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Algunos aspectos críticos de la educación pública superior en México bajo el neoliberalismo

Fuentes: Rebelión

El sistema capitalista mundial en su rostro neoliberal y salvaje en los últimos 31 años ha desatado una ofensiva impulsada por su maquinaria tecnológica, económica y política contra las condiciones de vida de millones de personas en todo el mundo. A través de desregulaciones, privatizaciones, nuevas tecnologías y argucias del mercado globalizado ha impuesto renovadas […]

El sistema capitalista mundial en su rostro neoliberal y salvaje en los últimos 31 años ha desatado una ofensiva impulsada por su maquinaria tecnológica, económica y política contra las condiciones de vida de millones de personas en todo el mundo. A través de desregulaciones, privatizaciones, nuevas tecnologías y argucias del mercado globalizado ha impuesto renovadas medidas de enajenación, injusticia y pauperización no sólo a los trabajadores sino a la gran mayoría de la población y al planeta mismo. Sus constantes y multidimensionales crisis han conformado una crisis global civilizatoria. Ahora mismo, después de la crisis económica de 2008-2009 que afectó en alguna medida a todos los países del orbe, vuelve a presentarse un negro panorama de recesión que traerá no sólo tormentas macroeconómicas o turbulencias bursátiles sino agudizamiento de las miserias: como hambrunas, desnutriciones, precarizaciones, inestabilidades y agudizamiento del deterioro ambiental. México, a pesar de las declaraciones «optimistas» o no tan «pesimistas» de los funcionarios del gobierno de Calderón, debido a su carácter ampliamente dependiente y subordinado de la economía estadunidense [1] (que se encuentra en el centro de esta nueva caída de su crecimiento económico) sufrirá de contracciones en todos los rubros: sobre todo en lo que respecta a desarrollo económico, social y cultural, lo que generará mayor inseguridad, delincuencia, pobreza, desempleo, falta de educación, etc., lo que puede llevar a muchos sectores a la desesperanza. Sin embargo, dada la coyuntura de cambio sexenal presidencial y a los ejemplos de resistencia civil activa en varios países asiáticos, europeos y latinoamericanos; los sectores populares podemos construir alternativas opositoras que mantengan y abran espacios de lucha y de proyectos progresistas de izquierda en varios ámbitos.

El Estado-gobierno mexicano, sus instituciones y su burocracia corruptas, buscan seguir mediatizando e imponiendo sus estrategias de control tanto ideológico como político y militar. Hoy creo que a una buena parte de la población le está quedando claro que se ha instaurado con el gobierno fraudulento de Calderón y del PAN (Partido Acción Nacional) un Estado-Gobierno policial e incluso descaradamente criminal con los más de 50 mil muertos («colaterales» y «no colaterales») en su irracional guerra y otros tantos desaparecidos y desplazados en todo el territorio nacional. Ahora la oligarquía nacional aliada a la mundial, el gobierno panista, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sectores de la supuesta «izquierda de demócratas», etc., se preparan para montar un nuevo andamiaje mediatizador. Por ejemplo el IFE (Instituto Federal Electoral) está exigiendo que les incrementen a 16 mil millones de pesos su presupuesto anual, lo cual implica mayores derroches dinerarios en propaganda y en negocios para los grandes medios comunicación, etcétera. Los ámbitos de la seguridad social y pública, el campo y los campesinos, la industria y manufactura nacional, la educación y la cultura han quedado en la dramática insuficiencia y en la desprotección.

Concretamente en la cuestión educativa y cultural en México los presupuestos desde los 80 han sufrido mermas, y desde hace 11 años con los presidentes panistas se han tenido que adoptar medidas de sobrevivencia para muchas instituciones educativo-culturales, mientras otras han sucumbido a las políticas derechistas [2] . Una muestra palpable de la agudización de esta problemática es la de miles de jóvenes rechazados de la educación superior y media superior que se convierten en » ninis » (ni trabajan ni estudian), en informales (ambulantes y niños-adolescentes de la calle) o ingresan a las actividades delincuenciales que se ofrecen en los mercados negros, destacando la trata de personas, la prostitución, el tráfico de drogas y de otros productos como órganos, especies, piezas arqueológicas, etc. etc. Investigaciones recientes han mostrado que en promedio desde los 14 años los adolescentes ya son reclutados por los grupos de la delincuencia organizada (cuando hace una década ingresaban a sus filas adultos jóvenes de 25 a 30 años). El estado de la infraestructura de las escuelas primarias, secundarias y bachillerato es deplorable [3] , la deserción es un mal nacional desde las primarias y secundarias, pues más de un millón de niños y adolescentes las abandonan por falta de recursos; la matrícula de los centros educativos superiores y medio superiores se ha estancado, lo que significa que en los hechos ha retrocedido pues mientras la población joven ha crecido en 30% o más, los lugares para nuevos aspirantes prácticamente no han avanzado. Los presupuestos anuales que se elaboran desde las oficinas de la presidencia y de hacienda vienen recortados para los rubros de educación y desarrollo social, mientras que para la defensa, la marina, la seguridad pública y la PGR (Procuraduría General de la República) se han venido incrementando de tal forma que para este 2011 (asignaciones «históricas» se ha dicho) se están ejerciendo para éstos últimos rubros juntos más recursos que para desarrollo social (aproximadamente 115 mmdp en relación a 80 mmdp). Calderón y su publicidad argumentan que priorizan los gastos contra la delincuencia cuando se sabe que éstos en relación a los ingresos que tienen los narcos son totalmente inferiores (entre 38.5 y 111.4%). Los legisladores de las cámaras de diputados y senadores argumentan que ellos corrigen los presupuestos que manda la presidencia, pero en realidad sólo son migajas, no hay un resarcimiento significativo; además continuamente la Secretaria de Hacienda y Crédito Público escamotea los recursos ya aprobados por el congreso. Pero no sólo eso, durante los sexenios panistas no sólo ha aumentado grandemente el número de escuelas privadas sino que se les ha llegado a «donar» dinero por parte de los gobiernos estatales y se ha alentado la deducción de impuestos para los que pagan colegiaturas. El gasto relativo al PIB nacional que en México se dedica a la Educación pública (5.3% aproximadamente) es inferior al de Cuba (14) e incluso al de Costa Rica y el Salvador y no se diga al de los países europeos (España cerca de 11). Para la educación superior no se ha cumplido el mínimo recomendado a nivel internacional (UNESCO [4] ) que es de 1.5, sólo se asignó para este año 0.58%. Estos magros recursos significan para las instituciones que sobreviven la paralización e incluso la descomposición de la vida académica, moral y convivencial. La educación como un derecho humano para nada se cumple en nuestros países latinoamericanos como México; por el contrario, con los gobiernos neoliberales que aún se mantienen se maneja como un bien mercantil que se vende y compra, quedando precarizados, excluidos y rechazados millones de niños, adolescentes y jóvenes.

Es así que han aparecido en varios países del mundo movimientos estudiantiles y de jóvenes de protesta, resistencia e indignación (el articulista Jalife-Rahme le ha llamado «revuelta juvenil global»). Recientemente en España, Inglaterra y Chile han sido duramente reprimidos y anatemizados con las frases «no quieren ni estudiar ni trabajar», ¡intransigentes!, ¡maximalistas!, ¡radicales!, ¡vándalos!, ¡violentos!, etc. En México este año se formó el MAES (Movimiento de Aspirantes y Excluidos de la Educación Superior) y muy recientemente jóvenes que quedaron fuera de la Universidad Autónoma de Guerrero entraron en una huelga de hambre indefinida.

Hace poco el rector de la Universidad Autónoma de México (Narro Robles) declaró que «el futuro de los jóvenes está en las escuelas» pero no precisó en cuáles. Así, hace unos días, los funcionarios de la Secretaría de Educación Pública y de las dos más importantes instituciones educativas del país: UNAM y el Politécnico Nacional encontraron una dizque solución para el MAES: buscarle acomodo a 1,200 rechazados de la educación superior en las Escuelas Privadas con «becas» para que estudien sus carreras allí. Obviamente que ésta no es una verdadera solución y el MAES ha declarado que no se quiere convertir en «agencia de colocación» de excluidos [5] . Por otro lado, Narro se muerde la lengua, pues el verdadero presente de los jóvenes tiene que ser el acceso abierto a las Escuelas Públicas e impartir allí una educación y una formación (no sólo instrucción): gratuita, laica, científica, crítica, popular y de calidad; pues los recursos destinados a la Educación pública provienen de recursos de la nación; y la educación y el futuro de la juventud no tiene porque quedar en manos de los dictados de los Organismos Político-económicos internacionales neoliberales


[1] Además buena parte de sus «reservas» están en dólares, así como los préstamos que elFMI le tiene asignados.

[2] En cambio sus gastos de preseidencia se incrementaros 200% (La Jornada, 16 de agosto de 2011, p.4)

[3] El promedio de inversión de los países de la OCD en primaria es de 8.9, en secundaria de 7.8, en universidad de 9.5, mientras en México es respectivamente de 2.3, 2.7 y 4.5.

[4] Por cierto este año México cerró su misión en la UNESCO (París) para ahorrarse un como más de un millón de pesos anuales, cuando el gasto semestral en publicidad del gobierno fue de ¡mil millones!

[5] Los estudiantes chilenos rechazaron el diálogo con el gobierno mientras éste no muestre respaldo a sus demandas y anunciaron hace unos días que el jueves 18 de agosto se van a paro nacional.