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La justicia transicional es la única vía para una paz duradera tras el inevitable desenlace, dicen activistas y abogados

Assad ha ganado la guerra, ahora los activistas sirios esperan ganar la paz

Fuentes: Middle East Eye

Es un discurso que las potencias regionales y mundiales han comenzado a aceptar: la guerra de Siria ha terminado y Bashar al Assad ha ganado. Después de seis años de conflicto y medio millón de muertos, la escasa actividad militar que queda en cada bando se centra en derrotar a los remanentes del Estado Islámico. […]

Es un discurso que las potencias regionales y mundiales han comenzado a aceptar: la guerra de Siria ha terminado y Bashar al Assad ha ganado. Después de seis años de conflicto y medio millón de muertos, la escasa actividad militar que queda en cada bando se centra en derrotar a los remanentes del Estado Islámico.

Pero hay una contra-narrativa que emerge desde sectores de la oposición ubicados en capitales remotas: independientemente del resultado militar, para que la democracia prevalezca finalmente hay que cumplir con la justicia transicional.

«No se trata de quién gana. Se trata de cómo liberamos a los detenidos y acabamos con la tortura, y de averiguar dónde están las personas desaparecidas», apunta Mazen Darwish, activista sirio por los derechos civiles liberado de la cárcel en 2015.

Más de 106.000 personas han sido detenidas o han desaparecido en Siria desde que estalló la guerra, según Human Rights Watch.

«No me siento satisfecho, gane quien gane militarmente», señala a MEE desde Bruselas. Sin embargo, añade que «lo más importante son los civiles que han sufrido. Como sociedad civil, tenemos que garantizar que se logre una paz sostenible».

La necesidad de paz

El abogado y presidente del Centro Sirio de Medios y Libertad de Expresión estuvo en Bélgica para subrayar la necesidad imperativa de que se rindan cuentas por el conflicto pero antes de que sea posible debe acabar la violencia. «En primer lugar, lo más importante es la necesidad de paz. No creo que pueda existir una justicia transicional durante el conflicto ni que pueda darse ninguna transición política mientras siga vigente la violencia».

Aunque tras el acuerdo de desescalada negociado por Rusia y Turquía en Kazajstán en julio supuso una reducción general de la violencia, septiembre ha sido el mes más mortífero del conflicto en lo que va de año, con al menos 3.000 muertos, incluidos más de 900 civiles. La destrucción de una ambulancia en un ataque aéreo en Idilb en septiembre ha sido el ataque más letal de todos los que se han producido en 2017 (AFP).

«Hay que dar a las víctimas la oportunidad de que sean resarcidas mediante un proceso de responsabilidad judicial», dijo Darwish. «Solo entonces podrá darse un proceso político».

El mes pasado un soldado sirio ha sido condenado en Estocolmo por crímenes cometidos en la guerra, la primera condena de estas características que se produce en el mundo. En toda Europa ya se han emitido condenas contra combatientes rebeldes y miembros del IS sentenciados por su participación en el conflicto.

¿Oficiales de alto rango en la clandestinidad?

Nerma Jelacic, subdirector de la Comisión de Justicia y Responsabilidad Internacional, da la bienvenida al fallo de Estocolmo pero asegura que las agencias de inteligencia europeas deberían perseguir oficiales de alto rango. «Ha sido muy bien recibido, ya que es la primera vez que se juzga a alguien del régimen por sus crímenes», señalaba a MEE. «Pero nuestra esperanza es que sean llevados ante la justicia no solo los perpetradores directos o de bajo nivel sino aquellos que tienen responsabilidad de mando, los de rango superior, eso es lo que necesitamos ver. Puede que no veamos enjuiciado al presidente pero se pueden encontrar a algunos funcionarios de alto rango que residen en Europa».

Darwish considera que ha llegado el momento de renovar el enfoque sobre los crímenes de guerra desde todos los ámbitos. «Es una oportunidad para que este tipo de crímenes sigan estando en el centro de atención […] La comunidad internacional e incluso Staffan De Mistura quieren ocultar y olvidar todo lo que ha sucedido. No es realista». El mes pasado, de Mistura, enviado de la ONU en Siria, manifestó que la oposición debería aceptar que habían perdido la guerra:

¿Es capaz la oposición de estar lo suficientemente unificada y de ser lo suficientemente realista como para darse cuenta de que no han ganado la guerra? […] para la oposición, el mensaje es muy claro: si pensaban que ganarían la guerra, los hechos están demostrando que no es así. Así que ahora es el momento de ganar la paz.

Darwish ha condenado duramente las diferentes conversaciones de paz sobre Siria a lo largo de los años: en Ginebra, El Cairo y Astana se han plasmado vías paralelas y a menudo contradictorias, cada una patrocinada por diferentes partes.

«Lo sucedido en Ginebra y en otros lugares no ha servido hsta ahora mas que para dar tiempo a los asesinos y para matar civiles», dijo, y agregó que las resoluciones de la ONU que condenan la violencia tampoco han logrado nada: «Si la comunidad internacional fuera seria en la búsqueda de una solución al conflicto en Siria, comenzaría por interponer querellas criminales», dijo Darwish.

Dado que Siria no reconoce la Corte Penal Internacional (CPI), los crímenes de guerra solo pueden investigarse si Damasco decide voluntariamente aceptar la jurisdicción de la corte o si el Consejo de Seguridad de la ONU solicita al fiscal de la CPI que abra una investigación, una iniciativa ya bloqueada por Rusia y China en 2014.

Pero en Europa ese tipo de casos caen dentro de la definición de «jurisdicción universal» por la que cualquier país puede procesar crímenes internacionales graves, incluso aunque los crímenes se hayan cometido en otros lugares. Estos casos son, según HRW, «una parte cada vez más importante de los esfuerzos internacionales para que los perpetradores de atrocidades rindan cuentas, para brindar justicia a las víctimas que no pueden alcanzarla en otro ámbito, y para desalentar futuros crímenes y ayudar a garantizar que los países no se conviertan en refugio para quienes violan los derechos humanos».

Sin embargo, los obstáculos persisten; en España a principios de este año el caso que investigaba a miembros de los servicios de seguridad sirios por asesinato se derrumbó después de que el Tribunal Supremo dictaminase que no tenía jurisdicción sobre el caso y que era necesaria una conexión española. El equipo legal que lleva el caso ha apelado la decisión.

Recopilar pruebas

Husam Alkatlaby, en Bruselas con Darwish, lleva años preparándose para este momento y, como director del Centro de Documentación de Violaciones (VDC), ha supervisado la recopilación de dichas pruebas. Y lo que muestra la evidencia, sostiene, debe tener una relación directa con lo que sea cualquier futuro gobierno de Siria.

«El gobierno es responsable de la mayoría de los crímenes, por lo que, desde nuestro punto de vista, no debería haber lugar para él en el futuro», y eso, añade, debería ser igual para «cualquier otra parte que haya cometido crímenes».

En diciembre pasado, la Asamblea General de Naciones Unidas estableció un Mecanismo Internacional Imparcial e Independiente (IIIM, en sus siglas en inglés) sobre crímenes internacionales cometidos en la República Árabe Siria, encargado de reunir las pruebas necesarias para futuros juicios. Aunque este mecanismo podría no tomar la forma de una investigación de la CPI, Jelacic, de la Comisión de Justicia y Responsabilidad Internacional, señala que el Consejo de Seguridad de la ONU podría aprobar que se juzguen casos en tribunales alternativos, tales como un tribunal internacional, en el caso de Ruanda o un tribunal híbrido compuesto por expertos sirios e internacionales, como en el ejemplo de Camboya.

«Gran parte del trabajo del IIIM se basa en los datos que hemos recopilado desde 2012 hasta ahora», dice Alkatlaby, junto con pruebas obtenidas por otras organizaciones de la sociedad civil, que es la parte esencial en este caso».

Tanto Darwish como Alkatlaby consideran que ya es hora de que la UE y la comunidad internacional dejen de ver a los grupos sirios de la sociedad civil como meros receptores de ayuda y los consideren verdaderos socios. «Hemos pedido a la UE que presione a De Mistura para que tome en consideración a los grupos de la sociedad civil», confirma el director de VDC.

Por el momento, «creemos que De Mistura está lejos de reconocer la necesidad de que se rindan cuentas y de que se haga justicia, de mirar a las familias de los damnificados por sus políticas».

A pesar de la narrativa actual que predomina sobre Siria y del tiempo que él mismo ha pasado detenido por el gobierno, Darwish sigue esperanzado sobre lo que le espera a su país y de que pronto haya buenas noticias. «Sigo siendo optimista sobre el futuro y sobre el avance de la democracia en Oriente Próximo. A pesar de todo el sufrimiento y de la crisis, al final estableceremos un nuevo país democrático basado en los principios de dignidad, los derechos humanos y la libertad».

 

Fuente: http://www.middleeasteye.net/news/narrative-syrian-war-changes-activists-pursue-transitional-justice-1054914613