LA HABANA, 16 DE JULIO.-El presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón, dijo en La Habana que con sus nuevas medidas anticubanas el mandatario estadounidense, George W. Bush, ha convertido a los cubanos residentes en Estados Unidos en ciudadanos de segunda categoría y pretende anexar a Cuba a ese país. «Está creando un apartheid» contra los […]
«Está creando un apartheid» contra los cubanos residentes en territorio norteamericano, dijo Alarcón en entrevista concedida a AMATE en la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento cubano) en esta capital. «Lo peor del nuevo plan de Bush no es solo por causa de las sanciones que impone contra la familia, sino porque por primera vez presenta un programa norteamericano de gobierno de Cuba para el futuro, que comenzaría su vigencia desde ahora. La Casa Blanca va a designar desde ahora un llamado coordinador de la denominada transición quien dirigiría una etapa inicial del gobierno que pretenden instaurar aquí».
«Desde ahora el gobierno estadounidense crearía lo que se ha llamado como Comité Permanente del gobierno de Estados Unidos Para la Reconstrucción de la Economía» cubana, lo cual equivale a que administrarían la economía de la Isla una vez que destruyeran la revolución. Ello equivale a la anexión de Cuba a Estados Unidos», denunció el dirigente.
«Puede parecer exagerado, pero a personas que se les han ocurrido acciones inmediatas como castigar familias, ancianos cubanos en ambos países con sus sanciones, y medidas ridículos como prohibir el envío a Cuba de ropas y productos de aseo es perfectamente comprensible que tengan como objetivo el anexionismo», puntualizó.
Recordó que el informe de casi 500 páginas de Bush que contienen la manera de gobernar a Cuba por parte de Estados Unidos, contempla despojar a los cubanos incluso de sus viviendas y devolvérselas a sus antiguos dueños privados.
«Ellos saben que ello provocaría en Cuba un descontento tan profundo entre la población, que han ideado un plan represivo cruento para lidiar con esa fase», manifestó.
Alarcón consideró que aún es temprano para hacer un cálculo económico preciso del daño que causarán las medidas de aplicación inmediata -están vigentes desde el día 30 pasado- de Bush, pero recordó que por lo pronto hicieron desaparecer varios vuelos humanitarios a Cuba y han hecho más complejos los que se realizan desde Miami, Florida.
La administración republicana limita ahora los viajes de cubanoamericanos a su patria a solo una vez cada tres años. Otras medidas son tratar de limitar las remesas que envían esas personas a sus familiares en la Isla al tolerar solo por nivel de parentesco «de primera categoría» sus receptores, y prohibir los envíos de paquetes con ropas y artículos de aseo personal.
«Pese a las sanciones con las que amenaza ahora la administración Bush a los cubanos residentes en Estados Unidos, muchos de estos han dicho que buscarán la manera de seguir visitando a sus familias en Cuba y enviando su ayuda. Cualquiera haría lo mismo en sus casos. Las acciones de Bush van contra la esencia de la Constitución de Estados Unidos porque inciden -con amenazas de castigos- en las vidas privadas de las personas, en sus relaciones familiares. Muchos políticos republicanos conservadores no podrán entender nunca medidas como esas a partir de que atacan valores familiares», dijo el presidente del parlamento cubano.
Sobre las repercusiones en Cuba de las medidas de Bush, Alarcón recordó que el gobierno isleño reaccionó subrayando que defenderá los amplios beneficios sociales que tiene la población cubana y su nivel de vida y de alimentación en general.
«Las alzas en los precios que se decretaron tras un cierre organizativo de las tiendas que venden sus artículos en Cuba por divisas no son significativas», expresó.
El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba dijo que las medidas de la Casa Blanca sí tienen un efecto político: el de unir a todos los cubanos en la Isla en contra de estas y de Bush, y cohesionar a estos con un amplio sector cubanoamericano en Estados Unidos, que las ha repudiado.
«Quienes hicieron estas medidas buscan fines electoralistas, inmediatistas, como sería el de tranquilizar y asegurar el voto y las influencias de cubanoamericanos extremistas que ya no tienen lazos con su país y que en algún momento llegaron a acusar al presidente Bush de ser un traidor a la causa», afirmó.
Alarcón llamó la atención sobre el hecho de que al anunciar las medidas anticubanas, el Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Roger Noriega, hizo una distinción entre dos grupos de cubanos residentes en Estados Unidos.
«Les interesa el voto en noviembre próximo de los batistianos, de la mafia cubana encabezada por personas como Lincoln Díaz Balart e Ileana Ross-Lethinen y han desechado a los nacidos en Cuba que tienen vinculos con Cuba y que llegaron a Estados Unidos recientemente», expresó.
El diputado cubano observó además que con las reacciones de amplias capas de cubanoamericanos contra las medidas de Bush, se ha probado que los cubanos residentes en Estados Unidos no solo «exiliados» sino una comunidad que vive en el extranjero.
«¿Qué exiliado en el mundo visita y pelea por mantener su derecho a su país de origen?», preguntó.
El dirigente parlamentario consideró que el fracaso de las medidas de Bush es cuestión de tiempo. «Al parecer, el candidato por el Partido Demócrata, John Kerry, ha dicho que las eliminará si llega a la presidencia, pero incluso si Bush es reelecto, el rechazo a las acciones que acaba de aplicar se irá ampliando para llevar a un desastre electoral a los republicanos más tarde», pronosticó.
«Las acciones fueron aplicadas bajo la presión de la mafia anexionista de Miami, que está desesperada, que quiere acelerar a toda costa el fin de la revolución Cubana, usar todos los recursos del estado norteamericano ahora con ese fin, porque nunca en la historia de dio antes que la derecha estadounidense tuviera además de la presidencia, la jefatura de ambas cámaras en el Congreso y a tres docenas de individuos de origen cubano en posiciones claves en la administración republicana», expresó.
«Si con esta combinación que incluye conceptos globales como la guerra preventiva y ataques como el de Iraq no pueden lograr sus objetivos, después perderían quizá la presidencia o las mayorías en las cámaras», dijo. «Con el tiempo, el destino de todas sus medidas es el fracaso».
En este contexto Alarcón alertó sobre la posibilidad de algún tipo de operación bélica próxima de Estados Unidos contra Cuba.
«Es verdad que están muy enredados con la situación en Iraq, pero en la Casa Blanca actúan con tanta irracionalidad que podrían pensar que creando un nuevo foco de tensiones, en este caso con Cuba, podrían llevar a la opinión pública estadounidense a desviar la atención del escenario iraquí», subrayó.
Alarcón consideró que de decidir tal cosa el gobierno de Estados Unidos -que no ha negado la posibilidad un ataque militar a Cuba como opción- podría recurrir a ataques aéreos y otras operaciones.
«En nuestro país van a encontrar una resistencia total. Nosotros estamos preparados y no adoleceremos de imprevisiones como en otros casos de la historia. Aquí la población está cohesionada. No hay diferencias religiosas violentas ni enfrentamientos étnicos», advirtió el parlamentario.
BUSH, LA REELECCIÓN y MICHAEL MOORE
El presidente del parlamento cubano, quien es un especialista en el análisis de las políticas en Estados Unidos, no quiso hacer pronósticos sobre el resultado de los comicios presidenciales en ese país en noviembre próximo.
«Bush ha cometido muchos disparates. La carrera de ningún político en el mundo habría sobrevivido de cometer un solo de esos errores. Sin embargo, el presidente norteamericano se las ha arreglado para aún mantenerse en la lucha en los sondeos».
Como derivación de esa visión, Alarcón anunció que estará en un panel este fin de semana en la televisión cubana que presentará el documental del cineasta Michael Moore «Farenheit 9/11».
Comentó que en ese filme puede verse desde el robo por el candidato republicano de las elecciones del año 2000 con la ayuda de los cubanoamericanos extremistas y del gobierno republicano de la Florida, hasta las posiciones de los demócratas que permitieron que el fraude siguiera su curso.
«Kerry ha dicho que seguirá la guerra en Iraq si gana la Casa Blanca y dió su respaldo a Bush cuando este, con argumentos falsos, invadió ese país», puntualizó.
Alarcón afirmó que con respecto a Cuba, el retador demócrata ha dejado claro que seguirá tratando de destruir el sistema político, social y económico cubano. «Más de lo mismo», precisó, aunque admitió que difícilmente «ya haya nacido» una persona como Bush en cuanto a sus políticas absurdas anticubanas.
No obstante reiteró que Bush «se robó la elección del 2000, hizo la guerra a Iraq con argumentos falsos, tomó la economía norteamericana con ingresos por 500 mil millones de dólares y la devolvería, de perder los comicios, con un déficit de 500 mil millones de dólares y es el primer presidente estadounidense que debe admitir que no creó empleos en el país sino que los redujo».
«Los resultados de los comicios de noviembre dependerán de que millones de norteamericanos aún engañados por Bush, abran los ojos», vaticinó.
No obstante, subrayó que Kerry no ofrece un programa de gobierno realmente alternativo al de Bush. «Quién tiene un programa alternativo es Ralph Nader (candidato independiente) pero ya sabemos que a partir de las estructuras tradicionales de las elecciones norteamericanas, no ganará», precisó.