El Ministerio de Justicia y de Asuntos Islámicos de Bahrein ha presentado una demanda pidiendo la disolución de dos partidos de la oposición chií, el poderoso Al-Wefaq y la Asociación de la Acción Islámica, un mes después del fin de las protestas en el reino, informó el jueves la agencia oficial BNA. El régimen acusa […]
El Ministerio de Justicia y de Asuntos Islámicos de Bahrein ha presentado una demanda pidiendo la disolución de dos partidos de la oposición chií, el poderoso Al-Wefaq y la Asociación de la Acción Islámica, un mes después del fin de las protestas en el reino, informó el jueves la agencia oficial BNA.
El régimen acusa a ambos partidos de haber «violado gravemente la Constitución y las leyes del reino, llevando a cabo actividades que han dañado la paz social, la unidad nacional e incitan a la falta de respeto por las instituciones constitucionales».
Al-Wefaq es el principal grupo de la oposición en el Parlamento, donde controla 18 de los 40 escaños. Las autoridades bahreiníes no tuvieron inicialmente como objetivo a Al-Wefaq, que durante las protestas, que duraron desde mediados de febrero hasta mediados de marzo, exigió reformas políticas para transformar el país en una verdadera monarquía constitucional en la que el primer ministro sea el jefe de la mayoría parlamentaria y no se unió a otros grupos que eligieron una estrategia más radical y pidieron el derrocamiento de la familia real Al-Jalifa.
La Asociación de la Acción Islámica también se unió a las protestas, lideradas fundamentalmente por los chiíes, comunidad mayoritaria en el país, contra la dinastía suní.
El mes pasado, los gobernantes suníes aplastaron la revuelta, desplegando a las fuerzas de seguridad por toda la capital y pidiendo envío de tropas a sus vecinos Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. El levantamiento puso nerviosos a los estados del Golfo gobernados por suníes, que temían que la revuelta popular se extendiera si tenía éxito en Bahrein y que acusaron a la potencia regional Irán, un país no árabe y de mayoría chií, de interferir en Bahrein.
El Gobierno ha llevado a cabo una operación de seguridad en las últimas semanas, deteniendo a cientos de chiíes y despidiendo a trabajadores chiíes de compañías estatales.