Se denomina Declaración Balfour a la forma de robar y lloriquear del régimen imperial inglés y el sionazismo. Fue una transación a escondidas, secreta, ilegal, entre un régimen opresor y el grupo financiero sionista que utilizaba la mitología religiosa para ocultar, si salía a la luz, su disposición para sustituir al viejo imperio que iba a pagar su financiación por parte de aquel grupo como inversor en la guerra contra el imperio otomano, la Rusia zarista y aquella Alemania de la Primera Guerra Mundial.
El 2 de noviembre de 1917 intercambiaban tareas, los imperialistas firman la entrega de Palestina y la colocación de gentes extrañas que serán financiadas para que recolonicen el país. Los imperialistas que se iban a ir dejarían su sitio a bandas terroristas que luego se llamarían ejército, los ocupantes neocoloniales. Desde 1948 Palestina se ha visto asesinada por los recién llegados, así llevan 74 años.
En Palestina los imperialistas no han puesto en práctica ninguno de los Derechos Humanos con los que se han disfrazado. Han pasado 105 años desde aquel hecho aborrecible, tan aborrecible que los imperialistas y los sionazis no quieren que les suceda a ellos algo semejante. Cuando su crimen quedó al descubierto no retrocedieron, simplemente se volvieron a reunir e hicieron una “ley” para “legalizar” el crimen histórico. Hoy vemos el mismo procedimiento llevado a cabo por el imperio yanqui y el viejo inglés, y detrás van sus lacayos, haciendo ruido y callando a quien les denuncia, a quien dice la verdad. La actuación sionazi – imperial indica su talón de Aquiles.
El pueblo palestino redobla su lucha cada día por los Derechos que les han robado, y cada día tiene nuevos mártires causados por Balfour y Rothschild: desde aquel día han dejado 6 millones de refugiados, miles y miles de mártires, millones de prisioneros. En los 10 últimos meses han asesinado a más de 130 palestinos, incluso niños como Mahmud Samudi que tenía 12 años, vendía botellines de agua a la entrada del campo de refugiados de Jenin, allí vivía. El mercenario, escondido en un vehículo militar blindado, le disparó y huyó a toda velocidad dejándole herido de muerte, y cuatro días más tarde murió. Su primo Hamud, 3 años más que él, escribió una nota dolorosa en recuerdo de Mahmud y la hizo pública, inmediatamente el grupo mercenario de ocupación le detuvo y le encarceló, y durante 5 días le estuvieron interrogando, no avisaron a nadie, no dejaron que le asistiese ningún abogado, tampoco dejaron que le viese la familia, y le amenazaron con encerrarle indefinidamente bajo lo que llaman “detención administrativa”, una forma de tener en prisión a los palestinos sin acusarlos de nada ni juzgarlos. Solo en los 10 meses transcurridos de este año han pasado por lo mismo 5.300 palestinos, mujeres y hombres, y en las prisiones sionazis permanecen durante largos años otros tantos miles.
Hoy que el mundo se estremece ante la amenaza nuclear del imperio, porque pierde su dominación, y el ente israelí, lo que se hace llamar Israel, es la única potencia nuclear de la región. Hoy es más claro que nunca que la lucha del pueblo palestino es el ejemplo antiimperialista, ejemplo prometedor de un mundo sin neocolonialismo: será el fin de Balfour y Rothschild y sus continuadores.
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