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El plan de “desconexión” de Ariel Sharon

Algo de orden en el enredo

Fuentes:

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchís

El plan de «desconexión» de Ariel Sharon ya ha producido un enredo en todos los niveles.

Ha provocado una continua crisis ministerial, un trastorno en varios partidos, una desorientación de la opinión pública, confusión en los responsables de la seguridad y confrontación armada entre organizaciones palestinas.

El movimiento de la paz israelí está confundido como todos los demás. Algunos apoyan a Sharon debido al plan e incluso quieren unirse a su gobierno, otros denuncian a Sharon y al plan furiosamente.

Intentemos poner algún sentido a todo este enredo.

1. ¿Qué dice el plan?

Según Sharon, planea evacuar -y probablemente demoler- todos los asentamientos de la Franja de Gaza, evacuar a los colonos y al ejército y dejarle el territorio a los palestinos. Según el plan el ejército israelí mantendrá el «Eje de Filadelphia» como una barrera infranqueable entre la Franja y Egipto.

Como un gesto simbólico, el plan contempla también el desmantelamiento de tres pequeños e insignificantes asentamientos en el límite norte de Cisjordania.

2. ¿Se llevará a cabo?

En absoluto.

El plan no ha sido el resultado de un trabajo detallado del personal de la administración. Ha tenido más bien la naturaleza de una improvisación, rápidamente servida para agradar al presidente Bush. Sharon sabía que se opondrían la derecha y los palestinos, y que tendería la alfombra a los pies del Partido Laborista.

El gobierno ha resuelto oficialmente confirmar el plan en principio, pero no ha decidido desmantelar un solo asentamiento. Semejante decisión haría necesaria otra resolución gubernamental.

Entretanto, el asunto está avanzando lánguidamente. Se supone que el ejército hace un plan, pero insiste en que el trabajo de quitar a los colonos debe recaer sobre la policía. Al Ministerio de Justicia se le ha encargado el borrador de las leyes necesarias. Se supone que un comité prepara una resbaladiza escala de compensaciones. El ritmo de progreso de ninguna manera indica una aplicación rápida.

Pero, lo más importante: no se hace ningún esfuerzo en absoluto para movilizar a la opinión pública a favor de la desconexión. Los antagonistas a ella, los colonos y sus aliados, está trabajando con gran celo. Ya han obtenido una victoria en el referéndum de los miembros de Likud, han organizado una gran «cadena humana»; una manifestación de protesta y están preparando otras grandes acciones. Manipulan los medios de comunicación con gran destreza. Pueden movilizar, en un momento, a decenas de miles de colonos y derechistas con sólo un aviso. Tienen a su disposición cantidades casi ilimitadas de dinero, provistas por millonarios americanos judíos y cristianos fundamentalistas.

Oponiéndose a esta irresistible fuerza de propaganda, no hay nada más que silencio. El Likud no está movilizando a sus miembros para una campaña de apoyo al plan, el Partido Laborista está ocupado con disputas internas sobre unirse al gobierno y la izquierda no sabe qué pensar sobre todo este asunto.

Los partidarios del plan se consuelan a si mismos con saber que en todas las encuestas de opinión pública, una mayoría apoya el plan. Pero ésta es una mayoría tambaleante, sin entusiasmo e insegura de sí misma. No se ha probado todavía en una crisis real. Puede evaporarse fácilmente.

3. ¿Hay un calendario?

Ninguno en absoluto.

Sharon y su gente hablan flojito sobre empezar la evacuación en marzo, del 2005, y terminar el trabajo a finales de ese año. A la vista de las cosas, esto es una charla ociosa. Desde que Isaac Rabin comentó que «no hay ninguna fecha sagrada «, todos los líderes israelíes han violado los calendarios acordados. La inclinación natural siempre es posponer decisiones difíciles.

Cuándo me reuní con Yasser Arafat esta mañana, él comentó: «a Israel le llevó seis horas dejar el sur del Líbano, ¿por qué necesita Sharon 17 meses para dejar la Franja de Gaza?»

4. Asi, ¿cuál es el propósito real de Sharon?

El plan satisface su gran diseño de convertirlo todo (o casi todo) en Eretz Israel, en un Estado judío. (Eretz Israel-la Tierra de Israel-se entiende hoy día al territorio idéntico al del Mandato Británico de Palestina, la tierra entre el Mediterráneo y el Jordán.)

Para él, Gaza, un pedazo despreciable de tierra (¡menos de 1.5% del país!) está devorando una parte desproporcionada del ejército de Israel y de recursos financieros. Lo importante para él es «Judea y Samaria»: Cisjordania que es 16 veces más grande. Espera que la desconexión de Gaza le permitirá anexarse más de la la mitad del Cisjordania y encerrar a los palestinos en varios enclaves prácticamente aislados unos de otros y a merced de Israel. A la larga, el objetivo es hacer la vida intolerable a la población palestina y originar que todos ellos se marchen.

5. Siendo así, ¿hay algún lado positivo en el plan de desconexión?

En el campo de la paz, algunas voces insisten en que el plan debe apoyarse porque crea, por primera vez, un precedente de evacuar asentamientos en Eretz Israel. Emocionalmente y políticamente, esto tendría un gran impacto, ciertamente. (El área de Yamit, donde se evacuaron varios asentamientos en prosecución del tratado de paz con Egipto, no es considerado parte de Eretz Israel).

Los pacifistas que apoyan el plan defienden que las intenciones a largo plazo de Sharon son irrelevantes. La única cosa importante es lo que realmente pasa sobre el terreno – y sobre el terreno se retirarán 7500 colonos de la Franja de Gaza – si es que pasa, por supuesto.

6. ¿Puede causar el plan daño en el otro lado?

Una desconexión divorciada de las negociaciones de paz puede ser muy peligrosa.

La gente de Sharon dice que a ellos les importa un comino lo que suceda en la Franja de Gaza después de la retirada israelí. Están fingiendo. Detrás de la escena, la dirección militar y política están planeando instalar a un señor de la guerra local que gobernaría la Franja bajo la protección israelí (y por consiguiente también americana y egipcia) . Su candidato preferido es Muhammad Dahlan, el anterior jefe de la policía política en la Franja.

Si esto pasa, los hombres fuertes bien pueden terminar como Bashir Jumail que se suponía que gobernaba Líbano bajo protección israelí. Pronto fue asesinado. Pueden quitarse los señores de la guerra instalados por Israel y el poder real en la Franja de Gaza pasar entonces a las manos de las organizaciones armadas que continuarán luchando contra Israel por todos los medios disponibles, incluyendo misisles. El ejército israelí ocupará entonces de nuevo el territorio y toda la historia empezará con un marco nuevo.

Por otro lado, si el experimento tiene éxito, la Franja de Gaza se convertirá en un área «autónoma» bajo control israelí, administrada por un hombre fuerte local. Será más bien como un Bantustan de Sudáfrica en los tiempos del apartheid. El pueblo palestino , por supuesto, verá esto como una amenaza existencial y luchará en contra por todos los medios posibles.

7. ¿Puede ser apoyado el plan por el campo de la paz?

Sólo si reune las condiciones siguientes:

(1) El gobierno de Israel debe declarar que Cisjordania y la Franja de Gaza constituyen una sola unidad territorial, como explícitamente se declaró en los acuerdos de Oslo.

(2) La desconexión debe vincularse a la renovación de las negociaciones de paz entre el gobierno de Israel y la dirección elegida del pueblo palestino.

(3) La desconexión debe ser llevada a cabo por acuerdo con la Autoridad Palestina y el territorio debe volver a ella de una manera ordenada. El convenio debe incluir acuerdos que garantizarán la seguridad de ambos lados, quizás respaldados por una fuerza internacional de paz.

(4) El «Eje de Filadelfia» debe desmantelarse. Las conexiones por tierra, mar y aire entre la Franja de Gaza y el mundo deben abrirse, quizás bajo vigilancia internacional.

(5) Todos los edificios e infraestructuras de los asentamientos deben cederse intactos a la Autoridad Palestina o a una institución internacional. Su valor puede tenerse en cuenta cuando el problema de los refugiados se fije.

(6) Un calendario definido debe acordarse para la aplicación de todas las fases de la desconexión.

PS: Cuando hoy le he preguntado a Arafat que si él cree que el plan de desconexión realmente se llevará a cabo, contestó:
 «¡ Eso esperamos!»
«¡No le pregunto si usted lo espera, sino si usted lo cree!» insistí.
Arafat sonrió y repitió: «¡ Eso esperamos!»

7.8.04