Al Jalil en árabe, Hebrón en hebreo, es la ciudad más poblada de Cisjordania y el principal centro económico del país. La ciudad está situada 35 kilómetros al sur de Al Quds y cuenta con un total de 163.146 habitantes, a los que se suman 500 colonos israelís ilegales. En ella descubrirá la fabulosa Mezquita […]
Al Jalil en árabe, Hebrón en hebreo, es la ciudad más poblada de Cisjordania y el principal centro económico del país. La ciudad está situada 35 kilómetros al sur de Al Quds y cuenta con un total de 163.146 habitantes, a los que se suman 500 colonos israelís ilegales. En ella descubrirá la fabulosa Mezquita de Ibrahim y la Tumba de los Patriarcas, se cruzará con los comerciantes chinos que ya han llegado a hacer negocio a la ciudad y verá con sus propios ojos a los colonos más violentos de Israel.
Al Jalil es una de las ciudades más antiguas del mundo. Al parecer, ya en el cuarto milenio antes de cristo estaba habitada. Según la Biblia, en Al Jalil fue el lugar donde Abraham enterró a Sara, y luego él mismo y sus descendientes fueron enterrados allí, en lo que hoy en día es la Tumba de los Patriarcas. La ciudad perteneció a los hititas y a los cananitas. Herodes el Grande construyó el muro que todavía hoy rodea la Tumba. Al Jalil fue tomada por los romanos y luego fue parte del Imperio Bizantino. En el S.VII la ciudad pasó a los árabes y fue gobernada por el Califato de Rasidún, que en el 638 convirtió la tumba de Abraham y la Iglesia Bizantina en la actual mezquita.
En el 1099 los cruzados cristianos conquistaron la ciudad, liderados por Godfrey de Bouillon. Sin embargo, en el 1187, Saladino recuperó Al Jalil para el Imperio Otomano. Ricardo Corazón de León volvió a tomar la ciudad, para perderla al poco tiempo. En 1260 pasó a los mamelucos, que levantaron minaretes en la Mezquita de Abraham. A éstos les sucedió el Imperio Otomano, que tuvo Al-Jalil en sus dominios hasta la Primera Guerra Mundial. Luego, como el resto de ciudades palestinas, estuvo bajo control del Mandato Británico, en un periodo de tensión extrema entre judíos y palestinos. Se calcula que murieron en torno a 300 judíos y otros tantos palestinos en aquellos años. En 1948, Al Jalil pasó a Jordania, tras un breve periodo en manos egipcias.
Desde entonces, la historia de Al Jalil está dominada por los intentos israelís de hacerse con la ciudad, considerada sagrada por las tres religiones monoteístas principales. Fue célebre el caso de unos colonos judíos, liderados por el rabino Moshe Levinger, que en 1968 se hospedaron en el hotel principal de Al Jalil, el Hebrón Park, y al más puro estilo okupa, se negaron a abandonarlo. Tras más de un año y medio de tensiones, el gobierno israelí les permitió asentarse ilegalmente en la cercana base militar de Kiryat Arba. En 1979, la mujer de Levinger, junto con otros 40 mujeres y niños, ocupó ilegalmente el hospital de Hadassah, en el centro de Al Jalil, y fundó el «Comité Judío de la ciudad de Hebrón». Los palestinos recurrieron la ocupación a la Corte Suprema Israelí, sin suerte. Y cómo no, en la historia de Al Jalil hay que hacer un hueco al terrorista Baruch Goldstein, un colono que en 1994 asesinó friamente a 29 palestinos mientras rezaban en la mezquita de Abraham y que es considerado como el ejemplo a seguir por los colonos de Al Jalil.
Al Jalil es sin duda el núcleo económico del Estado Palestino. Se calcula que supone en torno al 33% del PIB total de Cisjordania. Destacan las industrias del jabón, el cristal y el mármol. También es importante la agricultura, en especial los higos y las uvas. En los últimos años, llama la atención la llegada de la inversión china a la ciudad, que contribuye decisivamente al desarrollo de la economía palestina.
No puede decirse que Al Jalil sea una ciudad ideal para visitar. Si bien es cierto que la Mezquita de Ibrahim es uno de los monumentos más importantes del mundo, por su historia religiosa, la estancia en Al Jalil es arriesgada. Los colonos israelís consideran a cualquier occidental como amigo de los palestinos, y es frecuente ser insultado o agredido por ellos. Se calcula que por cada colono, hay 5 soldados israelís protegiéndoles. Además, no hay que olvidar que hay otros 7.200 colonos en el cercano asentamiento ilegal de Kiryat Arba.
La ciudad de Al-Jalil está dividida en dos zonas: la H1, bajo competencia legislativa y control militar palestino, en la que viven un total de 120.000 palestinos, y la H2, en la que viven más de 30.000 palestinos, pero también los 500 colonos ilegales. Aunque la H2 también pertenece a Palestina, se acordó que el control militar quedase en manos israelís, para proteger supuestamente a los colonos. Además de abarcar las mejores zonas de la ciudad, Israel trata por todos los medios de ir expulsando a los palestinos de la H2. De momento están teniendo éxito. La población palestina de la H2 ha disminuido, y cualquiera que pasee por la zona, puede ver las tiendas palestinas cerradas -en total, más de 1000 ya han cerrado-. Los toques de queda para palestinos, los 16 checkpoints en medio de la ciudad y el acoso constante de los colonos, que arrojan a los palestinos cubos de pis, piedras o botellas de cristal, han hecho que miles de palestinos hayan tenido que dejar su hogar.
Se trata de una situación extrema, de verdadero Apartheid a la población palestina. Los colonos nos han dejado algunas imágenes verdaderamente bocchornosas, que cualquiera puede encontrar en Internet: un colono arrojando vino a una señora palestina indefensa, otros colonos lanzando huevos junto a sus hijos a los comercios palestinos de Jalil, u otra en la que se puede ver una pintada con el texto: «Árabes a las cámaras de gas». Esta última prueba cuan distantes están aquellos judíos que sufrieron en sus carnes la crueldad del Holocausto, de estos extremistas judíos que siembran la violencia y el odio allá donde van.