La sobreexplotación de los acuíferos por los cultivos ilegales, las actividades industriales y mineras, el dragado del Guadalquivir… las ONG advierten de que el humedal más importante de Europa se encuentra cerca del punto de no retorno.
Un atardecer en Doñana
Es el único humedal de España que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y el área más importante de Europa para las aves migratorias. Su basta extensión alberga un parque natural y cuatro espacios de la Red Natura 2000, que protege los lugares más valiosos de la UE. Por si fuera poco, es uno de los espacios con mayor biodiversidad de todo el continente: además de los seis millones de aves migratorias que se refugian allí cada año, es el hogar permanente de más de 4.000 especies, entre animales, plantas y microorganismos; y su preservación es vital para la pesca, el suministro de agua potable, el control de las temperaturas y de inundaciones o la protección de la costa.
Pese a todo, el Parque Nacional de Doñana se muere, o lo dejamos morir. La extracción incesante de agua para los regadíos de la zona, la sobreexplotación
de las aguas subterráneas, los vertidos contaminantes o los proyectos industriales que se planean a su alrededor lo están echando a perder. La organización ecologista SEOBirdlife ha alertado, coincidiendo con el Día Mundial de los Humedales, de que su «actual situación puede ser irreversible si no se actúa con rapidez».
«No nos podemos permitir aplazarlo un año más. La situación está entrando en un punto de no retorno. Nuestros nietos ya no podrán ver los humedales tal y como los conocieron nuestros abuelos pero, si no actuamos, tampoco verán los humedales tal y como los conocimos nosotros» denuncia Asunción Ruiz, directora de la ONG, que también ha advertido sobre el mal estado de los humedales de Delta de l’Ebre y L’Albufera de Valencia.
«La situación está entrando en un punto de no retorno», advierte SEOBirdlife
En realidad, la historia del Parque Nacional de Doñana ha estado siempre ligada a la de las amenazas que la han acechado. El boom urbanístico y los planes de drenaje hicieron crecer la preocupación por la conservación de las marismas de Doñana en los años 60. En 1963, y tras años de negociaciones, la organización ecologista WWF compró 6.794 hectáreas de este espacio natural, que más tarde fue entregado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En 1969 ese terreno, junto a otro también propiedad de la misma ONG, fue declarado Parque Nacional, consiguiendo la mayor protección medioambiental para la zona.
Aún así, las presiones sobre Doñana han seguido incrementando, hasta el punto de que el parque podría entrar a formar parte de la Lista de la Unesco de Patrimonio Mundial en peligro el próximo mes de junio. WWF y otras agrupaciones ecologistas han comenzado campañas para salvarlo. Estas son las principales causas:
Regadío para actividades agrícolas
El crecimiento sin control de la agricultura intensiva y de las más de 3.000 hectáreas de cultivos ilegales ha llevado al acuífero ubicado bajo Doñana a una situación crítica. De los 16 sectores en los que se divide, cuatro están en prealerta, ocho en alerta y otros cuatro en alarma, el estado más grave. SEOBirdlife advierte de que la sobrexplotación del acuífero es, de hecho, la principal amenaza para la supervivencia del parque. La ONG calcula que existen alrededor de 1.000 pozos ilegales para una superficie de regadío que sigue en aumento: entre 2004 y 2009 se incrementaron un 18,5% sólo en la zona norte que rodea el espacio natural.
Alrededor de Doñana hay 1.000 pozos y 3.000 hectáreas de cultivo ilegales
La Comisión Europea ha expedientado a España por esta cuestión y la Unesco ha exigido que se acabe con esta situación.
SEOBirdlife ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía a declarar el acuífero de Doñana oficialmente sobreexplotadon y cerrar todas las extracciones ilegales.
El plan para dragar el Guadalquivir
Aunque las últimas informaciones apuntan a que este plan finalmente no será autorizado, el proyecto pretendía dragar 70 kilómetros del Guadalquivir, la principal arteria de Doñana, para dejar pasar barcos más grandes. Científicos y la Comisión Europea rechazaban el plan, que supondría mayor contaminación del agua, más salinidad y daños a la pesca, los cultivos y el turismo. La Unesco había exigido al Gobierno que se comprometiera a cancelarlo definitivamente.
El almacén de gas
El proyecto de almacenamiento de gas impulsado por Gas Natural Fenosa se encuentra dentro del Parque Natural y de la Red Natura 2000, pese al grave impacto ambiental que supone. Una de las cuatro partes en las que se divide, Marismas Occidental, que es la única que no se encuentra dentro de la zona protegida, ya ha comenzado las obras para su funcionamiento. Las otras tres se encuentran paralizadas por la Junta de Andalucía, que se opone al proyecto.
Reapertura de la mina de Aznalcóllar
En 1998 la mina de Aznalcóllar, ubicada aguas arribad del parque, causó uno de los mayores desastres ambientales que ha habido en España, derramando cinco millones de lodos tóxicos y de agua ácida en el río Guadiamar, que conecta directamente con las marismas de Doñana. Ahora, la Junta de Andalucía ha aprobado su reapertura.
Fuente: http://www.publico.es/sociedad/echo-perder-donana-joya-medioambiental.html