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Bermejo baila con la Justicia

Fuentes: InSurGente

Muchos son los asuntos que se ventilan estos días. Parece ser que lo que más preocupa al ciudadano simple, llano, infante simple, es el terrorismo. El martes fue 1º de Mayo, han pasado cinco meses sin que se produzca agresión alguna por parte de ETA y tampoco por los «islamistas». En los últimos tres años […]

Muchos son los asuntos que se ventilan estos días. Parece ser que lo que más preocupa al ciudadano simple, llano, infante simple, es el terrorismo. El martes fue 1º de Mayo, han pasado cinco meses sin que se produzca agresión alguna por parte de ETA y tampoco por los «islamistas». En los últimos tres años -más de 1.000 días- hubo una sola ocasión -30 de diciembre- y con el resultado que todos conocemos. ¿Y ello es como para que se sitúe en el primer puesto de las preocupaciones de la ciudadanía? A mí me parece que me están dando gato por liebre, pues cuando este mes -con el euribor al 4,25- tenga que pagar 90 € más al mes, y ello se suma a lo que ya se paga desde que el año pasado por estas fechas suponía un 3,25%, no hay cosa que más preocupe que el modo de poder vivir día a día. Que el «terrorismo» aparezca en el primer lugar es un plus para los gobernantes, es la coartada, es la disculpa y es la tapadera del Poder. Yo lo aventuré hace años, si tuviera que gobernar agradecería que hubierse algo que amenazara a los gobernados, ETA, «yihadistas», «delincuencia organizada», lo que sea, todo con tal de que el populacho se tragara la píldora de los «enemigos interiores» y «exteriores». Mientras miran al enemigo prefabricado, no ven lo que hago en el Legislativo. Genial.

Pero yo veo a la gente en la calle y esa misma gente no tiene miedos, no tiene temores ancestrales, no teme por éste o por aquel territorio, teme por su casa y por su salario y el modo en que ha de sufragar los gastos que ocasiona tener dos hijos y una casa y una buena alimentación y educación para los que les rodean. En esos estudios sociológicos tan sesudos y en que participan supuestamente miles de personas, la vivienda es un tema importante, pero parece ser -según estos sesudos sociólogos- que a primeros de mayo lo que les preocupa es la «kale borroka» y no lo que llega al sobre salarial, que les preocupa las candidaturas de supuestos «terroristas» que nunca han sido ni tan siquiera condenados en Euskal Herria, y les preocupa la penitencia de De Juana -dicho sea así de claro, condenado injustamente por un Tribunal Supremo venal y escasamente imparcial, pues baste como ejemplo que lo mismo dicho por ese preso actual ha sido dicho y publicado por otros y ninguna causa penal ha recaído contra ellos-, que a mis vecinos obreros les preocupa las elecciones en Euskadi y Navarra. A mis vecinos obreros ese asunto les interesa tanto como la teoría de la incertidumbre o los cuantos de Planck.

Cuánto dejarán de vender los periódicos y cuánto dejarán de influir los mass media si no tienen ya asuntos morbosos que exponer. Cuánta independencia adquiriría el ciudadano si se le dejara de intoxicar con noticias y fórmulas y añazagazas de todo tipo, y digo de todo tipo, pues desde la supuesta izquierda se engaña a mansalva y se usan -desgraciadamente- para embaucar y adormecer y enmascarar medidas políticas que afectan directamente a los asalariados (no se olvide la contrarreforma de la Seguridad Social que ya está en el Congreso como Proyecto de Ley). Ahora es el gran tema de las elecciones municipales y autonómicas en Euskal Herria , pero mientras en cientos de municipios se presentan candidatos sucios porque se han beneficiado del poder público para medrar personalmente, se mira con lupa si este o aquel ciudadano en Euskadi y Navarra es limpio de corazón, es decir, es un demócrata de pelo en pecho, con los pelos del articulado de la fascista Ley de Partidos Políticos.

Y aquí llegamos al núcleo del asunto. No se entiende, ni se puede entender, que partidos políticos tan «limpios» y «puros» como es Esquerra Republicana -por poner uno de los que apoyan al Gobierno del PSOE- no hayan colocado en el frontispicio de su reivindicación la eliminación de una ley fascista como ésta. Y si les cupiera alguna duda les señalo -si es que llegan a leer este extremo- que la Ley de Partidos del PP-PSOE es un remedo de la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939. En esta «Ley promulgada» sin Legislativo -que ya manda huevos que se llame Ley algo que no procede del Legislativo- se consideraban sujetos reos todos aquellos que hubieran tenido actividades antifranquistas -contra el Movimiento Nacional- desde 1934, es decir, con carácter retroactivo. Ahora vamos a la aplicación de esa Ley de Partidos -que más parece una Ley de Bandidos- en donde un día y otro también se está midiendo a las personas, a los ciudadanos, por su actividad en el pasado, con el mismo carácter retroactivo. Así oímos y vemos escrito que tal o cual ha formado parte de HB, de EH, etc., en el pasado, cuando su participación era legal, pero que ahora, por el hecho de haber sido legal en aquellas listas, es un ser a quien hay que repudiar y arrojar a la basura porque así lo desean los «demócratas». Es impresentable, y aquí me dirijo a los juristas que haya en el PSOE, incluido el ministro de Justicia Bermejo, pues tengo para mí que le resulta repugnante la retroactividad que establece esa Ley de Partidos.

Los asuntos son muchos, dicho estaba al principio, pero son unos cuantos los que amenazan el Estado de Derecho, -si alguien prefiere un Estado con Derecho que levante el dedo-, y ahora que esa «famélica» familia de los Borbones -aunque se comen millones de euros anualmente por la cara- están en el candelero por el parto de una de sus hembras, algunos estúpidos hablan de reformar la Constitución Española (CE) de 1978 para que acceda a la Jefatura del Estado una de esas que ha sido parida en tal familia. Es la cuestión que sea reformada la CE de 1978 de cabo a rabo, tanto que de ella quedaría sólo a salvo los artículos que van del 14 al 29, y extendiendo como fundamentales algunos de los que anotan hasta el 53. El resto debe reformarse por completo, y los borbones deberán buscarse un oficio como hace ahora Aznar o su yerno Agag, o como ha hecho pariente Constantino. Es un insulto y una obscenidad la monarquía en España, pero ello se tapa con lo que el Centro de Investigaciones Socológicas señala que son preocupaciones de la población. Y la primera, cómo no, es el terrorismo. ¿Qué terrorismo?

Por eso vuelvo como siempre a un punto, y aquí es donde reclamo sólo dos cosas a quienes tienen oídos para oír y entendimiento para entender -ya se sabe que no me dirijo a los Borbones, ellos son sordos, pues a éstos les diría que fueran decentes y dejaran de usurpar la historia de España-, que si el combate es duro y largo, y el sufrimiento es mucho mayor, y aunque la causa de que tales sean no lo puede negar ni Dios, es conveniente que no se den coartadas a quienes están esperando como agua de mayo una catástrofe irreparable.

No sé cuánto puede valer lo que digo, pero si tiene el valor de una monada de cinco céntimos, al menos téngase en cuenta ese valor. Por otro lado, he oído a Imaz y he leído a Ibarretxe estos días. No hay color entre uno y otro. El PNV, los católicos de Imaz, son los que eran los aranistas en 1930, cutre burguesía sin miras, o mejor, con las miras en Madrid. Cuanto antes se deshagan los «peneuvistas» de ese lastre católico ultramontano y cutre con aires de señorito andaluz -y sé de lo que hablo- antes se encaminará el conflicto vasco hacia soluciones democráticas en que sea imposible hasta la violencia del Estado.

Los asuntos son muchos: ha muerto un genio: el gran M. Rostropovich, un hombre que supo abrazar la libertad con un violonchelo entre los brazos. Muchos son los asuntos. A ti te toca continuar hablando del resto.