La Franja de Gaza, en especial, el campo de refugiados de Jabaliya vivió ayer una dramática y sangrienta jornada que se saldó con la muerte de, al menos, 60 personas, entre ellas, un buen número de niños. Otras 150 resultaron heridas de diversa consideración. El responsable del servicio de urgencias alertó del desastre humanitario que […]
La Franja de Gaza, en especial, el campo de refugiados de Jabaliya vivió ayer una dramática y sangrienta jornada que se saldó con la muerte de, al menos, 60 personas, entre ellas, un buen número de niños. Otras 150 resultaron heridas de diversa consideración. El responsable del servicio de urgencias alertó del desastre humanitario que se avecina en este territorio palestino, donde las ambulancias ni siquiera pueden circular por falta de combustible.
El Ejército israelí no ha dado ni un minuto de tregua a la Franja de Gaza. El número de fallecidos aumenta sin cesar y ya son más de 80 las personas que han perdido la vida desde el miércoles.
En la noche del viernes al sábado, los habitantes de este territorio palestino volvieron a escuchar el ruido de los aviones y el lanzamiento de misiles. Uno de ellos cayó sobre una casa situada al este del campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de la Franja. El resultado: dos hermanas muertas; Salwa de 13 años y Samash Assalia, de 17. En otro ataque aéreo fallecieron un padre y su hija de 19 años. Poco después, las víctimas serían una adolescente de 15 años y su hermano de 16. Los disparos de las tropas sionistas también alcanzaron la vivienda del doctor Wahid Badawi, que murió al recibir uno de los tiros. Y, más de un centenar de palestinos resultaron heridos. Son tan sólo una muestra de la sangrienta jornada que ayer se vivió en Jabaliya, Beit Hanun y en el barrio de Sajaiya, en la Ciudad de Gaza.
Según los últimos balances, al menos, 60 personas fallecieron y más 150 requirieron atención sanitaria en una Gaza sometida a un férreo bloqueo y al borde de la emergencia sanitaria desde hace meses. 20 de los heridos estaban en estado grave.
El doctor Muawiya Hassanein, jefe de los servicios de urgencia del Ministerio de Sanidad, resaltó que los servicios sanitarios están desbordados: «No nos podemos desplazar con facilidad. 12 de nuestras ambulancias están inutilizadas por falta de carburante y las otras están acordonadas por el Ejército».
En este sentido, vaticinó un desastre humanitario por falta de combustible y equipamientos médico en los hospitales.
«Abren fuego contra todo»
La ofensiva militar comenzó antes del amanecer cuando tanques israelíes, apoyados por helicópteros, entraron en Jabaliya. En declaraciones a la cadena qatarí Al Jazeera, Tariq Dardouna denunció el ataque deliberado contra civiles. «El Ejército está abriendo fuego contra todo, incluyendo niños y viviendas. Hay niños heridos sangrando en el interior de sus casas», relató.
«Vivimos un ambiente de guerra total», resumió Abu, de 40 años, residente en Jabaliya.
En los enfrentamientos que le siguieron a esta nueva incursión, murieron dos soldados -otros siete, entre ellos, un oficial sufrieron heridas- y tres cohetes artesanales lanzados por milicianos alcanzaron la ciudad costera de Ashkelon -a 10 kilómetros de la Franja- hiriendo levemente a siete personas.
Pese a las dimensiones de la tragedia, el Gobierno israelí no tiene intención de parar. El viceministro de Defensa, Matan Vilnai, advirtió que están contemplando intensificar los ataques. «Mientras continúe la escalada de eventos, aumentan las posibilidades de que empleemos una fuerza más contundente», afirmó. Dijo que «no hay nada nuevo» en estas incursiones aéreas y terrestres «excepto la tensión de estos últimos días».
«Llamo a esto una operación ampliada y no una gran operación terrestre. Actuamos sobre todo con la aviación aunque también recurrimos a las fuerzas terrestres», afirmó Vilnai a la radio pública israelí.
Por su parte, el ministro de Medioambiente y miembro del gabinete de seguridad, Gideon Ezra, reiteró que «es necesario eliminar a todos los implicados en el lanzamiento de cohetes, incluyendo a Ismail Haniyeh».
Desde su exilio en Siria, el líder de Hamas Khaled Meshaal calificó de «verdadero holocausto» los ataques contra civiles. «Acuso a Israel de llevar a cabo un verdadero holocausto contra el pueblo palestino desde hace décadas», manifestó en una comparecencia en Damasco.
Acusaciones a Occidente
También arremetió contra los países occidentales: «Es una vergüenza que intentéis culpar al pueblo palestino mientras permanecéis callados ante el holocausto de Gaza. El pueblo palestino es la víctima e Israel el agresor, el verdugo», insistió. Añadió que no tienen «otra opción que afrontar el combate que nos han impuesto».
Dejó claro que si el Ejército entra en Gaza, un millón y medio de palestinos combatirán «con el arma de la fe», si bien se mostró dispuesto a responder a cualquier iniciativa de paz, siempre y cuando Israel detenga sus agresiones.
Denunció que la mayoría de las víctimas son mujeres, niños y ancianos y que los bombardeos han destruido casas de civiles y no posiciones de Hamas. «Ni siquiera se han salvado las ambulancias o periodistas. Quieren arrasarlo todo. Israel quiere apoderarse de la tierra y los santuarios palestinos», incidió.
Dirigiéndose a los países árabes, Meshaal alertó de que «el verdadero peligro para la seguridad viene de Israel, no de Hamas. El pueblo palestino no representa una amenaza».
A la Autoridad Nacional Palestina, en manos de al Fatah, le acusó de legitimar esta ofensiva al asegurar que Hamas acoge a miembros de al Qaeda. Aún así, se mostró abierto a «analizar con al Fatah y con el corazón abierto todos los asuntos en cualquier país árabe» si no se imponen condiciones previas.
El portavoz del movimiento islamista, Sami Abu Zuhri, también empleó el calificativo de «genocidio» para describir el asalto a Jabaliya. Asimismo, acusó a «partidos regionales e internos» de estar implicados en el conflicto así como en «la conspiración israelí».
Por su parte, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, reclamó una «reunión de urgencia» del Consejo de Seguridad de la ONU. «Lo que está ocurriendo es más que un holocausto. Es muy lamentable», destacó en una rueda de prensa en Ramallah.
«Los niños de apenas cinco meses de edad están siendo bombardeados por el Ejército. Le decimos al mundo que vea esto con sus ojos y juzgue por sí mismo lo que está ocurriendo y quién es el terrorista internacional», remarcó.
También pidió el cese del lanzamiento de cohetes porque «no ayudan a poner fin al sufrimiento de nuestro pueblo o evitar más desastres».
Eissam Younis, director del centro de derechos humanos Ali Mizan, denunció que el Ejército «ataca a los civiles de manera sistemática y deliberadamente», al tiempo que criticó el «mutismo» de las grandes potencias.
Grupos armados palestinos lanzaron más de 50 cohetes y tres misiles de tiempos de la Unión Soviética contra Israel alcanzando la ciudad costera de Ashkelon. Siete personas resultaron heridas, según el Ejército israelí.
Cerca de 300 personas se manifestaron en Ramallah (Cisjordania) bajo el lema «Stop a los ataques contra Gaza». Los movimientos palestinos marcharon juntos portando imágenes de los niños muertos. En los campos de refugiados de Líbano también hubo protestas.
Rana el Hindi, de Save the Children, afirmó que «en los últimos tres días han muerto 19 niños», mientras que el número de menores heridos «aumenta cada día». «Cuando hablamos con ellos sobre sus miedos, siempre nos expresan su temor a una nueva invasión», relató a Al Jazeera.
La dirección de la Autoridad Palestina anunció ayer que suspende las negociaciones de paz con Israel en señal de protesta por la ofensiva del Ejército en la Franja de Gaza. El negociador jefe de la Autoridad Palestina y ex primer ministro Ahmed Qorei notificó la decisión a su contraparte israelí, la ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni. Qorei, dijo que varios dirigentes de la ANP, incluidos su presidente, Mahmud Abbás, habían recomendado suspender las actuales conversaciones de paz durante una reunión especial convocada ayer por la tarde en la sede gubernamental de Ramallah.
Qorei, que calificó de «masacre de civiles, mujeres y niños, un asesinato colectivo, y genocidio» las últimas operaciones israelíes en la Franja. Saeb Erekat, uno de los principales negociadores palestinos, confirmó que las conversaciones de paz con Israel «han quedado enterradas bajo las casas destruidas de Gaza». «El procesó de paz ha sido arruinado por las agresiones israelíes. ¿Qué negociaciones son posibles en tales condiciones?», añadió.
Antes de confirmarse esta decisión, Livni prometió que el Ejército proseguiría con sus operaciones en Gaza a pesar de las amenazas de la Autoridad Palestina de suspender las conversaciones. «Incluso si los palestinos suspendieran las conversaciones, ello no afectaría en modo alguno a las decisiones o las operaciones que lleva a cabo Israel», afirmó. «Desde el principio esto estaba en la base de las conversaciones con los elementos moderados de la Autoridad Palestina», dijo Livni. Varios comités técnicos integrados por expertos israelíes y palestinos tenían previsto iniciar una serie de reuniones hoy, y el próximo martes el presidente palestino, Mahmud Abbas, se reunirá con el primer ministro Ehud Olmert.
Ante el aumento imparable de víctimas mortales, varios países pidieron el fin de los ataques aunque, el foco de sus críticas estuvo fijado, principalmente, en Hamas. Es el caso, por ejemplo de Canadá. Su canciller, Maxime Bernier, acusó al movimiento islamista y a otros grupos palestinos del «creciente número de cohetes disparados a Israel y están determinados a atacar a civiles y crear más inestabilidad y miseria. Estas acciones son deplorables».