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Región de Murcia

Apuntes para un nuevo modelo de desarrollo desde la izquierda

Fuentes: Rebelión

El modelo de desarrollo vigente en buena parte del estado, y en concreto en la Región de Murcia debe incomodar a todas las personas con pensamiento progresista, pues su implantación y desarrollo suponen un triunfo de los valores ligados al neoliberalismo económico más despiadado. Decíamos ayer, antes del año 2000, que pensar en la escalada […]

El modelo de desarrollo vigente en buena parte del estado, y en concreto en la Región de Murcia debe incomodar a todas las personas con pensamiento progresista, pues su implantación y desarrollo suponen un triunfo de los valores ligados al neoliberalismo económico más despiadado.

Decíamos ayer, antes del año 2000, que pensar en la escalada urbanística regional, que ya empezaba a vislumbrarse, como un momento económico cualquiera, pasajero, en nuestra evolución económica, era una enorme ingenuidad.

Lejos de los análisis de ciertos foros mediáticos y políticos, seducidos por la idea de inversiones gigantescas e infraestructuras faraónicas, los hechos confirman las peores predicciones: se está construyendo un nuevo modelo de sociedad completo, una nueva Región de Murcia introducida por la puerta de atrás de las macro urbanizaciones y la histeria desarrollista.

El modelo que se está implantando es el característico de las sociedades capitalistas más desiguales. Se trata de generar áreas de gigantesca capacidad de consumo y los servicios privados que permitan obtener rentabilidad económica a partir de las necesidades de sus habitantes.

La planificación urbanística y económica desde la res pública queda subyugada por otro modelo de toma de decisiones en el que el afán de lucro privativo es el factor más influyente.

El nuevo modelo desmantela la estigmatizada, por cara y pública, sociedad del bienestar y fuerza una sociedad a dos velocidades: La primera sociedad la constituyen ciudades aisladas de tipo extensivo cuyos servicios de seguridad, educación, sanitarios, son de carácter privado. La financiación de estos servicios privados se haría, en parte, por una clase media-alta de cierto poder adquisitivo, esclavizada por su propio nivel de vida. Por otra parte, se facilitaría la inyección de dinero público en empresas y servicios con ánimo de lucro y para unos pocos, en lo que supone una paradoja monumental y el colmo de una concepción parasitaria de lo público.

Hay muchos ejemplos de la tendencia anteriormente enunciada: La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia está favoreciendo, con dinero y terreno público, la aparición de colegios, guarderías, residencias de la tercera edad y otros servicios que, se crean y mantienen con dinero público, pero que se explotan por entidades y empresas afines y con claro ánimo de lucro. En los municipios de la Región con mayor porcentaje de inmigrantes, se está financiando con dinero y suelo la creación de nuevos centros escolares concertados.

La creación de centros de servicios consorciados, o falsas cooperativas para amiguetes, tiene otras consecuencias más perversas: se crean redes educativas y de otros servicios de primera y de segunda. La red pública recoge a todos aquellos que no pueden pagar, por lo que la escasez de recursos públicos y la concentración de capas sociales desfavorecidas da lugar a una dinámica de centros marginales para asumir lo que no interesa a los centros «exquisitos» pagados por todos, pero sólo para quienes ellos quieran.

Por debajo de esta sociedad, que sus promotores llamarían «de primera«, el sistema precisa de la existencia de otra sociedad, la de quienes no pueden adquirir las casas de un Resort ni pagar la medicina privada, pero sí que pueden, y de hecho resultan imprescindibles, trabajar al servicio de los primeros en múltiples ocupaciones. Se busca un «ejército de reserva» con bajas expectativas salariales. En nuestra región, este «ejercito de reserva» se compone en gran parte, aunque no en exclusiva, de emigrantes pobres.

De esta forma, lo que se construye tiene enormes parecidos con un modelo de sociedad que ya hemos visto, sobretodo en determinadas zonas de California o Florida, un modelo que allí parece consolidado y que no puede más que erizar la piel a cualquier persona que crea en una sociedad equitativa.

En la actual fase del proceso de construcción de la nueva Murcia, atravesamos el momento intermedio en el que miles de hectáreas están en obras, pues la gran transformación precisa de un enladrillamiento gigantesco.

Algunos datos de interés:

– Murcia es La Comunidad Autónoma donde más ha aumentado la superficies urbanizada entre 1990 y 2000 (un 53%).

– Censo P.y Viv.2001: 592.613 viviendas. Secundarias:111.431 (18,8%) Vacías: 95.589 (16,1%)

– 800.000 viviendas comprometidas actualmente en los planeamientos o convenios urbanísticos.

– Crecimiento potencial del número de edificaciones y viviendas en torno a un 150% en 10-15 años.

En el actuar ciclo del ladrillo la economía adquiere una dependencia excesiva del un sector de la construcción con gigantismo, cuya debacle se abona de forma irresponsable para un futuro cercano. Se opta por el desmantelamiento acelerado de la antaño famosa economía agropecuaria y la sustitución de una economía con graves carencias, pero con elementos autóctonos, por otro modelo productivo más deficiente todavía: La especulación urbanística como recurso hegemónico para la obtención de capital por parte de una minoría de particulares y la propia Administración pública, cueste lo que cueste, caiga quien caiga.

El momento actual, la construcción de nuevas áreas habitacionales, (que no de nuevos pueblos) y la política de especulación inmobiliaria (que no política urbanística) emana de los grandes movimientos del capital especulativo internacional y del monopolio de las decisiones verticales tomadas, no en ningún polit-buró, sino en los mentideros de las clases privilegiadas, pues la economía de esta región, por si alguien lo duda, está en lo esencial en manos de cuatro oligarcas, cuatro familias y algunos advenedizos bendecidos por el capital. Para llevar a cabo la receta del mundo resort se necesitan ingredientes tales como:

1. Bancos y cajas que otorguen grandes préstamos para macroproyectos, olvidándose de cualquier finalidad social, esperable, en teoría, de las cajas de ahorro.

2. Hombres de paja del lugar, campechanos que den la cara por los verdaderos dueños de un capital que unas veces es autóctono y otras de procedencia extranjera.

3. Estados en descomposición o estructuralmente corruptos de los cuales procede buena parte del dinero a lavar.

4. Buenas relaciones entre promotores de los proyectos y la clase política. Estas buenas relaciones son, a veces, identificación en el ámbito incluso familiar (Sociedades conjuntas entre empresarios y personas con influencias).

5. Un contexto político susceptible de plegar las decisiones estratégicas a los intereses de estos promotores: dominio de posiciones conservadoras y de «clase privilegiada». Peones políticos y administrativos que despejan el terreno.

6. Posibilidad de controlar un porcentaje cada vez mayor de los mensajes que se emiten a la sociedad: medios afines para crear una opinión pública favorable a los negocios. Nueva Televisión Regional cuya gestión se ha adjudicado a las constructoras.

7. Leyes oportunas que den cobertura a todo lo previsto: Directrices del litoral y Ley del Suelo.

8. Fracaso de la izquierda a la hora de plantear verdaderas alternativas económicas y sociales distintas a las promovidas por el capital. La Izquierda más desorientada abanderando iniciativas del productivismo más depredador (Ayuntamientos socialistas como Lorca o Los Alcázares).

9. Recursos naturales para ser explotados a gran escala (Trasvase del Ebro, acuíferos de la Región, Mar Menor).

10. Posibilidad de convertir en entorno natural en producto para la venta. Mercantilización de los espacios protegidos como reclamo para la venta: «su casa en pleno parque natural».

11. Mano de obra barata: Región con los sueldos más bajos de España y un gran porcentaje de la población en situación de precariedad laboral y económica.

Sin la enorme acumulación privada de capital, que favorece el actual estadio de desarrollo capitalista, no sería posible el «mundo resorts» que nos están construyendo. ¿ qué organismo público de planificación y/o gestión económica mínimamente democrático iba a optar para Murcia, por un modelo basado en el despilfarro de agua y en el aumento de los residuos? En el incremento de usuarios de servicios todo tipo sin que se prevea la contribución económica para su financiación?

Estamos, por tanto, ante la imposición de un modelo de desarrollo injusto cuya factura podemos pagar muy cara. Existe una enorme necesidad de plantear otro modelo que lo sustituya. Pero ¿Qué modelo queremos?, ¿qué haríamos nosotros?

La Izquierda, indudablemente tiene respuestas. Estas respuestas están siendo enunciadas por una colectividad. Desde el Foro Ciudadano y el Foro Social de la Región de Murcia, desde la Universidad y el Movimiento Ecologista y vecinal, desde IU y el PCE, y desde tantos y tantos colectivos, y personas no sólo se está diciendo «no a esto», sino también «sí a lo otro».

Es cierto que falta una sistematización global pero, sobretodo, una transferencia a la política. La mencionada transferencia de la teoría a la praxis necesita de la gestión del poder, que, por desgracia, sigue estando en manos de posiciones de la derecha.

La alternativa al modelo de desarrollo vigente tendrá que ser, necesariamente, plural. Ningún iluminado particular o formación social o política tiene la exclusiva de su enunciación. La alternativa, o es democrática y plural o no será.

Nosotr@s, como comunistas o personas representantes de la pluralidad que llamamos Izquierda Alternativa, debemos trabajar para la creación de esa génesis de la pluralidad democrática. Es necesario provocar los debates y las acciones, es necesario tender puentes en la confluencia del impulso social y político necesario para los cambios.

Desde mi modesta opinión, estos pueden ser algunos elementos programáticos de discusión para un programa de cambio:

– Derogación de la Ley del Suelo y demás normativa que legitima la actual política. En particular los artículos sobre suelo urbanizable y convenios.

– Planteamiento de un crecimiento urbanístico basado en el desarrollo de los núcleos ya existentes de forma prioritaria a la creación de nuevos núcleos. Abordar la mejora de servicios y puesta en valor de los núcleos urbanos hoy degradados.

– Una política de vivienda pública activa basada en el alquiler y la recuperación del uso de viviendas deshabitadas. Poner suelo público en juego para erosionar el dominio absoluto de la vivienda de renta libre.

– Prohibir la creación de nuevos campos de golf y otras infraestructuras artificiales y claramente dañinas.

– promover normas arquitectónicas y estéticas coherentes con el modelo urbano del o ciudad de tipo compacto mediterráneo.

– Aprobar y desarrollar los P.O.R.N (Planes de Ordenación de los Recursos Naturales) aumentando su exigencia medioambiental.

– Endurecer la legislación sobre delitos urbanísticos, medioambientales y de aguas. Se acabó la consideración de los atentados contra el entorno como infracciones administrativas de escasa importancia.

– Generar superficie industrial básica para el desarrollo económico en zonas cercanas, pero separadas de los pueblos y ciudades.

– Incluir el diseño de las infraestructuras para la movilidad de los trabajadores y trabajadoras como un elemento clave del diseño urbano (espacios para carriles bici, líneas de cercanías, tranvía y autobús).

– Reivindicación de la necesaria mejora de la financiación municipal para poder limitar los ingresos provenientes de convenios o de desafectaciones.

– Crear verdaderos Consejos Plurales para el diseño de «nuestro modelo de desarrollo».y dar amplitud y relevancia a este debate: Consejo Regional para el desarrollo y la Planificación económica.

– Aumento de la inversión en I+D. Priorización de sectores económicos avanzados.

– Frente a la tendencia de abandono de la agricultura: Política regional agraria propia que permita la fijación de una parte de la población al territorio a través de las profesiones agrarias; Agricultura ecológica y/o agricultura productiva respetuosa con el medio ambiente.

– Políticas de fomento a la extensión de la calidad turística como alternativa a la política turística basada en la masificación. Limitación racional de determinas ofertas cuya masificación perjudica al sector y al interés general.

– Por último, seamos conscientes de la dificultad de desarrollar nuestras alternativas en un contexto de dominio político de la derecha regional como el que sufrimos. Únicamente si la mayoría de la población de Murcia decide impulsar los cambios que deseamos, a las fuerzas sociales y políticas de la región que creemos en otra región y otro mundo posible nos llegará la oportunidad de demostrar que existe una alternativa a la barbarie.

* José María Ortega González es portavoz de la Presidencia de IURM y miembro del PCRM-PCE