El Senado de Brasil aprobó el miércoles el controvertido proyecto de ley de bioseguridad, que permite tanto el cultivo de soja genéticamente modificada, como la investigación con células embrionarias humanas.
El sector agrícola venía presionando al gobierno de Brasil para que regularizara el tema, especialmente en lo relacionado con la soja transgénica, que debió ser cultivada en las últimas temporadas en base al amparo legal de decretos presidenciales.
Pero grupos ambientalistas y de consumidores habían manifestado su oposición a las disposiciones sobre soja genéticamente modificada, mientras que la Iglesia Católica ha rechazado la utilización científica de células embrionarias.
Durante su tramitación en el Senado, el proyecto -que había sido votado en la Cámara de Diputados en febrero- sufrió varios cambios.
Uno de los más destacados fue el establecimiento de una comisión especial que regulará el uso de las tecnologías aprobadas.
Debido a estas modificaciones, el texto deberá volver a la Cámara Baja.
Mientras la ley no sea promulgada, los productores de soja transgénica tendrán que seguir dependiendo de decretos especiales.
Brasil es el segundo productor mundial de soja.