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El Centro de comando en Turquía organiza el suministro de armas a la oposición

Arabia Saudí planifica el financiamiento de ejército rebelde sirio

Fuentes: The Guardian

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Funcionarios saudíes se preparan para pagar los salarios del Ejército Libre Sirio como medio para alentar deserciones masivas de los militares y aumentar la presión sobre el régimen de Asad, según informaciones del Guardian .

Se cree que la acción, que ha sido discutida entre Riad y altos funcionarios en EE.UU. y en el mundo árabe está ganando impulso mientras una reciente llegada de armas enviadas a fuerzas rebeldes por Arabia Saudí y Qatar comienza a tener impacto en los campos de batalla en Siria.

Funcionarios en la capital saudí apoyaron la idea cuando les fue presentada por funcionarios árabes en mayo, según fuentes en tres Estados árabes, aproximadamente al mismo tiempo cuando armas comenzaron a fluir a través de la frontera sur de Turquía a manos de los dirigentes del Ejército Libre Sirio (ELS).

Turquía también ha permitido el establecimiento de un centro de comando en Estambul que coordina las líneas de suministra en consulta con dirigentes del ELS dentro de Siria. Se cree que el centro cuenta con un personal de hasta 22 personas, en su mayoría de nacionalidad siria.

The Guardian presenció la transferencia de armas a principios de junio cerca de la frontera turca. Cinco hombres vestidos al estilo de los árabes del Golfo llegaron a una comisaría en la aldea fronteriza de Altima en Siria y finalizaron una transferencia desde la ciudad turca de Reyhanli de unas 50 cajas de rifles y munición, así como un gran embarque de medicinas.

Los hombres fueron tratados con deferencia por dirigentes locales del ELS y llevaban grandes cantidades de dinero. También recibieron a dos prisioneros en manos de los rebeldes, que eran supuestamente miembros de la milicia favorable al régimen, Shabiha.

La llegada de armas ha reforzado la insurrección en el norte de Siria, que hace menos de seis semanas estaba a punto de ser aplastada.

La acción de pagar los salarios de las fuerzas de la guerrilla es vista como una posibilidad de capitalizar en el sentido de confianza renovada, así como suministrar un fuerte incentivo para la deserción de soldados y oficiales. El valor de la libra siria ha disminuido considerablemente desde que la revuelta contra el régimen comenzó hace 16 meses, llevando a una dramática caída de su valor adquisitivo.

El plan se concentra en pagar al ELS en dólares estadounidenses o euros, lo que significaría que sus salarios sean restaurados a niveles anteriores a la revolución, o posiblemente aumentados.

El senador estadounidense Joe Lieberman, quien apoya activamente a la oposición siria, discutió el tema de los salarios del ELS durante un reciente viaje al Líbano y a Arabia Saudí.

Su portavoz, Whitney Phillips, dijo: «El senador Lieberman ha llamado a que EE.UU. suministre un apoyo fuerte y exhaustivo a la oposición armada siria, en coordinación con nuestros socios en Medio Oriente y Europa. Ha llamado específicamente a que EE.UU. trabaje con nuestros socios para suministrar a la oposición armada siria armas, entrenamiento, inteligencia táctica, comunicaciones seguras y otras formas de apoyo para cambiar el equilibrio militar del poder dentro de Siria.»

«El senador Lieberman también apoya la idea de asegurar que los combatientes de la oposición armada reciban paga regular y suficiente, aunque no cree que sea necesario que EE.UU. suministre directamente esos fondos».

El secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, dijo esta semana que Washington no juega un papel directo en el contrabando de armas al norte de Siria. «Tomamos una decisión de no suministrar ayuda letal en este momento. Sé que otros han tomado sus propias decisiones.»

Antes esta semana el New York Times informó que la CIA opera en el sur de Turquía, ayudando a los aliados a decidir qué combatientes de la oposición deben recibir armas.

Fuentes diplomáticas han dicho al Guardian que dos oficiales de inteligencia estadounidenses estuvieron en la tercera ciudad siria de Homs entre diciembre y principios de febrero, tratando de establecer el comando y el control dentro de las filas rebeldes.

Entrevistas con funcionarios en tres Estados revelan que el envío de armas -que incluye kalashnikovs, granadas impulsadas por cohetes y misiles antitanque- comenzó a mediados de mayo, cuando Arabia Saudí y Qatar finalmente actuaron siguiendo promesas que habían hecho en febrero y marzo a las fuerzas rebeldes.

Los funcionarios, que insistieron en guardar anonimato, dijeron que el acuerdo final de enviar armas desde puntos de almacenamiento dentro de Turquía a manos rebeldes fue difícil de alcanzar, porque Ankara insistió en primer lugar en obtener cobertura diplomática de los Estados árabes y de EE.UU.

Se piensa que Turquía considera las líneas de suministro de armas como parte integral de la protección de su frontera sur, que sufre creciente presión a medida que fuerzas del régimen se aproximan en un intento de detener el contrabando de armas y para atacar a unidades del ELS.

Turquía, Arabia Saudí y Qatar fueron todos aliados del líder sirio Bashar el-Asad hasta varios meses después de comenzado el levantamiento, que ahora plantea una seria amenaza para el régimen de 42 años de su familia sobre el país.

Los tres Estados han aumentado cada vez más su hostilidad a medida que continúa la revuelta, y Arabia Saudí describió en febrero como una «excelente idea» la sugerencia de armar a grupos rebeldes y Qatar ofreció el exilio a Asad y su familia.

Durante los primeros meses de este año, los tres Estados esperaban que EE.UU. tomara un rol proactivo en la intervención en Siria, algo que Washington no ha considerado seriamente hasta ahora.

Con una elección presidencial durante este año, y agobiado por el preocupante legado de Iraq, Barack no ha mostrado ningún entusiasmo por una importante acción de política exterior. Los sondeos en EE.UU. han mostrado consistentemente que los votantes tienen poco interés en una intervención en Siria, mientras funcionarios de Washington a Londres y Bruselas han advertido de graves riesgos para la región que podrían sobrevenir después de la caída de Damasco.

Asad sigue presentando la batalla por la supervivencia de su régimen como una amenaza existencial de islamistas suníes radicales, que dice son respaldados por Estados extranjeros.

El Ejército Libre Sirio dice que sus miembros son casi exclusivamente nacionalistas sirios que desaprueban la visión del mundo de yihadistas que acudieron al vecino Iraq entre 2004 y 2007. Reconoce que algunos combatientes árabes extranjeros han viajado a Siria para unirse a sus filas, en particular en Homs y en Douma cerca de Damasco, pero afirma que no juegan un papel decisivo.

Funcionarios de los servicios de inteligencia dicen que un vacío de poder significaría un entorno atractivo para activistas que apoyan una visión de una yihad global. «Los próximos tres a seis meses son cruciales en Siria», dijo un funcionario. «Los ingredientes son los apropiados para que ellos [los yihadistas] aparezcan y comiencen a actuar decisivamente. No sería un buen resultado.»

Fuente: http://www.guardian.co.uk/world/2012/jun/22/saudi-arabia-syria-rebel-army