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CAF: la parte contratante de la primera parte…

Fuentes: Rebelión

El Consejo de Administración de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles sigue en su carrera de no admitir su error de haber concursado y ganado la licitación organizada por las autoridades israelíes de construir y ampliar líneas de tren ligero entre la ciudad ocupada de Jerusalén y las colonias (ilegales) próximas, todo ello en los Territorios Ocupados Palestinos.

Una posibilidad que el Presidente de CAF, Andrés Arizkorreta García, tenía para reconocer su error, era decir a los inversores en la Junta de accionistas del 5 de junio que el proyecto de las autoridades israelíes que había sido ganado por CAF y su socio israelí Shapir vulnera las normas internacionales y que iba a ponerse en contacto con los palestinos para proteger, respetar y remediar el daño ya causado.

En lugar de eso, el Consejo de Administración reiteró que CAF tenía en el respeto de los derechos humanos la máxima prioridad, realiza un informe de diligencia debida o de riesgos por cada proyecto y que, en el caso del de Jerusalén, junto al normal se habían incorporado otros informes de expertos independientes (¿) y habían llegado a la conclusión de que cumplía todas las normas internacionales, incluyendo las Líneas Directrices de la OCDE sobre multinacionales. Posteriormente, ya por escrito, ante las preguntas concretas formuladas previamente a la Junta, amplió sus afirmaciones, que no respuestas.

De hecho, no las contesta. Y eso es una ofensa a los inversores y a la inteligencia.

…será considerada como la parte contratante de la primera parte

CAF no respeta los derechos humanos y el derecho internacional. Ni la verdad.

Así, CAF anunció en su día que el proyecto de ampliación y nuevas líneas de tranvía era en la ciudad «israelí» de Jerusalén. Y que supondría 500 millones de euros en su cartera de pedidos, de un proyecto cuyo presupuesto global ronda los 1.800 millones de dólares.

No dijo que esas ampliaciones y la nueva línea de tranvía abarca Territorios Ocupados palestinos. No israelíes. Y ese el núcleo del problema.

Tampoco dice que Israel ha hecho una planificación urbanística en áreas que no le pertenecen y sin contar con la población palestina a la que expropia y expulsa de sus hogares. El tranvía ya ha sido denunciado por las Naciones Unidas al considerar que viola la IV Convención de Ginebra, al facilitar el desplazamiento de la población de la potencia ocupante a territorio ocupado. La Misión diplomática de Palestina en España ha hecho un informe donde se recopilan las violaciones del derecho internacional que incurre CAF. Esto ha provocado que el Ministerio de Asuntos Exteriores español haya advertido a la dirección de CAF de los riesgos legales que incurría. Aspectos que las «diligencias debidas» encargadas por CAF no recogen (!). CAF se quiere esconder en que ninguna empresa ha sido sancionada ni por la Unión Europea o el Estado Español por esas actividades en los Territorios Ocupados Palestinos.

Pero esa excusa, la de inexistencia de sanciones, tampoco es cierta. El 12 de febrero de 2020, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas hizo pública una primera relación de empresas que se benefician de la ocupación de Territorios Palestinos, cuya elaboración y revisión fue realizada meses antes. En ella, entre otras empresas, está la francesa Alstom y lo que es más relevante, incluye a la socia de CAF, Shapir; su banco que financia el proyecto, Hapoalim; y su cliente de autobuses Solaris, Egged, que hace el transporte terrestre entre la zona considerada israelí y las colonias ilegales israelíes.

CAF dice al respecto que «la lista (…) ha sido tenida en cuenta en nuestra valoración de riesgos, impactos y procedimientos de diligencia debida». ¿Valora su Consejo de Administración que lucrarse con la ocupación de los Territorios Palestinos, al servicio de la potencia ocupante, como hace CAF, su socio, proveedor y cliente es respetar al derecho internacional?

Dado el empecinamiento de la dirección de CAF, 31 organizaciones internacionales, entre ellas Amnistía Internacional España, han pedido formalmente al Consejo de Derechos Humanos que CAF engrose esa lista en una próxima publicación.

La lista de las Naciones Unidas ya es una sanción. Los inversores y operadores ferroviarios y de transporte terrestre conocen la catadura de estas empresas mencionadas. No es extraño, pues, que Norges Bank, el mayor gestor de pensiones del mundo haya desinvertido en Shapir por operar en los Territorios Ocupados Palestinos. Y que diferentes organizaciones le hayan pedido que se retire del accionariado de CAF. O que, el Fondo de Pensiones de Nueva Zelanda se haya retirado de Hapoalim. Y, tampoco, que 8 sindicatos noruegos hayan pedido al operador ferroviario noruego que rechace la candidatura de CAF en el próximo concurso ferroviario. Lo mismo que, con mayor o menor intensidad, hayan llegado peticiones similares a Renfe, al HS2 inglés…

Penúltima cuestión, el organismo de la OCDE que promueve y vigila el cumplimiento de las Líneas Directrices sobre multinacionales no ha podido ejercer su influencia porque CAF se ha negado a discutir el por qué opera en los Territorios Ocupados Palestinos y quién le ha dado la posibilidad de lucrarse fortaleciendo la ocupación israelí frente al pueblo palestino.

En las recientes manifestaciones de palestinos que protestaban por la expulsión y expropiación de vecinos de Sheikh Jarrah cuyas viviendas iban a ir a colonos israelíes se quemó y estuvo varias semanas sin servicios la parada de Suafad, en los Territorios Ocupados Palestinos, reflejo del malestar de la política del apartheid que Israel practica con cualquier palestino, sea cual sea su estatus. El tranvía del apartheid que contribuye a la ocupación no es ajeno a las protestas.

Por último, el Consejo de Administración de CAF y sus accionistas, Kutxabank, Fundación BBK, Mayoral, Daniel Bravo Andreu, Cartera Social y la propia Administración Vasca dicen que «el Grupo CAF no participa de ninguna manera de las cuestiones estrictamente políticas en ninguno de los países en los que opera, ni apoya a ninguna de las partes en conflicto, si las hubiera». Participar de la mano de la potencia ocupante en los Territorios Ocupados Palestinos, relacionarse con otras empresas que se lucran y facilitan la ocupación, para CAF debe significar no apoyar a nadie en la ocupación, palabra que evitan pronunciar.

En los Juicios de Núremberg, algunos nombres de empresas salieron a colación. Los acusados decían que ellos sólo obedecían órdenes y que eran inocentes de los crímenes. Facilitar la ocupación, lucrarse con ella, para CAF, ¿solo es cuestión de contratos y de obediencia?

Santiago González Vallejo, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe