La inmediatez informativa que ofrecen las redes sociales en Internet le ha vuelto a jugar una mala pasada a la bloguera «disidente» cubana Yoani Sánchez y a su colaborador Orlando Luis Pardo. Esta semana, un grupo de personas se encerraba en un templo de La Habana, siguiendo las profecías sobre el fin del mundo de […]
La inmediatez informativa que ofrecen las redes sociales en Internet le ha vuelto a jugar una mala pasada a la bloguera «disidente» cubana Yoani Sánchez y a su colaborador Orlando Luis Pardo.
Esta semana, un grupo de personas se encerraba en un templo de La Habana, siguiendo las profecías sobre el fin del mundo de un pastor que había sido expulsado de la Iglesia Pentecostal Cubana (1). Las autoridades de la Isla -a petición de esta Iglesia y de familiares de varios de los niños encerrados- decidieron acordonar la zona e iniciar un diálogo con el citado pastor. De todo ello informaron los medios de comunicación de la Isla (2).
Yoani Sánchez y Orlando Luis Pardo no tardaron en diseminar vía Twitter todo tipo de mentiras, conjeturas y bulos. Pardo hablaba de «rumores crecientes de una inminente operación de asalto al templo (por parte de la policía)», añadía que «a esta hora puede estar pasando cualquier atrocidad si asaltaron ya el templo», y pedía «que no haya impunidad con la violencia de estado» (3). En diversos sitios web se hablaba incluso de la existencia de francotiradores apostados (4).
Finalmente, no hubo ni asalto ni violencia de ningun tipo, y el hijo del propio pastor encerrado declaraba a medios extranjeros que el Gobierno cubano estaba brindado ayuda médica a las personas en el templo, desmintiendo que la acción tuviera algo que ver con un desafío político (5).
Pero la bloguera Yoani Sánchez, en una de sus habituales salidas visionarias, veía en el incidente del templo el principio del fin de la Revolución cubana. En Twitter, comparaba lo ocurrido con «los sucesos de Timisoara, Rumania, en 1989, donde la chispa (para la caída del gobierno de Ceaucescu) fue el intento de deportar a un pastor» (6).
También en Twitter, su colaborador Orlando Pardo resucitaba el mito de la supuesta intolerancia antirreligiosa del Gobierno cubano, ya que -según sus palabras- en este asunto ha tratado de «crear un estado de opinión anticlerical que justificara la acción policial bruta y sin prensa» (7). Curiosa postura «anticlerical» la del Gobierno cubano, si tenemos en cuenta que su actuación como negociador -sin violencia alguna- fue a petición de los clérigos de la iglesia ocupada.
De hecho, la Iglesia Pentecostal Cubana Asamblea de Dios denunciaba al pastor Braulio Herrera por su «fanatismo religioso» y recordaba que esta persona fue expulsada de sus filas por «manipular a los creyentes y separar a los padres de los hijos» (8).
El reverendo bautista Raúl Suárez decía a BBC Mundo que este suceso es producto de los vínculos de algunos pastores muy concretos en Cuba con iglesias fundamentalistas de EEUU, Puerto Rico, México y Centroamérica, que captan adeptos utilizando «los milagros, las teorías del fin del mundo (…) y hasta los suicidios colectivos».
El diario de Miami El Nuevo Herald se apoyaba en el relato del bloguero Orlando Pardo (9), para justificar al pastor fanático, y titulaba «Recluidos en templo rezan por una nueva Cuba» (10). El periódico recogía, además, la crónica desde La Habana de otro miembro de la «disidencia», Ignacio Estrada, al que presentaba -sin venir a cuento para la noticia- como «un activista gay que se opone a las duras políticas del Gobierno contra los cubanos VIH positivos». El tal Estrada cumplía a la perfección su papel y apuntaba a donde interesa al diario de Miami: (el encierro en el templo) «quizás pueda ser un modo de protesta contra la iglesia o contra el gobierno». Recordemos que este nuevo «corresponsal» de la prensa de Miami es quien protagonizaba hace semanas un show mediático internacional en su boda con una persona transexual (11).
Pero hay que decir que, en esta ocasión, el intento de Yoani Sánchez y sus colaboradores de crear una nueva campaña internacional contra Cuba a partir de la difusión de mentiras en las redes sociales, apenas ha traspasado el gastado espacio de los medios de Miami. Los corresponsales en La Habana de medios de otras latitudes no les han dado la menor credibilidad. Y es que los continuos escándalos alrededor de la bloguera cubana Yoani Sánchez, como las recientes pruebas -reveladas por Wikileaks- de la falsedad de su entrevista al presidente Obama (12), es posible que estén empezando hacer mella en la credibilidad que aún le otorgan -por desconocimiento o ingenuidad- algunas personas fuera de Cuba.
(2) http://www.granma.cubaweb.cu/
(4) http://www.martinoticias.com/
(8) http://www.bbc.co.uk/mundo/
(9) http://www.penultimosdias.com/
Fuente: VIDEO cuyo guión es este artículo
http://www.cubainformacion.tv/
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