Traducido para Rebelión por Germán Leyens
La conmoción que sacudió a los medios académicos israelíes la semana pasada, después del boicot declarado por la Asociación de Profesores Universitarios de Gran Bretaña (AUT por sus siglas en inglés) contra las universidades de Haifa y Bar-Ilan, ocurrió mientras el doctor Ilan Pappe, protagonista israelí de todo el alboroto, viajaba por Tailandia. Con su mujer y sus dos hijos, Pappe escalaba montañas, montaba elefantes y hacía piragüismo en aguas rápidas. Sólo después de volver a su tranquilo hogar en Tivon durante el fin de semana comenzó a comprender la magnitud del lío. En su respondedor automático, escuchó por lo menos una docena de amenazas de muerte. «Somos de la mafia rusa», dijo una voz. «Iremos a darte una paliza». «Sacaremos a Yigal Amir con permiso – y no para que pueda estar con Larisa», prometió otro.
Pero a pesar de su viaje a Tailandia («La gente pensaba que me había escapado. No creía que había planificado el viaje un año antes», dice), la decisión de la AUT no fue una verdadera sorpresa para Pappe. En realidad, había estado en continuo contacto con la asociación y había puesto al día regularmente a sus amigos en ella sobre sus confrontaciones con la Universidad de Haifa (el acoso de ésta en su contra, según Pappe; las mentiras de Pappe, según el presidente de la universidad), y sabía que estaban a punto de tomar una decisión.
Pappe apoyó realmente un boicot generalizado de las universidades israelíes, como escribió en un artículo en el periódico británico The Guardian unos días antes de que la AUT tomara su decisión. Finalmente, la organización decidió llamar a sus 40.000 miembros a boicotear la Universidad Bar-Ilan por sus vínculos con el Ariel College y la Universidad Haifa por su acoso contra Pappe y Teddy Katz, un estudiante de maestría que escribió una tesis que contiene testimonios sobre una masacre en Tantura en mayo de 1948. Pappe – a diferencia de lo que se ha escrito en muchos sitios – no fue el mentor de la tesis de Katz, sino que vino en su ayuda después de que veteranos de la Brigada Alexandroni presentaron una demanda por calumnias contra Katz.
Pappe no era muy popular entre los académicos de la Universidad Haifa antes de la decisión de la AUT y ahora menos todavía. El presidente de la universidad, el profesor Aharon Ben-Ze’ev, lo ha llamado a abandonar la universidad e «implementar el boicot» que él mismo apoya. Miembros del cuerpo académico se organizan para boicotearlo en las salas y no hablarle.
Incluso entre los académicos afiliados a los círculos izquierdistas, es difícil encontrar a alguien dispuesto a defender a Pappe. «Está escupiendo en el pozo del que bebe», fue la reacción de varios profesores. El jefe de su departamento, Dr. Uri Bar-Yosef, que se describe como amigo personal de Pappe, escribió a The Guardian que «no existe una base» para las afirmaciones de Pappe contra la universidad.
Afuera de los muros de la universidad, algunos incluso han calificado a Pappe de verdadero traidor, un enemigo público. En Maariv, Ben-Dror Yemini lo llamó «uno de los peores nuevos antisemitas», nada menos. «Si se te acerca por la calle, cruza a la otra acera. No te sientes a su lado en el transporte público. No intercambies una sola palabra con él, buena o mala. Trátalo como los judíos trataron por generaciones a aquellos que se separaron de la comunidad», escribió Erel Segal, también en Maariv. «Pero no le hagas ningún daño físico, ¡Dios nos libre!»
En una entrevista en su casa en Tivon, Pappe dice que está «perplejo» por el motivo por el cual los profesores británicos lo utilizaron como motivo para imponer un boicot a la Universidad de Haifa, ya que hubiera preferido una declaración más general. Perplejo, pero impenitente. Pappe piensa que debería imponerse un boicot a las universidades israelíes, pero no por su causa; él sólo es una excusa, un ardid táctico por parte de los profesores británicos («un ardid legítimo», dice). Un boicot general es necesario porque existe un imperativo moral de terminar con la ocupación y sólo la presión exterior, como la presión que fue ejercida sobre el régimen del apartheid en África del Sur, puede tal vez lograrlo. ¿Y por qué las universidades? Porque el medio universitario israelí, según la opinión de Pappe, es sólo un altavoz del establishment y es utilizado para permitir que Israel se presente en el exterior como «la única democracia en Medio Oriente». Por ello, cree, es tanto permisible como ético que se imponga un boicot en contra de las universidades israelíes.
Más allá de esta lucha básica, la batalla personal de Pappe con la Universidad Haifa podría ser llamada «la batalla por Tantura». Teddy Katz, un estudiante de maestría en el departamento de Estudios de Medio Oriente de la universidad, presentó una tesis sobre «El Éxodo de los Árabes de las Aldeas al Pié del Sur del Monte Carmel» y recibió una nota de 97 por ella. En el trabajo, Katz describió la batalla por Tantura una aldea costera de 1.500 habitantes. En la batalla, escribió Katz, entre 10 y 20 aldeanos fueron muertos, pero «al terminar el día, no menos de 200 a 250 hombres habían sido muertos, siendo que los aldeanos no tenían armas y estaban totalmente indefensos».
Katz no utilizó la palabra «masacre», aunque esta palabra fue usada en un artículo publicado en Maariv en enero de 2000. Veteranos de la brigada Alexandroni, que había conquistado Tantura, presentaron una demanda contra Katz; la universidad se negó a defenderlo y entonces Pappe se puso de su parte, aunque no tenía nada que ver con su trabajo. Pero Katz, después de ser interrogado en el tribunal y que se le presentaran contradicciones entre lo que se le dijo en grabaciones y el material escrito, aceptó retractar su afirmación de que se había cometido una masacre en Tantura. Al día siguiente, Katz cambió una vez más de opinión y trató de retractarse de su retractación, pero ya era demasiado tarde. El tribunal se negó a considerar nuevamente el tema y dejó intacta su negación de la masacre.
Después de la decisión del tribunal, y después de una cuidadosa investigación propia, un comité de la Universidad Haifa determinó que el trabajo de Katz «fracasó en la etapa de la presentación del material en bruto al juicio del lector, tanto en cuanto a su organización según un criterio estricto de clasificación y de crítica, y en los casos aparentes de indiferencia por el testimonio de los entrevistados» y le pidió que volviera a someterlo. Katz presentó una segunda versión, pero ésta, también, fue rechazada por los críticos.
Durante todo este tiempo, Pappe fue casi el único que apoyó a Katz. Dijo que a pesar de sus inexactitudes, el trabajo de Katz demostró que hubo una masacre en Tantura y por ello la universidad debía aprobar su tesis. Ahora, la brigada Alexandroni dirigió sus críticas a Pappe. Sostuvieron que difundía mentiras al apoyar un trabajo fundamentalmente falso y exigió que fuera destituido por la universidad.
Los enfrentamientos se hicieron cada vez más duros y finalmente, en mayo de 2002, el profesor Yossi Ben-Artzi, en aquel entonces decano de la facultad de humanidades y actualmente rector de la Universidad Haifa, sometió una solicitud al comité disciplinario de la universidad para que expulsara a Pappe de la universidad. Nada similar había ocurrido jamás en la historia de las universidades israelíes. El presidente del comité encontró defectos en la solicitud de Ben-Artzi y la discusión de su solicitud nunca tuvo lugar pero, desde entonces, las relaciones de Pappe con la universidad no han conocido un instante de paz.
Personas que podrían ser calificadas de «favorables al asunto» leyeron la tesis de Katz y dijeron que verdaderamente fue realizada a un nivel bajo y mal escrita, sin tener en cuenta las posibles inexactitudes.
Pappe: «La primera tesis era intachable. Le dieron 97 puntos. Yo le hubiese dado 100 – aunque no estuve involucrado en la primera tesis. No fui el mentor, como la gente escribe todo el tiempo. Pero tuvo tanto cuidado con la segunda versión que presentó. Lo obligaron a citar testimonios completos hasta que se convirtió en un trabajo imperfecto. Teddy me mostró la segunda versión antes de presentarla y le dije que la re-escribiera.
«Es verdad que en el primer trabajo encontraron seis casos de discrepancias» (según el informe del comité, hubo en realidad nueve casos de «discrepancias muy serias»). Pappe continúa minimizando considerablemente la seriedad de la opinión del comité: «De esos seis casos, dos son importantes. En un caso, cita a un soldado utilizando la palabra «nazis» en vez de «alemanes». En otro sitio, escribió que un testigo palestino vio el incidente, pero no oyó hablar de él. En otras palabras, convirtió a un testigo de oídas en un testigo presencial. Fue un error inocente. He escuchado todas las 60 horas de grabaciones y esa parte fue escuchada en un dialecto aldeano de árabe y era muy difícil de comprender, lo que no significa que esté bien. Si fuera a publicar su tesis como libro, le diría definitivamente que la corrigiera, pero eso no cambia lo esencial.»
¿Y cuál es la esencia desde su punto de vista?
«Para mí, como historiador, lo que dijeron los judíos, lo que dijeron los árabes y lo que dijeron las insinuaciones en el archivo de las IDF (ejército israelí) – me bastan para poder decir con profunda convicción que hubo una masacre en Tantura. No tiene que ser aceptado por todos, pero eso vale para todo evento histórico.
«A propósito, cuando reventó todo el asunto, propuse que la universidad convocara a un panel de expertos para que dijeran lo que ellos concluirían de los materiales de Teddy Katz, para discutir el tema de si es posible concluir de ellos si hubo o no una masacre. En lugar de un caso que provocó un boicot en su contra, podrían haberlo convertido en un caso que hubiera enlucido la reputación de la universidad en el mundo.
«Pero Ben-Artzi, y especialmente Yoav Gelber, consideraron que estaban defendiendo el sionismo y no se interesaron por asuntos de historia. Y al descalificar la tesis de Teddy, enviaron un mensaje a cada estudiante de investigación, a cada profesor sin titularidad, diciendo que si investigan la historia de 1948 de un modo que contradiga la narrativa sionista, no podrán avanzar. Tuve un estudiante árabe que quería investigar el ’48 y me dijo: «Mire lo que le hicieron a un estudiante judío. Imagine lo que me harán a mí. Abandonó el tópico de investigación.»
La decisión de la AUT dice que el acoso dirigido en su contra ha continuado desde entonces. El presidente de la universidad dice que no hay acoso, que todo son mentiras suyas y que la queja en su contra no tiene importancia porque el procedimiento disciplinario fue anulado. ¿Qué ha ocurrido desde 2002?
«El juicio en mi contra fue un intento de utilizar un procedimiento legal para librarse de mi persona, y fracasó por el apoyo internacional que obtuve del mismo grupo de profesores que ahora llamó al boicot. Desde entonces he sido sometido a un boicot de facto. Todo el que quería invitarme a una conferencia o a un seminario recibía un llamado telefónico del rector o del presidente diciéndole que era mejor que no me invitara, por mis puntos de vista y opiniones.»
¿Usted lo sabe por testimonios de primera mano?
«Lo sé de testimonios de primera mano. Pero, hubo dos o tres personas valerosas que me invitaron a pesar de todo, pero tuvieron algunas experiencias muy, muy duras. Llegó al punto que interrogaban a personas porque habían sido vistas tomando una taza de café conmigo en la sala de los profesores. Para romper la atmósfera de boicot, traté de organizar varias conferencias. Hace un año, traté de organizar una conferencia sobre historiografía árabe e israelí sobre ’48. Se me dijo que no podía realizar la conferencia, pero traté de hacerla. Y entonces, utilizando la fuerza física, enviaron a 10 hombres de la seguridad para impedir que entrara al auditorio y el jefe de la seguridad de la universidad me agarró físicamente y le dijo al presidente por su walkie-talkie – el presidente en aquel entonces era Yehuda Hayot – ‘Lo tengo’, como si hubieran capturado a Osama bin Laden. Provoqué una protesta internacional y entonces aprobaron la conferencia.
«Mire, la persecución en las universidades no es algo terrible. No te mata y no te hieren físicamente. Pero dentro del mundo académico, si es ése el mundo en el que vives, sufres. Sufres, desde luego, en el sentido académico.»
¿Y usted informó de todo esto a la gente en el exterior?
«Informé a la gente en el exterior sobre cada incidente semejante. Me pidieron que lo hiciera y lo hice. Tiene que comprender que desde el punto de vista de esa gente, después de la muerte de Edward Said, soy considerado como uno de los principales representantes del grito palestino. Por ello, que me silencien no es como cualquier imposición del silencio a un profesor, sino que es el silenciamiento de una de las voces más efectivas en esta lucha. Siempre he aclarado que mi situación personal no es difícil – no me encuentro en las mazmorras del Shin Bet – sino que el que se me silencie tiene importancia porque soy el único en Israel que tiene un curso sobre un tema que los israelíes no quieren que se trate: la limpieza étnica de 1948. Es mi curso más popular: Por desgracia muchos estudiantes me escriben que no pueden participar porque no hay sitio. Por eso pienso que lo que estoy haciendo es importante.»
¿El único en Israel?
«Sí, ¿quién más lo hace? En Israel hay en la actualidad dos historiadores profesionales que son considerados historiadores nuevos – Benny Morris y yo. No estoy hablando de un psicólogo como Benny Beit-Hallahmi, o de un químico, como Yisrael Shahak, que escribió sobre `48. Estoy hablando de personas cuya profesión es la historia, que son expertos en el trabajo con archivos y documentos y la historia oral, que son considerados para su promoción sobre la base de la investigación que han hecho sobre ’48. Es la importancia de un libro mío sobre ’48, que sólo es aceptado para ser publicado después de haber sido examinado como trabajo profesional de historia, en comparación con un artículo del tipo publicitario.»
La opción del silencio
Ilan Pappe, 50 años, nació en Haifa, se concentró en estudios sobre Medio Oriente en la universidad y luego sirvió en los servicios de inteligencia del ejército. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Oxford, donde estudió relaciones internacionales y estudios medio-orientales. Ha estado enseñando en la Universidad Haifa desde 1984, primero en el Departamento de Estudios de Medio Oriente y luego en el Departamento de Ciencias Políticas. Pappe es uno de los fundadores de la «nueva historia» en Israel, junto con Benny Morris y Avi Shlaim, y es considerado el teórico del grupo, que reexaminó la historia del nacimiento del Estado basándose en nuevos documentos descubiertos en los archivos, entre otras cosas.
Pappe, que ahora se auto-califica de «anti-sionista» ha escrito numerosos libros, incluyendo «Britain and the Arab-Israeli Conflict» y «A History of Modern Palestine,»
algunos de los cuales fueron publicados por prestigiosas editoriales como Cambridge University Press. En 2002, publicó una biografía política en hebreo de la familia Husseini.
La decisión británica de llamar al boicot, que está vinculada personalmente a usted y lo menciona personalmente, ¿no lo embaraza? ¿No se pregunta si deberían desentenderse de toda esta universidad sólo por mi persona?
«No es sólo por mi persona. Querían agregar otras cosas – acoso de estudiantes árabes, la clausura del departamento de teatro por obras políticas. Tendrá que preguntar a ellos porqué lo limitaron a mi caso. Sí, por una parte, me embaraza. Pero por otro lado, no me puedo quejar. En 2002, apelé primero a los universitarios israelíes para que me ayudaran, para que no me expulsaran, y especialmente a que Katz no fuera expulsado. Ningún universitario israelí vino a ayudarme. Entonces me volví hacia el exterior. No puedo quejarme si un cuerpo académico respetado ha venido en mi ayuda.»
¿Nadie vino a ayudar a Katz?
«Nadie vino a ayudarle. ¿Por qué iban a hacerlo? Es un estudiante de maestría. Ellos son profesores. ¿Qué les importa? Después que me senté y transcribí las cintas – estuve transcribiendo durante 60 horas, y sé árabe – dos o tres colegas cambiaron su opinión y ayudaron. Pero no pusieron en peligro sus carreras. Sabía que cuando salí a ayudar a Katz, me iba a costar caro. Pero no sabía hasta qué punto.»
Lo han dejado casi enteramente solo. No sólo desde la derecha, que lo considera un traidor, sino también desde lo que podría ser llamado el «campo de la paz» en la universidad. Apenas se oye una voz en su apoyo.
«No veo ningún cambio drástico. He estado en esta posición desde la ‘Operación Escudo Defensivo’, desde que rompí con la izquierda israelí. Tuve seis partidarios en la universidad. Ahora tengo dos. Pero usted verá también que las reacciones en Internet, en Ynet y en NRG, muestran un 20 por ciento de apoyo, lo que es muy interesante, un apoyo fascinante que no recibí anteriormente. En la universidad, ha habido también por lo menos dos profesores que, aunque no apoyan el boicot, apoyan mi derecho a apoyar un boicot. Recibo muchas cartas de apoyo. La cuestión es si hay algún debate sobre el tema en esta izquierda, y pienso que existe. Tengo que decirle que yo también luché mucho conmigo mismo respecto al boicot. Fue una decisión muy difícil.»
También se dice en la izquierda que usted vuela en solitario, que usted dirige la política extranjera de Ilan Pappe.
«La izquierda sionista no es mi medio. Mi medio es el medio palestino. Mi medio es el medio progresista e izquierdista internacional. He llegado a la conclusión, aunque podría equivocarme, de que no existe la posibilidad de que un movimiento importante que termine con la ocupación aparezca desde el interior del Estado de Israel. No existe, y no importa cuánta gente buena haya en Israel. Si esperamos que un movimiento efectivo termine con la ocupación, lo que ocurrirá al final será la destrucción total del pueblo palestino. Ni hoy, ni mañana. Después de la tercera o la cuarta Intifada.
«La lucha armada palestina también ha fracasado. No tiene posibilidad de éxito. Tampoco puedo apoyarla porque soy pacifista. Puede ser que mi camino tampoco tenga posibilidades de éxito. Puede ser que los palestinos estén condenados a la extinción, pero no quiero vivir como alguien que no hizo todo lo que podía por impedirlo. Y lo único que puede detener a Israel es la presión exterior.
«El mecanismo del boicot contra África del Sur comenzó con acciones solitarias. No se trata sólo de mí. Usted podría decir lo mismo de la profesora Tanya Reinhart. Existen algunas personas más cuyas posiciones categóricas son consideradas problemáticas por la izquierda israelí. Es el precio que pago. ¿Quiere que le diga que esto es divertido? ¿Sueno tranquilo? Por dentro no estoy tranquilo. No me complace esto. Ansiaría ser relevante para mi sociedad. Soy una persona que quiere a la gente. Quiero que me quieran. No me es fácil con esta posición, con todo el odio que me dirigen. Hay gente que vive perfectamente con algo así. Yo no. Y puede ser que un día decida que el precio es demasiado duro y entonces escogeré la opción del silencio o la de irme, que es lo que todos desean que haga. Tal vez me vaya. Pero por el momento, resisto.»
En el aula, soy rey
¿Por qué un boicot a las universidades? El profesor Baruch Kimmerling escribió que las universidades israelíes están bajo ataque y debilitarlas sólo aumentará su dependencia del gobierno. Y además, de todas las entidades sociales en Israel, las universidades han sido las únicas que han elevado una voz crítica.
«El boicot a las universidades forma parte de un creciente boicot del que no se habla – de productos israelíes, de cantantes israelíes. El boicot llegó a las universidades porque las universidades en Israel prefirieron ser oficiales, nacionales. El profesor Yehuda Shenhav estudió el caso y descubrió que de 9.000 miembros académicos en Israel, sólo entre 30 y 40 están activamente involucrados en presentar una crítica significativa, y un número más pequeño, sólo tres o cuatro, enseñan a sus estudiantes de un modo crítico sobre el sionismo, etc. Las universidades han decidido formar parte de la propaganda oficial de Israel.»
¿Es tan extrema la situación?
«Por cierto. Las universidades son los embajadores más importantes de Israel en la formulación de la afirmación de que somos la única democracia en Medio Oriente. Y hay una cosa más – que podría hacer que la elite israelí piense de otro modo sobre su auto-imagen como una sociedad occidental. Si en cada sitio donde va un israelí, se le dice oficialmente: ‘Ustedes no forman realmente parte de Occidente. Ustedes no forman parte de una sociedad ilustrada. Ustedes pertenecen realmente al mundo atrasado’ – Es un mensaje importante para los israelíes. Establecieron esta isla occidental, o seudo-occidental, en medio de Oriente Próximo, y depende en gran parte de lo que los europeos, no sólo los estadounidenses, piensen de nosotros.
«Además, no pienso que un académico puede llegar y decir: ‘Impongan un boicot contra Polgat, o a la industria israelí de diamantes’. Sufrirían los trabajadores israelíes, sufrirían los propietarios de las fábricas. Pienso que es justo cuando digo que estoy dispuesto a pagar el precio y no pido que otros lo paguen. Si el boicot académico se generaliza, y la gente en el exterior me dice: ‘Ilan, tampoco te vamos a invitar a una conferencia’ – pienso que para mí, es un precio muy pequeño que pagar.»
Así que usted siente una especie de vengatividad.
«Sí, especialmente por causa de Katz. Yo no sufrí. Teddy Katz sufrió un ataque debido a esta universidad. Casi murió. Y un estudiante de maestría no debería casi morir por causa de una universidad. Así que esto será un poco incómodo para la universidad. ¿Y qué?
Una de las reacciones más comunes a su iniciativa ha sido decir que usted no puede escupir en el pozo del que bebe, que es un verdadero descaro que siga trabajando en la universidad. El presidente Ben-Ze’ev dijo que usted no puede trabajar en la Universidad Haifa porque usted llama a que sea boicoteada.
«Ben-Ze’ev no tiene la menor idea de lo que es el mundo académico. Mis estudiantes de maestría fueron y le preguntaron por qué no comprende que su trabajo es proteger mi derecho a criticarlo. Y él les dijo que mi trabajo es ser leal a la institución.»
¿Así que está profundamente desilusionado con el mundo académico israelí?
«Profundamente – con el mundo académico y con los medios. Pienso que las universidades y los medios deberían ser supuestamente los órganos más sensibles de la sociedad, las partes con la mayor conciencia. En la sociedad laica, cumplen con el papel que solían tener los rabinos, el clero, en la sociedad religiosa. Pero en Israel, son la gente con menos conciencia, – por supuesto estoy generalizando. En lugar de ser los guardianes de la democracia se están convirtiendo en los referendarios de la ideología gobernante. Viajo bastante por los territorios y me consterna lo que veo. ¿Cómo es posible vivir con el horror de torres de vigilancia alrededor de ciudades como Tulkarem y Qalqilyah? ¿Cómo es posible ver a un soldado haciéndole la vida difícil a mujeres palestinas de edad todos los días, a veces cada día a la misma anciana? ¿Cómo es posible ignorarlo cuando es hecho en tu nombre? ¿Puede uno seguir enseñando sobre Francia en la Edad Media cuando su trabajo es el de ser un intelectual?
«Me pagan para que sea crítico. Te dan titularidad para que no seas presionado. La gente aquí ha olvidado el motivo por el cual fueron fundadas las universidades. Le dieron titularidad a una persona sólo para que pueda ir y decirle a la Universidad Haifa – no tengo miedo de decirles que ustedes están adoptando una posición inaceptable en el caso de Teddy Katz. ¿Y qué hizo la universidad? Dijo: Te vamos a quitar tu titularidad para que no puedas decirlo».
A pesar de todo, ¿cómo puede permanecer en un sitio que pide que sea boicoteado?
«¿Piensa que la Universidad Haifa puede librarse ahora de mi persona? La intención no es que la gente en Haifa comience a adorarme. La intención es que les sea imposible volver a tocarme. Si sigo pensando que la Universidad Haifa es una plataforma importante, me quedo, porque la Universidad Haifa no pertenece al rector. No pertenece al presidente. También pertenece al 20 por ciento de estudiantes árabes que van a enviarme una petición pidiéndome que no renuncie.»
Por lo tanto, ¿se queda en la Universidad Haifa?
«Me quedo por los estudiantes. Mis clases están repletas a reventar. No me quedo por mis colegas. Me es desagradable en los corredores. La gente me mira con recelo, como si fuera en traidor, y ahora seguramente será peor. Pero en mi aula soy el rey. Me iré cuando sienta que los estudiantes no me quieren. También son más. Hay 13.000 estudiantes y sólo 900 catedráticos.»
6 de mayo de 2005
http://www.haaretz.com/hasen/pages/ShArtVty.jhtml?sw=Pappe&itemNo=572912