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Algunas preguntas sobre la masacre de Houla… y más allá

Fuentes: Al-Akhbar English

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

No se sabe quién perpetró la masacre de Houla. Sin embargo, es seguro que ambas partes (el ejército del régimen sirio y las bandas que operan bajo la bandera del Ejército Libre Sirio [ELS]) tienen antecedentes de brutalidad y desprecio por las vidas humanas que los cualifican para cumplir la tarea.

Lo que es indudable es que Houla fue una guerra relámpago propagandística que dominó los medios occidentales así como árabes (financiados por saudíes y qataríes). La romantización de la así llamada «Revolución Siria» (las acciones del Ejército Libre Sirio y del Consejo Nacional Sirio y de la Hermandad Musulmana merecen la etiqueta de revolución en la misma medida en que George W. Bush merece el Premio Nobel de la Paz y Bashar Assad merece ser presidente de Siria) está en conflicto con el verdadero historial de los grupos armados que operan bajo la tutela del ELS.

Pero es tiempo de que planteemos preguntas y saquemos a la luz las mentiras que rodean el levantamiento sirio. Recordemos en primer lugar que los medios occidentales entregan básicamente el control de sus políticas editoriales a sus gobiernos cuando deciden oponerse a un país en desarrollo. Recordemos los pocos cuestionamientos que hubo sobre la cordura de formar un ejército de musulmanes militantes en Afganistán en los años ochenta.

La causa que posteriormente produjo al Qaida fue defendida. Recuerdo a Dan Rather en vestimenta afgana montado en un caballo e informando sobre los «héroes» de la lucha contra el comunismo. Mentiras, engaños y exageraciones fueron el síntoma de la cobertura de Afganistán en esos días. Y cuando cayó el régimen comunista y fue reemplazado por los talibanes, no hubo demandas de responsabilización y nadie preguntó a Dan Rather si había encontrado alguna vez a Bin Laden durante su espectáculo mediático en Afganistán.

Cuando gobiernos occidentales se preparaban para la invasión de Libia (a propósito, fuisteis llevados a creer que solo fuerzas qataríes estaban en el terreno en Libia, en vista de su experiencia en la batalla), los medios occidentales volvieron a publicar informes no corroborados y afirmaciones sobre lo que sucedía en ese país.

Los mismos medios que mantuvieron silencio mientras todos los dirigentes occidentales se arrastraban ante Gadafi, despertaron repentinamente a la realidad de la dictadura en Libia. Hicieron toda clase de afirmaciones: se lanzó a la ligera la cifra de 100.000 muertos (por supuesto, posteriormente resultó ser falsa), e informes de ejércitos mercenarios extranjeros formaron el grueso de la cobertura (lo que también fue falso y alentó una campaña racista contra los negros por parte de los combatientes libios después de la «liberación»).

¿Qué pasó finalmente con esa mujer que firmó que había sido violada por los soldados de Gadafi? ¿Por qué fue deportada de Qatar y qué fue de su vida? Nadie preguntó, y los medios dieron vuelta a la página e iniciaron otra campaña.

Habría que mencionar que algunos periodistas decentes pueden sentirse presionados a acatar las normas no solo por la opinión generalmente aceptada del establishment que los rodea sino también porque el régimen (sea en Libia o en Siria) es un terrible régimen dictatorial que no merece durar un día más.

Pero habría que subrayar que las bien financiadas (sobre todo por Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, y Arabia Saudí) oficinas de prensa de la oposición siria en el exilio proveen constante y diariamente a los medios occidentales un amplio suministro de mentiras, exageraciones, patrañas, y situaciones extravagantes. Esas oficinas mediáticas (como el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos – y todo lo demás que requiere la propaganda) nunca tienen que responder por su información o afirmaciones.

Suministran nombres de personas dentro de Siria y corresponsales occidentales simplemente se comunican por Skype con ellas. Aquellos cuyos nombres son mencionados por las oficinas de prensa de la oposición siria en el exilio simplemente confirman, reiteran o repiten al pie de la letra lo que dicen las oficinas en el exilio. Ha habido videos mostrados en Youtube (ya que Youtube es la fuente favorita sobre Siria de los medios occidentales) en los cuales se falsean heridas y se prepara a los niños para que hablen de sus experiencias. Los medios occidentales nunca mencionan estos hechos.

Incluso las mentiras obvias nunca son cuestionadas. Desde muy temprano, hubo muchas mentiras propagadas que aún no han sido sacadas a la luz. Durante meses, grupos de la oposición siria en el exilio insistieron en que no existían grupos armados de la oposición y subrayaron que su movimiento es solamente pacífico (cuando aparecían fotos de hombres armados, eran descartados como propaganda enemiga).

No obstante, repentinamente y sin explicación alguna, los mismos grupos comenzaron a alardear y a elogiar los grupos armados de la oposición que supuestamente realizaban una revolución puramente pacífica. Los planes de propaganda fueron claramente evidenciados con varias declaraciones (especialmente por personajes de oposición en el exilio en los medios occidentales y saudíes) respecto a que el régimen sirio es ayudado por combatientes de los Guardias Revolucionarios iraníes, Hizbulá, y el Ejército Mahdi.

Los motivos sectarios eran obvios, y nadie formuló las preguntas lógicas elementales. ¿Por qué iba a recurrir un ejército experimentado en los disparos contra su propio pueblo a la ayuda de combatientes de Hizbulá que están entrenados en el combate contra el ejército israelí? ¿Qué tipo de ayuda introducirían los combatientes de Hizbulá? ¿Y por qué iba a necesitar más hombres el gran ejército sirio?

Además, la noción de que el ejército sirio pudiera necesitar al Ejército Mahdi (que es siempre descrito adecuadamente en la prensa occidental como un ejército «harapiento») no fue descartada. Los medios occidentales promovieron esas acusaciones aunque la «evidencia» sobre la que se habló frecuentemente en la televisión nunca se materializó, a pesar del secuestro de civiles iraníes en Siria. Es posible que fuerzas especiales rusas hayan ayudado el ejército sirio en Baba Amr (según una de mis fuentes), pero eso jamás es mencionado en la prensa porque Rusia no es un país chií.

De la misma manera, la oposición siria en el exilio también engañó a la prensa occidental (y a audiencias occidentales en talleres, conferencias, y paneles) para que pensara que el levantamiento sirio es dirigido por feministas liberales pacíficas (y a menudo nombraban a una o dos mujeres), e insistía en que la Hermandad Musulmana no tiene nada que ver con el levantamiento en Siria.

Por supuesto, ahora sabemos que esa no es la realidad. Varios personajes destacados en el Consejo Nacional Sirio admitieron tardíamente que ciertamente el espectáculo es dirigido por la Hermandad Musulmana, y algunos en la prensa occidental publicaron solo después de un año de levantamiento artículos sobre la influencia y poder de la Hermandad Musulmana.

La historia de Houla sigue siendo tenebrosa. Nadie sabe lo que pasó. Sabemos que civiles inocentes fueron asesinados. Sabemos que ambos lados intercambian acusaciones y sabemos que ambos lados son mentirosos habituales. Pero podemos plantear algunas preguntas:

  • ¿Por qué ignoraron los medios occidentales historias de secuestros y asesinatos de civiles por las bandas del Ejército Libre Sirio (que en realidad es solo un nombre utilizado por una variedad de bandas y pandillas en su mayor parte de ideología islamista – y en algunos casos Ben Ladenita)?
  • ¿Por qué no se hicieron intentos por analizar las historias difundidas por la oposició n siria en el exilio? Inicialmente afirmaron que el ejército sirio mató a esos civiles mediante cañoneo. El día siguiente la ONU declaró que menos de 20 fueron muertos por el cañoneo (y los 20 no son un número pequeño y debieran ser agregados a la escandalosa lista de crí m enes cometidos por el régimen que debería ser derrocado y juzgado), y que la mayoría fueron asesinados a quemarropa. Hubo informes sobre acuchillamientos pero parece que la mayor a fueron muertos a tiros.
  • ¿Por qué hubo un intento de hacer aparecer como si la masacre de Houla fue un crimen sectario (de chiíes/alauí es contra suníes) cuando resulta que posiblemente un tercio de las víctimas eran chiís? ¿ Hubo asesinatos sectarios en la región en los días precedentes a la masacre? ¿ Por qué no ha habido en la prensa occidental ninguna referencia a los secuestros sectarios (por grupos armados salafistas en Daraa incluyendo algunos libios según el corresponsal de Al-Akhbar quien visitó la escena) contra drusos en la región Sweida (los drusos, por su parte, secuestraron personas de Daraa antes que el asunto fuera resuelto y los rehenes intercambiados)?
  • ¿Por qué los medios no notaron que el Ejército Libre Sirio, el Consejo Nacional Sirio y la Hermandad Musulmana admitieron todos que estuvieron en contacto con el grupo sectario que secuestró a los peregrinos chií es libaneses? De hecho, el célebre disidente liberal sirio, Haytham al-Malih, dijo a un periódico de propiedad de un príncipe saud í (Ash-Sharq Al-Awsat) que apoyó los secuestros y llamó a los secuestradores a no liberar a los peregrinos.
  • ¿Se puede creer la historia que fue contada: que chiíes y alauíes que residen en un área predominantemente suní decidieron repentinamente volverse contra la mayor a y masacrarlos? ¿Y cómo conocían las víctimas sobrevivientes la identidad sectaria de sus asesinos? Bueno, según Neil MacFarquhar, les dijeron extrañamente: «Somos shabiha». Lo único que faltó fue que dejaran fotos de Bashar Assad. Otra historia (ampliamente circulada en Twitter) tiene un sesgo más extraño: al parecer los asesinos tenían » consignas chiíes escritas en sus frentes», la historia fue escrita por un periodista occidental y luego circulada por el periodista saudí.

Jamal Khashoggi (quien pronto dirigirá una emisora de noticias de propiedad del príncipe Al-Walid bin Talal).

Así se sabe qué tipo de fanatismo al estilo nazi domina la cobertura y que grupos sectarios armados avivan intencionalmente las llamas del odio sectario. La guerra civil ya no es un peligro en Siria. Es un asunto de política ansiosamente buscado por grupos salafistas y sus patrocinadores en los países del Golfo.

Así no terminan las cosas. Todavía no sabemos qué ocurrió en Houla. Pero una dosis saludable de escepticismo es necesaria en el caso de Siria especialmente cuando gobiernos occidentales parecen presionar en la dirección de una intervención militar.

Hay muchos aspectos de la historia, pero los medios occidentales solo cubren una parte.

(Neil MacFarquhar mintió descaradamente cuando afirmó dos veces en el New York Times que la televisión siria no menciona los choques armados en Siria). Sin duda, no se puede creer a ninguno de los dos lados y sus afirmaciones no pueden ser aceptadas en sentido literal, pero es hora de que una investigación real de la historia siria sea emprendida por gente que no dependa de gobiernos – del Este o del Oeste.

Fuente: http://english.al-akhbar.com/print/7912