Público ha tenido la excelente idea de publicar en su colección «Pensamiento crítico» uno de los libros hispánicos marxistas de mayor proyección, interés e incluso, si me apuran, de actualidad. Mil gracias por ello. Pocas veces se ha acertado con tanta precisión. Esto es lo decisivo sin duda. La edición ha estado acompañada de una […]
Público ha tenido la excelente idea de publicar en su colección «Pensamiento crítico» uno de los libros hispánicos marxistas de mayor proyección, interés e incluso, si me apuran, de actualidad. Mil gracias por ello. Pocas veces se ha acertado con tanta precisión. Esto es lo decisivo sin duda.
La edición ha estado acompañada de una nota bibliográfica correcta (pp. 271-282) a la que, si acaso, habría que añadir algunos libros más, también en el haber de Manuel Sacristán: Escritos sindicales y de política educativa, Barcelona, Ediciones Universitarias de Barcelona, 1997; De la Primavera de Praga al marxismo ecologista. Entrevistas con Manuel Sacristán, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2004, y Sobre dialéctica, El Viejo Topo, Barcelona, 2009.
Además de esa nota acompañan a la edición de Público tres fotografías: la primera, en solapa interior, con un Russell antimilitarista sentado en la calle en señal de protesta con el armamentismo de las grandes potencias hubiera sin duda agrado a Sacristán que desde muy joven tuvo al autor de los Principia como referente intelectual, filosófico y político. La segunda fotografía, página 6, la imagen de una mujer campesina de la Comuna de Oregón transita por el mismo sendero de acuerdo. No estoy seguro que la tercera, la espalda de un joven pedaleando una bicicleta hubiera levantado entusiasmos en él. Ese tono cortesmente amable pero inocuo, incluso publicitario, del ecologismo, que suelen usar en ocasiones algunos cuadros y dirigentes verdes, no era una arista especialmente destacada por él quien, por otra parte, consideró el automóvil el quinto jinete del Apocalipsis. Ni más ni menos. A la vista de todos y todas está que esta vez acertó de pleno.
La contraportada del volumen da cuenta del libro de la forma siguiente: «Este libro reúne una antología de escritos de MS realizados entre 1975 y 1985. Las cuestiones que abordan tienen que ver con las preocupaciones que jalearon la peripecia intelectual de este filósofo marxista: las desigualdades sociales, el futuro de los movimientos emancipatorios, la crisis ecológica… Los textos, que deben ser justamente contextualizados en los años en que fueron escritos, traslucen con total intensidad el pensamiento revolucionario del autor».
Pacifismo, ecologismo y política alternativa recoge textos escritos por Sacristán entre 1979 y 1985. La mayoría de ellos tienen como finalidad esencial renovar las aristas centrales de una tradición emancipatoria, la suya, la marxista comunista, necesitada ya entonces, antes de la caída del muro y la desintegración de la URSS, de una profunda renovación en procedimientos, valoraciones y vértices del ideario. El futuro de los movimientos emancipatorios pasaba, en su documentada opinión, porque el movimiento obrero socialista no entregado supiera ver la importancia política de los nuevos movimientos sociales entonces emergentes en España: antimilitarismo y pacifismo, feminismo y ecologismo básicamente. Sus textos, necesitados de contextualizacón sin duda, tienen también la patina de los clásicos: se leen una y mil veces señalando nuevas ideas, nuevas aproximaciones, dando nuevas fuerzas a la lucha de siempre.
La presentación de Sacristán que acompaña al volumen dice así: «MSL (1925-1985) es una de las figuras intelectuales españolas más relevantes del siglo XX. Catedrático de metodologías de las ciencias sociales en la UB, Sacristán consagró su privilegiada capacidad intelectual al estudio del marxismo, del que fue uno de los principales teóricos en España. Compaginó su carrera investigadora y docente con una intensa tarea de editor y traductor de autores marxistas. Tras largos años de militancia en el PSUC -la marca del PCE en Catalunya-, abandonó el partido a finales de los años 70. Desde entonces y, hasta su muerte, tomó parte activa en movimientos ecopacifistas».
Sacristán que fue nombrado catedrático a finales de 1984, un año antes de su fallecimiento, aunque con efectos anteriores, no sólo consagró su capacidad intelectual al estudio de marxismo. Sin olvidar su faceta de crítico literario y teatral, fue un lógico muy competente y un epistemólogo de enorme profundidad analítica. No puedo realizar apenas trabajo investigador: no consiguió la cátedra de lógica de la Universidad de Valencia en 1962 (el OPUS DEI se lo impidió y su militancia comunista, claro está, no era del agrado de un tribunal muy conservador) y fue expulsado por el señor y rector Garcia Valdecasas de la Universidad de Barcelona durante una década aproximadamente, universidad en la que, por cierto, ya había sido desplazado de Filosofía a Económicas por presiones eclesiásticas del arzobispado barcelonés ¡El mayor filósofo de su generación apenas dio clases en la facultad de filosofía!
Editor y traductor de amplios registros, no sólo tradujo a Marx, Gramsci, Engels o Lukács sino a Quine, Schumpeter o Platón. En total, no es broma, no es exageración, uns 29.000 páginas, como Domingo Curto ha calculado, traducidas del griego clásico, italiano, catalán, francés, inglés y alemán.
Y eso sí: militó unos 20 años en el PSUC-PCE, 15 en el comité central y cinco en el comité ejecutivo, pero nunca pensó que el PSUC fuera una cuña, porque no lo fue ni lo es, y menos la cuña del PCE en Catalunya. El PSUC era y es una organización independiente del PCE, con el que en general siempre ha conservado magníficas relaciones. Un gajo de la misma naranja como gustaba decir a su amigo y camarada Gregorio López Raimundo
Implicado hasta el final de sus días en los nuevos movimientos sociales, la expresión ecopacifista es un concepto nuestro. Él militó en movimientos antimilitaristas, antinucleares, ecologistas, consciente de que el comunismo, una meta a la que nunca renunció, debía tejerse con nuevas urdimbres, con nuevas y viejas urdimbres quiero decir.
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