Fuerzas de Ocupación han atacado nuevamente la escuela secundaria de Anata en Jerusalén Este. Los soldados llegaron en masa a la escuela el miércoles 12 de abril, justo en el momento en que los estudiantes comenzaban su recreo. El director de la escuela se vio obligado a cerrar el centro luego que los estudiantes y […]
Fuerzas de Ocupación han atacado nuevamente la escuela secundaria de Anata en Jerusalén Este. Los soldados llegaron en masa a la escuela el miércoles 12 de abril, justo en el momento en que los estudiantes comenzaban su recreo. El director de la escuela se vio obligado a cerrar el centro luego que los estudiantes y trabajadores fueran blanco de balas de goma, bombas de sonido y una gran cantidad de gas lacrimógeno.
A las 10:40 am, los estudiantes comenzaron su recreo matutino en el patio de la escuela, que ha sido reducido a la mitad desde hace meses debido a la construcción del Muro del Apartheid. Cuatro jeeps militares se acercaron a la escuela y aparcaron frente a ella, amenazando a los estudiantes con sus sirenas. Un momento después, los soldados de Ocupación lanzaron bombas de sonido hacia la multitud de estudiantes.
Como respuesta a los ataques -que se han hecho cotidianos en la vida escolar en Anata- los niños respondieron a los soldados con piedras. Incrementando su violencia, los soldados comenzaron a disparar balas de goma y gas lacrimógeno hacia la multitud y luego en dirección a la escuela. Posteriormente, el personal del establecimiento recolectó más de una docena de envases de gas lacrimógeno dentro del recinto escolar. El gas fue tan intenso que se volvió imposible respirar dentro del recinto, por lo que se decidió suspender lo que restaba de la jornada escolar.
Este ataque a la escuela viene a continuación de otro grave ataque producido el sábado anterior. En esa ocasión, sin embargo, los estudiantes y trabajadores lograron continuar las clases, a pesar del gas y el acoso de los soldados.
La escuela de Anata ha experimentado las más duras condiciones de la Ocupación desde que se dio comienzo, hace un año, a la construcción del Muro del Apartheid justo en medio del patio del establecimiento. Es más, ataques diarios por parte de los soldados y hostigamientos perpetrados por guardias privados ubicados en el Muro, han hecho que la vida y la educación se conviertan en una experiencia infernal para los estudiantes y trabajadores. Aproximadamente más de la mitad de los estudiantes ya han sido arrestados o detenidos por las fuerzas de la Ocupación, por lo que las familias palestinas viven en un constante temor por sus niños.
Tanto la escuela como la amplia comunidad de Anata han resistido hasta ahora las difíciles condiciones con las que la Ocupación espera expulsarlos del recinto escolar. Sin embargo, no es sólo la escuela, ya que toda la existencia palestina en Anata está en peligro. El Muro del Apartheid rodeará al pueblo por tres de sus lados, mientras que la carretera para colonos que une los asentamientos en Jerusalén con el bloque EI y el Valle del Jordán, cortan el cuarto lado. El Muro tendrá 10 km de largo y aislará 32.000 dunums de las tierras de Anata. La Ocupación ya ha negado a los pobladores el acceso a sus lugares de trabajo y servicios básicos en Jerusalén y, además, pretende privar a los 15.000 habitantes de Anata de sus escuelas e instituciones sociales.
A las 10:40 am, los estudiantes comenzaron su recreo matutino en el patio de la escuela, que ha sido reducido a la mitad desde hace meses debido a la construcción del Muro del Apartheid. Cuatro jeeps militares se acercaron a la escuela y aparcaron frente a ella, amenazando a los estudiantes con sus sirenas. Un momento después, los soldados de Ocupación lanzaron bombas de sonido hacia la multitud de estudiantes.
Como respuesta a los ataques -que se han hecho cotidianos en la vida escolar en Anata- los niños respondieron a los soldados con piedras. Incrementando su violencia, los soldados comenzaron a disparar balas de goma y gas lacrimógeno hacia la multitud y luego en dirección a la escuela. Posteriormente, el personal del establecimiento recolectó más de una docena de envases de gas lacrimógeno dentro del recinto escolar. El gas fue tan intenso que se volvió imposible respirar dentro del recinto, por lo que se decidió suspender lo que restaba de la jornada escolar.
Este ataque a la escuela viene a continuación de otro grave ataque producido el sábado anterior. En esa ocasión, sin embargo, los estudiantes y trabajadores lograron continuar las clases, a pesar del gas y el acoso de los soldados.
La escuela de Anata ha experimentado las más duras condiciones de la Ocupación desde que se dio comienzo, hace un año, a la construcción del Muro del Apartheid justo en medio del patio del establecimiento. Es más, ataques diarios por parte de los soldados y hostigamientos perpetrados por guardias privados ubicados en el Muro, han hecho que la vida y la educación se conviertan en una experiencia infernal para los estudiantes y trabajadores. Aproximadamente más de la mitad de los estudiantes ya han sido arrestados o detenidos por las fuerzas de la Ocupación, por lo que las familias palestinas viven en un constante temor por sus niños.
Tanto la escuela como la amplia comunidad de Anata han resistido hasta ahora las difíciles condiciones con las que la Ocupación espera expulsarlos del recinto escolar. Sin embargo, no es sólo la escuela, ya que toda la existencia palestina en Anata está en peligro. El Muro del Apartheid rodeará al pueblo por tres de sus lados, mientras que la carretera para colonos que une los asentamientos en Jerusalén con el bloque EI y el Valle del Jordán, cortan el cuarto lado. El Muro tendrá 10 km de largo y aislará 32.000 dunums de las tierras de Anata. La Ocupación ya ha negado a los pobladores el acceso a sus lugares de trabajo y servicios básicos en Jerusalén y, además, pretende privar a los 15.000 habitantes de Anata de sus escuelas e instituciones sociales.