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Aprendizajes sobre feminismo negro: diálogos con cinco negras intelectuales cubanas

Fuentes: Cuba Posible

«A partir de ahora quedan muchas interrogantes por formular. ¿Qué camino a seguir? ¿Cuáles son las herramientas teóricas y metodológicas más adecuadas a nuestra historia, condiciones y necesidades? ¿Cómo realizar intervenciones que propicien el mejoramiento y cambios sustanciales en el campo cultural y en nuestra sociedad en general? Estas son solo algunas preguntas que debemos […]

«A partir de ahora quedan muchas interrogantes por formular. ¿Qué camino a seguir? ¿Cuáles son las herramientas teóricas y metodológicas más adecuadas a nuestra historia, condiciones y necesidades? ¿Cómo realizar intervenciones que propicien el mejoramiento y cambios sustanciales en el campo cultural y en nuestra sociedad en general? Estas son solo algunas preguntas que debemos contestarnos colectivamente en el futuro

Inés María Martiatu Terry (2010)

 

La discusión sobre Feminismo Negro crece cada día. No obstante, es importante aclarar que hay una larga historia que se remonta al siglo XIX y a Estados Unidos como uno de los locus principales desde el punto de vista teórico y práctico. Además, otras perspectivas sobre el feminismo están siendo debatidas hoy a nivel internacional; por ejemplo, el caso de la situación de las mujeres y su lucha dentro del contexto islámico. Para poder entender los significados de esa efervescencia feminista en nuestro planeta, que tiene su continuidad en el nuevo milenio, es importante evitar las alusiones a la palabra modismo. La rebeldía ante una sociedad cada vez más machista, patriarcal, falocéntrica, racista y sexista no puede ser algo pasajero como las modas de cada momento.

El dossier «Actualidad del Feminismo Negro: diálogo con cinco mujeres negras jóvenes cubanas» es una oportunidad de dar a conocer lo que piensa una pequeña representación de mujeres negras intelectuales nacidas en Cuba entre 1973 y 1985. Es decir, en la época de consolidación -y crisis ulterior- del modelo socialista cubano alineado a la Unión Soviética. Todas ellas llegaron por méritos propios a la Universidad de La Habana y allí ratificaron su calidad académica formándose como licenciadas en el período que abarca de 1996 a 2008. Dicha época (y los años siguientes) estuvo llena dificultades de todo tipo, que influyó superlativamente en la sobrevivencia de personas simples como ellas. Es decir, no fue fácil estudiar una carrera universitaria cuando la situación económica golpeaba tanto.

Cada una de ellas asumió el desafío de tornarse profesional, amén de las tantas dificultades cotidianas. Dos se graduaron en Filosofía, una en Filología, la de mayor edad cursó Psicología y la más joven terminó Historia. En fin, ellas son egresadas en carreras de ciencias sociales y humanidades. A partir de ahí, cada quien se preocupó por su superación profesional en distintos postgrados, que van desde cursos simples, pasando por diplomados y maestrías, hasta el doctorado. En este momento, una ya es Doctora, dos andan con paso firme para adjudicarse ese título y otra está a punto de comenzar esa experiencia académica. Socialmente, tres ya saben lo que significa ser madre y una de ellas es abuela.

Además del interés por el tema del Feminismo Negro y la conciencia de asumirse como mujeres negras, observo otros dos aspectos que unen las trayectorias de vida actuales de las cinco jóvenes intelectuales, que honran de compartir conmigo (y también con los lectores de Cuba Posible) sus valiosas reflexiones. En primer lugar, el posicionamiento social como activistas, en unos casos dentro y fuera del mundo académico; y, en otros, totalmente aisladas de dicho espacio por su tendencia elitista que lastra/impide la proliferación de iniciativas de mayor arraigo popular. Y, en segundo lugar, el factor migratorio, porque cuatro de ellas no están viviendo en Cuba en este momento: tres por realizar proyectos personales y profesionales de vida en Alemania, España y Brasil; y una por razones de estudio en México. En este sentido, insistí en la participación de una joven que vive y trabaja en Cuba para lograr un equilibrio teniendo en cuenta que todas comparten el mismo sentido de pertenencia a una época de luchas por la visibilización [de], reconocimiento [de] y respeto [a] las mujeres más que a un territorio nacional que las vio nacer y crecer como seres humanos.

El dossier consta de cinco entrevistas con igual número de preguntas; juntas podrían ayudar a promover una reflexión más profunda sobre la actualidad del Feminismo Negro a nivel nacional e internacional. Cada respuesta, más que una pista a seguir, nos puede ofrecer una oportunidad de detenernos a pensar sobre la vida cotidiana de mujeres negras que no desempeñan trabajos intelectuales y que, además de sus compromisos laborales, llevan el peso de una casa con o sin marido e hijos, nietos, sobrinos. No obstante, el foco del presente diálogo está en las alegaciones de cinco mujeres negras intelectuales que en las dos primeras cuestiones explican sus acercamientos preliminares a temas sobre los estudios de género, de la mujer y de los feminismos, así como el comienzo del interés por el estudio y la investigación del Feminismo Negro. Es interesante la forma que la experiencia en el entorno familiar, los estudios universitarios y las dinámicas de lo cotidiano marcaron sus actitudes y aptitudes para reflexionar, con seriedad, sobre sus devenires como sujetas «subalternizadas» en la sociedad cubana; independientemente de afirmarse heterosexual u homosexual.

La tercera interrogación es una tentativa de hurgar en los conocimientos de las entrevistadas acerca de la historia del Feminismo Negro o de las mujeres negras en Cuba, porque no ha sido debidamente reconocida y divulgada la contribución de varias mujeres negras a la formación de la nación cubana. Por ejemplo, sigue pasando el tiempo y Mariana Grajales Coello (1815-1893) no es considerada oficialmente (ni con la fuerza necesaria) como «Madre de la Patria», por sus méritos patrióticos y su legado ético. Recuerdo cuando Leyda Oquendo Barrios (1941-2008) habló de ese asunto en Santiago de Cuba durante un evento del Centro de Estudios Maceísta a fines de los años 90. Es verdad que Carlos Manuel de Céspedes tampoco tiene ese título honorífico de manera oficial; pero desde que nacimos estamos oyendo hablar de tal honroso reconocimiento a ese eximio libertador cubano. La historia oficial de Cuba, entendida en un sentido más amplio que trasciende lo político, se escribe con letras patriarcales, sexistas y racistas porque invisibiliza, cosifica y «subalterniza» el papel de la mujer (específicamente si es negra). Es por eso que estamos debatiendo sobre la importancia para la actualidad cubana de los saberes aportados por ellas como sujetas de la historia dentro de un contexto de lucha por los derechos, la visibilización y el empoderamiento de las mujeres negras.

Las dos últimas preguntas del dossier están en sintonía con las interrogantes de Inés María Martiatu Terry (1942-2013) expresadas en la «Introducción» del libro (que organizó junto a Daysi Rubiera Castillo) Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales (2011), en el cual participaron dos de mis entrevistadas. En las respuestas dadas a las interrogantes formuladas no solamente han sido identificadas las contribuciones teóricas y metodológicas cardinales del Feminismo Negro (por ejemplo, la inter-seccionalidad), sino también puede observarse una preocupación sobre la posibilidad de aplicarlas para entender la situación de las mujeres negras en el contexto de vida, específicamente de estudio y trabajo. Y, sobre todo, es resaltada la necesidad de contribuir desde la praxis social al enriquecimiento de varias discusiones teóricas y cotidianas sobre Feminismo Negro

Las entrevistadas nos brindan instantes de lucidez que nos permiten entender la diversidad de visiones y formas de actuar en lo que estamos definiendo como Feminismo Negro. Nombres propios más conocidos en Cuba como las afroestadounidenses Angela Davis, Alice Walker o bell hooks; y otros menos conocidos como la afroestadounidense Sojourner Truth (Ca. 1797-1883) o las afrobrasileñas Léila González (1935-1994) y Sueli Carneiro, aparecen en esta plática junto a nuestras marianas inolvidables «Lalita» y Leyda; y también a quienes siguen entre nosotros como Daysi y Georgina Herrera. Con virtudes y defectos, tales sujetas de la historia (y otras más) han influido en varias generaciones de mujeres negras intelectuales como mis entrevistadas, que me honraron al dirigirme la palabra. ¡Que este material sirva para iluminar nuestras reflexiones!

Fuente: http://cubaposible.com/feminismo-negro-dialogos-cinco-cubanas/