Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
En el principal puesto de control para entrar en Belén hay un gran letrero colocado sobre el Muro de Separación por el ministerio de Turismo de Israel que dice «La paz sea con vosotros». Un símbolo apropiado del estrangulamiento colonial de la «pequeña ciudad» por parte Israel, esta propaganda para peregrinos es un burdo microcosmos del hábito de Israel de hablar de «coexistencia» mientras impone el apartheid.
Durante décadas de régimen militar, Israel se ha anexado, ha expropiado y ha colonizado más y más territorio alrededor de la ciudad y ahora hay 19 colonias ilegales en la gobernación. Un 80% de unos 22 kilómetros cuadrados de territorio confiscado del norte de la región de Belén se anexaron al municipio de Jerusalén con el fin de expandir las colonias.
Beit Sahur, aldea en la que se encuentra el Campo de los Pastores donde se dice que los ángeles anunciaron el nacimiento de Jesús, ha sido afectada duramente por el régimen colonial de Israel, perdiendo un 17% de su territorio ante la expansión de las fronteras municipales de Jerusalén. El Muro rodea alrededor de un 10% del territorio de la región de Belén y la ONU estima que solo un 13% de la gobernación está disponible para uso de los palestinos. Dentro y fuera de la ciudad hay más de 30 barreras físicas para la libertad de movimiento de los palestinos, impuestas por los militares israelíes. Belén ha sido aislada y fragmentada de una manera que devastaría cualquier ciudad o comunidad en todo el mundo.
Los palestinos de Belén, por supuesto, deben solicitar permisos para entrar en Jerusalén Este, ocupado e ilegalmente anexado, mientras los ciudadanos israelíes que viven en las vecinas colonias judías van y vienen a su gusto. Las dos ciudades están cada vez más desconectadas y hay planes para colonias israelíes como Givat Hamatos con la intención de «completar el anillo que cortará por completo Jerusalén Este de Cisjordania meridional.
Belén sigue sufriendo graves problemas cuando se trata de desarrollar su economía dependiente del turismo. Por ejemplo, los guías turísticos palestinos no han podido entrar en Israel desde el año 2000, mientras que los operadores de tours israelíes organizan los itinerarios de forma que favorecen a los hoteles de Jerusalén, lo que significa que los visitantes simplemente entran y salen enseguida de Belén. La actual tasa de desempleo es de cerca de 21%, la mayor de cualquier región de Cisjordania.
Ansiosos por distraer la atención del impacto de años de control colonial israelí, los defensores de Israel tratan de decir que los palestinos cristianos de la ciudad son el objetivo de una «yihad» de sus vecinos musulmanes y que esa «persecución» es el motivo de la reducción de la población cristiana. Pero algunos estudios, -vea aquí , aquí , y aquí – confirman consistentemente la conclusión lógica de que los principales factores que «impulsan» a la emigración son económicos, políticos y debidos a la ocupación israelí. Un sondeo de residentes de Belén en el año 2006 estableció que un 78% de los encuestados cristianos citaron la «agresión y ocupación israelí» como «la principal causa de la emigración».
En lugar de limitarse a un recuerdo anual de los sufrimientos de la ciudad, hay formas en que la gente de todo el mundo incluidas las iglesias -o estas en particular-, pueden apoyar a Belén y los derechos de sus habitantes. Una es ir y alojarse allí, incluyendo en el itinerario el tiempo necesario para dormir en los hoteles de la ciudad y visitar los diversos sitios históricos y religiosos, restaurantes y tiendas de artesanos.
También se puede ayudar a Belén escuchando voces como las de Kairos Palestine, que recientemente publicó una declaración para marcar los tres años desde el llamado Palestino Cristiano de acción de iglesias de todo el mundo. Piden a los defensores de los derechos humanos que escuchen el llamado de boicot, desinversión y sanciones (BDS) hasta que Israel cumpla el derecho internacional y se realicen todos los derechos del pueblo palestino.
En una época del año en la que las perogrullada y los deseos de paz se convierten en tópicos, las palabras de Kairos nos recuerdan que la pequeña ciudad de Belén, como el resto de Palestina, necesita mucho más que un recuerdo:
El objetivo de BDS no es la revancha sino lograr justicia, igualdad y el final de la injusticia impuesta al pueblo palestino. Edward Said dijo: «Igualdad o nada»
Ben White es periodista independiente, escritor y activista especializado en Palestina/Israel. Es graduado de la Universidad Cambridge.
Fuente: http://www.aljazeera.com/indepth/opinion/2012/12/2012121984236996188.html
rCR