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‘Assaf, Palestina y «los palestinos olvidados»

Fuentes: MERIP

Durante meses, los espectadores árabes de televisión han estado absorbidos por el fenómeno de Muhammad ‘Assaf, un cantante de Gaza de 23 años de edad, que acaba de ser coronado como el ganador de «Arab Idol». Siguiendo el modelo de «American Idol», el popular programa se emite en MBC, un canal satélite radicado en Beirut. […]

Durante meses, los espectadores árabes de televisión han estado absorbidos por el fenómeno de Muhammad ‘Assaf, un cantante de Gaza de 23 años de edad, que acaba de ser coronado como el ganador de «Arab Idol». Siguiendo el modelo de «American Idol», el popular programa se emite en MBC, un canal satélite radicado en Beirut. Como en el original, el vencedor del concurso «Arab Idol» se decide por los votos del público emitidos a través de mensajes de texto y de llamadas telefónicas. ‘Assaf recibió más de 67 millones de votos.

Ya sean militantes comprometidos o apolíticos, casi todo el mundo que conozco vio en ‘Assaf algo que les habló y les animó a su victoria con ilusionado entusiasmo. ‘Assaf es un rayo de esperanza en un momento en que la situación palestina parece más oscura que nunca, habida cuenta del mantenimiento de la división entre Hamas y Fatah, de los asentamientos israelíes en expansión y de la intensificación de la ocupación. La Autoridad Palestina es cómplice y el mundo parece ser ajeno a todo ello, pero ‘Assaf ha venido a recordar a los palestinos y a sus simpatizantes que Palestina sigue estando presente: para vivirla, para amarla y para luchar por ella.

La historia de la participación de este joven encantador en el certamen refleja la historia palestina: de camino a las audiciones en El Cairo, ‘Assaf sufrió un retraso en Rafah, la frontera entre la sitiada Gaza y Egipto. Llegó tarde y se encontró con las puertas del lugar de la audición cerradas. Impulsado por su madre, escaló un muro evadiendo a los efectivos de seguridad y accedió al recinto enterándose entonces de que era demasiado tarde para registrarse. Sin que ello lo disuadiera, se puso a cantar en el descanso de la publicidad. Entonces, otro participante, también palestino, le dio su número de audición diciéndole que tenía una oportunidad. Cuando le preguntaron por qué llegó tarde a la audición, ‘Assaf respondió que había tenido «un pequeño problema en el cruce».

El escueto eufemismo sintetiza no sólo los desafíos cotidianos a que tienen que hacer frente los palestinos cuando se desplazan de un lugar a otro sino también la tragedia histórica de Gaza. Hijo de refugiados de Bayt Daras y Bir al-Saba, ‘Assaf creció en el campamento de Jan Yunis. Sobrevivió a los reiterados ataques israelíes y desafió las crecientes restricciones de Hamas de llevar el tema de Palestina de nuevo a un mundo árabe preocupado por sus primaveras (y otoños). (Los cínicos han señalado que la efusión de afecto por ‘Assaf ha sido una fuente de pingües beneficios para la MBC y para las compañías de telefonía móvil. Quizá ello muestra también cómo su participación refiere la historia palestina).

Los simpatizantes de ‘Assaf le apodaron «el sueño de Palestina». Es importante destacar, sin embargo, que no ha sido únicamente un sueño palestino. Parece haber inspirado la esperanza mucho más allá. La población total de los palestinos en los territorios ocupados, Israel y en los campamentos de refugiados en terceros países asciende a unos 10 millones. Aunque se podían emitir votos múltiples, la cantidad y la distribución geográfica que ofrece el recuento de los dirigidos a ‘Assaf sugiere que recibió el apoyo de muchas personas que no son palestinas.

Una parte sorprendente de la historia de ‘Assaf se produjo durante el episodio final. Cuando se anunció el ganador, MBC cortó la pantalla dividiéndola y mostrando en una mitad el estudio de grabación y en la otra las audiencias públicas de «Arab Idol» en Gaza, Ramala y Nazaret. Que un importante canal árabe por satélite transmitiera desde Nazaret -un pueblo palestino dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Israel- junto a otros dos locales fue notable. Los 1,4 millones de ciudadanos y ciudadanas palestinos de Israel son ignorados frecuentemente en el mundo árabe, sobre todo en el ámbito cultural. Los editores y productores árabes rechazan en buena medida a sus autores, artistas y músicos; su alcance se limita normalmente a los estrechos límites de Israel.

El aislamiento no es nuevo. Un mito popular entre los ciudadanos palestinos de Israel habla de un diplomático árabe entrevistado en los primeros momentos después de la guerra de 1948, cuando se estableció el Estado de Israel y los palestinos sufrieron Al-Nakba (La Catástrofe) del desplazamiento masivo. El diplomático habría afirmado que no habían quedado palestinos en lo que se convirtió en Israel. Cuando le corrigieron diciendo que unos 160.000 palestinos habían permanecido allí, lo habría admitido pero denunciándolos como traidores. La historia es difícil de verificar pero ilustra cómo los ciudadanos palestinos de Israel perciben la mirada del mundo árabe y, en gran medida, cómo los ven realmente los árabes de fuera. Son, por tomar prestado el título del libro de Ilan Pappé sobre ellos, «los palestinos olvidados«.

Desde los primeros tiempos de Israel, los palestinos, una minoría derrotada, sin dirección y brutalmente separada de su tronco cultural y nacional, lucharon para definir su lugar. Siguiendo los discursos y las prácticas desarrolladas en el marco del Mandato británico, definieron su identidad como palestinos y afirmaron sus derechos como ciudadanos. La lucha no fue fácil ni uniforme, y los palestinos utilizaron métodos diferentes para desafiar a la naturaleza excluyente del Estado de Israel. Hasta 1966, la mayoría vivía bajo un régimen militar que restringía todos los aspectos de sus vidas. Mientras que algunos, dirigidos por MAKI, el Partido Comunista de Israel, expresaban su frontal oposición a la entidad israelí, otros negociaban por completo en su interior con el fin de lograr un margen más amplio de derechos de ciudadanía para los palestinos.

Al-Naksa, o la Derrota árabe de la guerra de 1967, cambió ligeramente las cosas. Los ciudadanos palestinos cambiaron el enfoque de su movilización política para solidarizarse con los palestinos de los territorios ocupados, sin dejar de defender sus derechos en sus hogares. Pero su lugar siguió siendo precario y sus lealtades sospechosas a ojos de los árabes. El proceso de Oslo de 1990 minó su posición de nuevo cuando la OLP les dejó fuera de las negociaciones. Al darse cuenta de las limitaciones de su palestinidad ante los ojos de los demás -la burocracia palestina, Israel y el mundo árabe en general- los ciudadanos palestinos tuvieron que reorientar su lucha para reclamar su lugar en esos tres ámbitos.

Los ciudadanos palestinos de Israel siempre se han considerado a sí mismos como palestinos y árabes aunque el mundo árabe no lo haya hecho así. La incorporación de Nazaret en el episodio final de «Arab Idol» puede que señale por fin un cambio en ese reconocimiento.

Video de la actuación final de ‘Assaf

Video de la canción Aale al-kufiyyeh

Fuente: http://www.merip.org/assaf-palestine-forgotten-palestinians