de la revuelta contra el presidente, Bahsar al-Assad, asediada durante dos años.
La evacuación de al menos 1.200 combatientes y civiles de la que fue conocida como «capital de la revolución» se inscribe en un acuerdo entre las dos partes enfrentadas, después de un mes de negociaciones.
La evacuación comenzó a las 10.00 en autobuses con las ventanas cubiertas de papel. El gobernador, Talal al-Barazi, indicó que se preveía la salida de cuatro convoyes ayer y que la operación continuaría hoy. Los convoys, con unos 400 rebeldes, se dirigieron a Dar al-Kabira a unos veinte kilómetros al norte.
Para el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos se trata de «una derrota de la comunidad internacional. Ha habido una resistencia legendaria, a pesar de dos años de asedio, pero la comunidad internacional no ha hecho nada».
Durante este tiempo han muerto 2.200 personas y en el centro de la ciudad, en ruinas, los habitantes se veían obligados a comer hierba. Los insurgentes apenas ocupaban ya dos kilómetros cuadrados de los 40 con que cuenta la ciudad.
El líder opositor Ahmad Jarba, de visita en Washington, reclamó «armas eficaces» para hacer frente a las tropas de Damasco.