Luego de más de dos mil palestinos asesinados en la invasión prolijamente llamada «Borde protector» (nótese el cambio de nombre respecto del episodio anterior de la misma política de aniquilamiento, bautizada «Plomo fundido»; ¡hay tarea para los diseñadores de propaganda!), los aparatos ideológicos del sionismo, del Dpto. de Estado de EE.UU., de los servicios de […]
Luego de más de dos mil palestinos asesinados en la invasión prolijamente llamada «Borde protector» (nótese el cambio de nombre respecto del episodio anterior de la misma política de aniquilamiento, bautizada «Plomo fundido»; ¡hay tarea para los diseñadores de propaganda!), los aparatos ideológicos del sionismo, del Dpto. de Estado de EE.UU., de los servicios de inteligencia made in USA y en Israel y la ristra de medios de incomunicación de masas debidamente cooptados por tales servicios, se han dedicado a exculpar y librar de toda responsabilidad al Estado de Israel, en una operación de pinzas, maniquea, donde se dedican a descargar culpas en lo islámico, concretamente en Hamas.
Ha salido a la venta, dentro de esta estrategia, un folleto-libro, de muy costosa factura, En defensa de Israel, bajo el nombre de Xavier Portillo: Llamativo, puesto que en internet figura este nombre con una única referencia, la de ser autor de ese libro, precisamente. Como si no tuviera nada escrito antes, por ejemplo. Como si no tuviera nacionalidad, en fin como si fuera un escritor-fantasma… El volumen «incluye los testimonios» (no tema el lector; la palabra «testimonio» puede llamar a confusión haciendo creer que quien testimonia ha sido testigo presencial o protagonista del hecho comentado, pero aquí los invocados; Marcos Aguinis, Marcelo Birmajer, Carlos Alberto Montaner, Julio M. Sanguinetti, Julián Schvindlerman y otros son opinantes, dan su opinión).
En defensa de Israel es homónimo de otra publicación del pastor estadounidense californiano John Hagee, «por 30 años amante de Israel» como declara, el pastor, planteando preguntas de alto contenido ético, teológico y hasta intelectual:
«¿Se encuentra en el plan de Dios el estado actual de Israel? ¿Pueden y deben los cristianos hacer más que oraciones por Israel?» Como se advierte en esta última interrogante, Hagee nos está proponiendo hacer, actuar. Y EE.UU. hace mucho más que orar por Israel; la provee permanentemente de dólares y armas. Hagee puede estar tranquilo.
Pero volvamos a la versión criolla de En defensa de Israel, del ignoto Portillo. Las primeras seis páginas, a todo color, al igual que las dos penúltimas constan de banderas israelíes, ondeando, desplegadas al viento… entre las estrellas de seis puntas que figuran solas en algunas de esas ocho páginas y las que figuran agrupadas, se trata de decenas… una buena dosis de patriotismo, chovinismo, asegurado.
Leemos en el prólogo, anónimo: «a mayor cantidad de víctimas de su campo [de Hamas] más posibilidades de avance contabiliza en el campo de la información y la propaganda.»
Traducimos: Hamas gana cuando se siegan vidas palestinas. Que tantos sionistas e israelíes se alegren y hayan festejado tales matanzas, sería un error, que imaginamos Portillo procura superar. Sin embargo, y para confusión del pobre Portillo, en la jerga militar del «Ejército de Defensa» [sic] israelí, las operaciones matando población palestina se denominan «pasadas para cortar el césped»… ¿será que los militares israelíes están captados por los estrategos de Hamas?
Poco más adelante el anónimo prólogo denuncia que «Hamas puede intentar […] incrementar el aislamiento internacional israelí, profundizando la bien financiada campaña de propaganda, que muestra a los terroristas como víctimas. Nos tememos que las finanzas de Hamas están invadiendo todos los medios de incomunicación de masas arrinconando a los indigentes sionistas en el rincón del cuco.
En defensa de Israel, afortunadamente, no está solo en medio del mar de propaganda islámica y suponemos que yihadista a que todos nos vemos sometidos a diario. La esforzada revista Noticias, de otro luchador que suponemos en el llano y la indigencia, como Jorge Fontevecchia, nos brinda otra cobertura de «Oriente medio» a cargo de Natalia Watkins, la luchadora que desde Venezuela nos ha estado advirtiendo de la «dictadura chavista» (curiosa dictadura, donde los muertos los pone el chavismo, tal vez con la misma estrategia que estamos viendo desplegada en el conflicto palestino-israelí).
Natalia Watkins (Noticias, Buenos Aires, 20/9/2014) titula su nota «Víctimas del grupo Hamas» y la bajada nos habla «desde el campo de batalla, el horror del terrorismo palestino«. Pero a lo largo de la nota no surge por sitio alguno la impresión que Natalia Watkins haya estado en la Franja de Gaza; el articulejo es una típica producción de escritorio, como ésta (solo que la diferencia es que no pretendo haber estado en la FdG).
Luego del destrozo dantesco provocado por los bombardeos israelíes en la FdG entre el 8 de julio y el 28 de agosto, del corriente año, Natalia Watkins nos «informa», el 20 de setiembre, que «hasta el último cese de fuego, las fuerzas israelíes habían bombardeado más de 1.100 objetivos en el territorio palestino, incluyendo 50 casas de líderes del grupo terrorista islámico Hamas». ¡Esto sí que es una aritmética ahorrativa! Más adelante insiste: «los objetivos son siempre líderes de HAMAS y sus arsenales.» La info más elemental nos ha hecho saber que las viviendas destruidas han sido millares, como cualquier foto panorámica de los barrios destrozados lo revela y que no se trata precisamente de «objetivos» militares ni arsenales sino de viviendas, que los matados han sobrepasado los dos mil seres humanos y que los niños así asesinados han resultado más de 500… ¡hay que hablar de 50 casas de líderes! (en una democracia no se bombardean «casas» para castigar a un morador sino que se lo detiene y se lo enjuicia… el estilo israelí es «de tierra arrasada» y muestra manifiesta vocación por eliminar «daños colaterales», léase población… palestina.
Pero Natalia Watkins va más allá.
«Los integrantes de HAMAS dan la orden de que los civiles, incluyendo niños, permanezcan donde están y mueran como mártires. Muchos de los que no obedecieron la orden fueron condenados.» Así, HAMAS se dedica al exterminio de su propio pueblo y estimamos con la lógica de Natalia Watkins que triunfará cuando no queden palestinos vivos… entonces HAMAS rendirá culto a los espíritus que sobrevuelen la Franja de Gaza: como vemos, si no los matan los israelíes en sus ataques, los matan los de HAMAS por su inconducta…
Lo que nos deja más tranquilos son «las pruebas» que invoca: un doctor en ciencia política israelí, Ely Karmon, del Instituto de Contraterrorismo de Herzliya. Los historiadores palestinos, los «nuevos historiadores» israelíes y muchísimos historiadores independientes han afirmado reiteradamente que Israel no ha tenido análisis, investigaciones históricas durante sus primeras décadas, apenas institutos de propaganda. Eso explica un escamoteo de datos históricos sistemático y generalizado, como el descubrimiento o redescubrimiento en el siglo XXI de los miles de palestinos sometidos a trabajos forzosos entre 1948 y 1955 (remitimos al excelente rastreo de Yazan al-Saadi o directamente a la investigación de Abu Sitta). Sólo una «periodista» que no parece tan cuidadosa con «las fuentes» puede atreverse a «fundamentar» su toma de partido así.
Natalia Watkins nos da otro ejemplo conmovedor de cómo los militares israelíes salvan vidas palestinas: «un grupo [de palestinos…] sube a la cima de un edificio para actuar como escudo humano. El ataque [del ejército israelí], en este caso, fue cancelado.»
Natalia Watkins, seguramente prescindiendo de toda dimensión política, afirma: «HAMAS inició el actual intercambio de agresiones con Israel [¿quiere esto decir que el EdI también agrede?] con el objetivo de recuperar alguna relevancia en el rol de los grupos radicales de la región.» Tal vez Natalia Watkins crea que todo es competencia, libre competencia… Ni se le ocurre que las acciones de HAMAS provengan de su demanda contra el sitio atroz a que es sometida la Franja de Gaza, o de su empeño de luchar contra la ocupación de su país…
Natalia Watkins se adelanta a justificar próximos arrasamientos de la población palestina: «Incluso se está considerando la posibilidad de volver a ocupar la Franja de Gaza», como se ve, a Natalia Watkins le importa poco la cuestión colonial, el atroz colonialismo que se basa en dos humanidades; una señorial, la otra esclava. Solo le preocupan cuestiones pragmáticas, por eso remata su «nota»: «heredar un territorio repleto de terroristas, en donde el 40% de los habitantes están desempleados, indudablemente no es una buena decisión.»
Observe el paciente lector el verbo empleado para adueñarse de tierra ajena, de tierra habitada milenariamente por natives: «heredar» permite quedarse con la tierra con total prescindencia de su contenido, de sus habitantes, que son «el pasado», «los justos heredarán la tierra»: un discurso redondito, como inversión de la verdad.
Fuente original: revistafuturos.noblogs.org
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