Comandos israelíes transportados en helicópteros asaltaron el sábado un bastión de Hezbolá en lo que Líbano calificó de una «cruda violación» de la tregua apoyada por la ONU que puso fin a 34 días de guerra entre el Estado judío y la guerrilla chií libanesa. Israel aseguró que la operación en el valle de la […]
Comandos israelíes transportados en helicópteros asaltaron el sábado un bastión de Hezbolá en lo que Líbano calificó de una «cruda violación» de la tregua apoyada por la ONU que puso fin a 34 días de guerra entre el Estado judío y la guerrilla chií libanesa.
Israel aseguró que la operación en el valle de la Bekaa, en el este del Líbano, pretendía interrumpir el suministro de armas de Siria e Irán a Hezbolá, un hecho que niegan ambos países.
Tres guerrilleros de Hezbolá murieron en la incursión de madrugada, según fuentes militares libanesas – extremo que niega el grupo-, mientras que el Ejército israelí reconoció un muerto y dos heridos.
«Es una cruda violación del cese de las hostilidades declarado por el Consejo de Seguridad», declaró a la prensa el primer ministro libanés, Fuad Siniora.
El ministro de Defensa, Elias al Murr, urgió a la ONU a dar «respuestas claras» a la incursión y advirtió que en caso de no hacerlo podrían frenar el despliegue de sus soldados en el sur.
Dos vehículos de comandos israelíes transportados en helicópteros estaban de camino a atacar la oficina del dirigente de alto rango de Hezbolá, el jeque Mohamed Yazbek, en el pueblo de Bodai, cuando fueron descubiertos y emboscados por los combatientes chiíes, dijeron las fuentes libanesas, teniendo que retirarse bajo la protección aérea.
«Comandos especiales llevaron a cabo una operación para interrumpir las acciones terroristas contra Israel, con el énfasis en la transferencia de municiones desde Siria e Irán a Hezbolá», dijo el Ejército israelí.
Bodai está 15 kilómetros al noroeste de la ciudad de Baalbek y a 26 de la frontera con Siria.
El ataque coincidió con el despliegue del Ejército libanés para afirmar su control en la frontera con Siria y bloquear las rutas de contrabando, dijeron fuentes de seguridad.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí dijo que «Israel se reserva el derecho a actuar para reforzar el espíritu de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que pide un embargo total de las armas internacionales que tiene Hezbolá», dijo el portavoz del ministerio Mark Regev.
El cese de las hostilidades decretado por el Consejo de Seguridad había frenado la guerra que ha causado la muerte de al menos 1.183 personas en Líbano y de 157 israelíes. Israel dice haber matado a más de 530 combatientes de la guerrilla, al menos cinco veces más de lo que el grupo reconoce.
LLEGAN LOS PRIMEROS CASCOS AZULES
El sábado llegaron a Líbano los primeros cascos azules, 50 ingenieros militares franceses que llegaron a la base principal de la actual misión de la ONU en Líbano (UNIFIL) en Naqura, en el sur de la costa libanesa.
Son los primeros del contingente de 200 soldados que ha comprometido Francia, de la que se esperaba fuera el componente principal de la nueva misión.
Estados Unidos pidió a Francia el viernes que aumente su contingente, mientras la ONU reiteró su llamamiento a los países europeos de que contribuyan a la misión, equilibrando así el número de efectivos occidentales y musulmanes para que sean aceptables para las dos partes.
Naciones Unidas quiere lograr un avance de 3.500 soldados para el 2 de septiembre y 13.000 más para el 4 de noviembre.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, instó a Israel y el Líbano a tomar «dolorosas decisiones» para asegurar la liberación de los soldados israelíes capturados y resolver el asunto de los prisioneros libaneses en el estado judío.