Traducido para Rebelión por Caty R.
«Turning point 3» es el nombre de un simulacro de alarma organizado en Israel del 31 de mayo al 4 de junio y presentado como un acontecimiento «sin precedentes». Se trata de preparar a la población para ataques simultáneos de armas convencionales, como los cohetes lanzados desde el sur de Líbano o Gaza, y de misiles procedentes de Siria o Irán, que eventualmente incluso podrían llevar cargas químicas o bacteriológicas, que podrían combinarse además con atentados… y de probar la capacidad de reacción de los ciudadanos, el ejército y los servicios de emergencia y protección civil en los grandes núcleos urbanos del país.
El ensayo se efectúa simultáneamente con las maniobras del ejército israelí para probar su capacidad defensiva ante eventuales ataques aéreos, en un contexto de tensión creciente con Teherán -el Estado hebreo ha amenazado con atacar a la República Islámica, la cual no oculta sus ambiciones nucleares y su hostilidad con respecto a Israel y hacia la propia existencia de dicho Estado-. En conjunto, el primer viaje a Oriente Próximo, dentro de unos días, del presidente Barack Obama, cuyas intenciones con respecto a la regulación de la crisis palestina son dos Estados y la congelación de la colonización, ya ha originado un claro enfriamiento de las relaciones con el gobierno israelí.
Escenarios de catástrofes
El tercer día del ejercicio, el martes a las 11, las sirenas en los lugares públicos y las escuelas invitarán al conjunto de la población a ganar los refugios o las zonas protegidas. Los habitantes del Golán tendrán que hacerlo en 30 segundos, los de Tel Aviv en 2 minutos y los de Jerusalén en 3 minutos. Estos últimos días, las emisoras de radio y televisión públicas y militares han hecho un llamamiento para verificar los refugios con el eslogan: «Para protegerse hay que estar preparado».
El gobierno israelí debe simular, al mismo tiempo, las reuniones del gabinete durante las cuales los ministros se ejercitarán para tomar decisiones urgentes, adaptadas a los diversos escenarios de las catástrofes, sobre un fondo de ataques «en todos los frentes y por diferentes medios», teniendo en cuenta, incluso, eventualidades «altamente improbables», ha precisado un portavoz militar. Este ejercicio también servirá para comprobar la respuesta del ejército y los servicios de socorro en caso de terremotos o epidemias.
Un ejercicio de este tipo, en realidad, se efectúa todos los años más o menos en la misma época, y cada vez se califica como «el más importante desde la creación del Estado de Israel»; la guerra en el sur de Líbano en 2006, a la vez que puso de manifiesto los fallos del aparato militar, permitió señalar la falta de coordinación de los organismos de protección civil. Un millón de personas en el norte de Israel vivieron bajo el fuego de los cuatro mil cohetes disparados en pocas semanas desde el territorio libanés. Tras la aparición de informes muy críticos se creó una Autoridad Nacional de Emergencias.
«Escenificación del ataque»
Durante el primer «Turning Point», en 2007, según relata el diario egipcio Progrès, «había, en el barrio de Ramat Gan, rodeado de coches de bomberos y de ambulancias revoloteando por todas partes, un hombre que llevaba un megáfono y la inscripción ‘Escenificación del ataque’ en su espalda. También había falsas víctimas empujadas por los bomberos y falsos periodistas que hacían preguntas auténticas, todo bajo el ulular de las sirenas de alarma. Y en las proximidades, duchas para descontaminar a los heridos y a los rescatadores».
Además del falso ataque a Ramat Gan, proseguía el diario egipcio: «el guión había previsto disparos de misiles con ojivas químicas, procedentes de Siria, sobre Tel Aviv, lanzamientos de cohetes palestinos contra una central eléctrica en Ashkelon, la caza de un terrorista suicida, el ingreso de 5.000 heridos en los hospitales y motines en la explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este. El guión también preveía manifestaciones de árabes israelíes en Jaffa (cerca de Tel Aviv), ataques de cohetes contra el aeropuerto internacional Ben Gurión en Tel Aviv, un ataque de misiles convencionales contra un hospital de Haifa (norte) y la infiltración de un avisón teledirigido de Hezbolá…»
Bóveda de hierro
Una serie de declaraciones de los últimos días han dado un relieve particular al «Turning Point 3». El Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu: «Si Israel no elimina la amenaza iraní, nadie lo hará». El jefe del Estado Mayor del ejército israelí, general Gabi Ashkenazi: «Preparamos todas las medidas prosibles contra Irán». El jefe del Hezbolá libanés, Hassan Nasralá: «Estamos preparados para hacer frente a una nueva guerra».
En agosto de 2008, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, afirmó que su país «ya estaría conectado al sistema de alerta antimisiles estadounidense». Washington prometió desplegar en Israel radares de largo alcance que reducirían significativamente los plazos de alerta. Pero el sistema Hertz (Arrow), para contrarrestar los misiles a larga distancia, todavía está en proceso de desarrollo; y el sistema bautizado «Cúpula hierro» (Iron Dome), confiado a la empresa israelí Rafael para la detección y réplica frente a los disparos de cohetes, no estará operativo antes del año próximo. A falta de algo mejor, las autoridades israelíes se ven obligadas a conformarse, de momento, con el antiguo sistema de las sirenas: durante el último año se han instalado varios cientos de dispositivos listos para ulular el martes a las 11…
Texto original en francés: http://blog.mondediplo.net/