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Andre Pshenichnikov, el israelí que construyó y destruyó el muro

Fuentes: Rebelión

Andre Pshenichnikov a los 13 años emigro desde la ex Unión Soviética (Tajikistan) a Israel incorporándose a ese 20% de población israelí compuesta por inmigrantes. Al igual que la gran mayoría de esos inmigrantes Andre Pshenichnikov fue adoctrinado exitosamente para someter al pueblo palestino, no solo cumplió el servicio militar obligatorio de tres años, además […]

Andre Pshenichnikov a los 13 años emigro desde la ex Unión Soviética (Tajikistan) a Israel incorporándose a ese 20% de población israelí compuesta por inmigrantes. Al igual que la gran mayoría de esos inmigrantes Andre Pshenichnikov fue adoctrinado exitosamente para someter al pueblo palestino, no solo cumplió el servicio militar obligatorio de tres años, además prosiguió un año y medio adicional como militar de carrera para el departamento informático del ejercito israelí.

Podría decirse en este aspecto que Andre Pshenichnikov era un ciudadano israelí ejemplar cumpliendo con esas obligaciones nacionales impuestas por el estado y solo eludidas voluntariamente por los disidentes declarados de la ocupación palestina.

Sin embargo en Junio del 2012 Andre es detenido por el ejercito israelí acusado de residir ilegalmente en el campo de refugiados de Deheishe.

Algo sucedió durante el 2012 que provoco el cuestionamiento de Andre sobre la ocupación palestina, un ex nacionalista, un ex sionista admirable ante la óptica común israelí comenzó a poner en tela de juicio la realidad de la que era hasta entonces percusor como miembro del ejército.

Poco han informado los medios convencionales sobre los hechos puntuales que lograron la evolución humana de Andre. Se sabe que un día decidió abandonar el status privilegiado del bando agresor y residir en Cisjordania, donde apelaría a las autoridades en busca de ciudadanía palestina. Fue así como Andre decidió mudarse a los territorios ocupados, al campo de refugiados de Deheishe, donde la misma policía palestina ejecutó su arresto para entregarlo a los israelíes.

Según las autoridades palestinas, Andre representaba dos posibles peligros: tenía perfil de espía y era un israelí residiendo en «territorio enemigo». En el primer caso Andre podría haber colaborado con el ejercito israelí, lo cual no tiene mucho sentido estando Cisjordania gobernada por un partido que responde a intereses israelíes (Fatah). La segunda hipótesis sugiere que la presencia de Andre en Deheishe lo arriesgaba a ser ajusticiado por los mismos palestinos ante sospechas de espionaje o por simple venganza como sucedió con Juliano Mer Khamis.

De esta manera Andre fue arrestado por primera vez por las autoridades israelíes tras ser entregado por la policía palestina. Al ser interrogado Andre manifestó a las autoridades su deseo de cortar toda relación con Israel, de abandonar su status de ciudadano para integrarse a la resistencia palestina. «Deseo formar parte de la resistencia palestina, odio el sionismo» fueron sus palabras literales, según el periódico israelí ‘Ydeot Aharonot’.

Mientras su caso era juzgado Andre fue legalmente privado de retornar a Cisjordania, una orden que no fue acatada. Andre regreso a Cisjordania: desafío a la sociedad israelí, como lo hizo Tali Fahima en su momento, a conocer las condiciones bajo las cuales viven los palestinos en Cisjordania y Gaza, exhortando a los anti sionistas a revocar la ciudadanía israelí para adoptar y legitimar la palestina.

Esta historia personal, con promesas de final feliz, se torció en diciembre del 2012, cuando, por razones desconocidas, Andre intento ir a Egipto pero fue detenido por miembros del ejercito israelí que intentaron obligarlo a firmar un compromiso según el cual no iría a ese país. Nuevamente Andre rechazo las ordenes y negándose a firmar fue liberado horas mas tarde; cuando reintentó cruzar hacia Egipto, la policía de ese país nuevamente lo arrestó bajo graves cargos de espionaje.

La versión oficial dice que Andre planeaba un viaje a Gaza y que llevaba fotos con información sensible sobre materias de seguridad, aparentemente de Egipto aunque esto no es mas que especulación. Al igual que en el caso de Ilan Grapel, el estado egipcio no ha aportado ninguna prueba que relacione a Andre con espionaje. Por otro lado, aunque fuese cierto, es muy común por parte de activistas fotografiar ‘checkpoints’ o métodos de control, y Andre era un activista modelo, literalmente, los palestinos de Deheishe lo han visto combatiendo con piedras a soldados armados.

Según la familia de Andre, este es retenido en condiciones infrahumanas y temen que el gobierno de Egipto lo convierta en objeto de alguna negociación como hizo con Ilan Grapel, que, a diferencia de Andre, contaba con un historial que le proporcionó el apoyo y simpatía de Israel. Muy lejos del caso de Andre, quien podría correr un destino marcado por el desamparo.

Las consecuencias del accionar del gobierno egipcio encabezado por Morsi son tan perjudiciales como beneficiosas las recomendaciones de Andre a la sociedad israelí en su propuesta de conocer la realidad palestina.

Mientras Andre propuso una nueva modalidad de lucha, pacífica y más cercana a un cambio de conciencia que de uniformes, Egipto envía un mensaje alto y claro a los disidentes de Israel: no cuenten con nosotros, como tampoco pueden hacerlo los palestinos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.