Miles de soldados y policías, apoyados por tanques y helicópteros, avanzaron ayer detrás de nubes de gas lacrimógeno para aplastar a los manifestantes pro democracia en Bahrein. El ataque, que sucedió inmediatamente después de la llegada de las mil tropas sauditas a Bahrein, rápidamente sacó a los manifestantes de su campo en la Plaza de […]
Miles de soldados y policías, apoyados por tanques y helicópteros, avanzaron ayer detrás de nubes de gas lacrimógeno para aplastar a los manifestantes pro democracia en Bahrein. El ataque, que sucedió inmediatamente después de la llegada de las mil tropas sauditas a Bahrein, rápidamente sacó a los manifestantes de su campo en la Plaza de la Perla, el corazón simbólico de la protesta. Se reportó que tres manifestantes y tres policías habían muerto.
Nubes de humo oscuro surgían sobre el centro de la capital, Manama, mientras la monarquía sunnita Al Jalifa hacía un intento riesgoso para continuar su reinado de 200 años sobre la mayoría de la población chiíta. Se incendiaron las carpas blancas de los manifestantes y hubo un sonido de lo que parecieron ser disparos, así como balas de goma y granadas de gas lacrimógeno. Se informó que dos policías habían muerto por la gente que huía de la plaza en sus automóviles.
«El ejército tomó el poder y está disparando desde helicópteros a la gente en la Plaza de la Perla», dijo Ali Salman, el presidente de Al Wefaq, el mayor partido de la oposición en Bahrein, en una entrevista telefónica. «El ejército ha capturado todas las rutas y está deteniendo a la gente que va al hospital Salmaniya o a los médicos que se van de ahí. Tienen que ir a un hospital más pequeño que no está tan bien equipado.»
Salman dijo que las tropas sauditas no tomaban parte de la acción del gobierno contra los manifestantes pero mientras los sauditas «están en Bahrein es una luz verde para que nuestro ejército mate gente. Los sauditas no quieren que más países del GCC (Consejo de Cooperación del Golfo) sean democráticos. De los 560.000 ciudadanos bahreiníes, 370.000, unos dos tercios, son chiítas. Todo el ejército y casi toda la policía son sunnitas. La población de la isla es de unos 1,2 millón, de los cuales la mitad son trabajadores extranjeros.
La policía antimotín y los soldados comenzaron su ataque a las 7 AM, pero encontraron sólo una resistencia limitada en la Plaza de la Perla que terminó después de dos horas. En el centro de salud de Budaya, un testigo que había ido a dar sangre, le dijo a una agencia de noticias que había visto decenas de muertos pero que las instalaciones eran demasiado pequeñas aún para que los heridos encontraran un lugar para sentarse.
«He visto unas heridas horribles, montones de personas heridas por disparos», dijo. «Uno tenía la mitad de su cabeza lastimada. A otro le faltaba la mano por algún tipo de bala. Estaba usando su otra mano para hacer la señal de la victoria.» La versión de los hechos del gobierno bahreiní en la Plaza de la Perla es que sus fuerzas fueron atacadas por 250 «saboteadores» que tiraron bombas de nafta y que se vieron obligados a responder.
En las áreas chiítas, en el campo, la gente iba a las mezquitas a orar como señal de protesta cuando comenzó el ataque del ejército. Se informó que los soldados estaban entrando en los pueblos chiítas, afuera de Manama, donde fueron recibidos con piedras y bombas de petróleo en algunos lugares. Un toque de queda de 4 AM a 4PM fue impuesto en la mayoría del país y las fuerzas de seguridad han limitado el movimiento de los periodistas. Los celulares aparentemente colapsaron mientras las fuerzas del gobierno atacaban y los servicios de Internet estaban muy lentos.
Salman dijo que su partido no estaba llamando a protestas inmediatas y le dijo a los manifestantes que no confrontaran con el ejército, pero «después de dos o tres días la gente encontrará una manera de expresar sus sentimientos». No creía que hubiera una posibilidad de diálogo entre los reformistas y el gobierno «mientras continúen las muertes».
El ataque total del régimen sunnita por querer imponer su sectarismo sobre sus propias poblaciones mayormente chiítas, con el apoyo de Arabia Saudita y otras monarquías sunnitas, probablemente provoque una larga crisis en el Golfo y profundice las divisiones entre ambas comunidades.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-164331-2011-03-17.html