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Masacre en Alepo

Carta a un «compañero» que se obstina en justificar lo injustificable

Fuentes: resisteralairdutemps.blogspot.fr

«Compañero», Hace varias semanas que me digo que voy a escribirte, y son los acontecimientos trágicos de Alepo y tu reacción a estos acontecimientos, o a veces tu no reacción, los que finalmente me han persuadido de que había llegado la hora de dirigirme a ti. No necesariamente con el objetivo de convencerte; creo que […]

«Compañero»,

Hace varias semanas que me digo que voy a escribirte, y son los acontecimientos trágicos de Alepo y tu reacción a estos acontecimientos, o a veces tu no reacción, los que finalmente me han persuadido de que había llegado la hora de dirigirme a ti. No necesariamente con el objetivo de convencerte; creo que desgraciadamente ya es demasiado tarde. Pero al menos, así las cosas quedarán dichas y no podrás decir que no sabías.

¿En nombre del antiimperialismo?

La ciudad de Alepo es víctima de una masacre, de una verdadera carnicería que hace inevitable pensar en otras ciudades mártires como Srebrenica, Grozni, Faluya, así como Varsovia y Gernika, o también los campos palestinos de Sabra y Chatila. Los testimonios directos que afluyen de la ciudad, provenientes de sirios y sirias «ordinarios», y no solo de miembros de algún grupo armado, son elocuentes, a fortiori cuando van acompañados de fotos o de videos. Palabras e imágenes que cuentan el sufrimiento, la impotencia, el horror.

Pero tú, «compañero», te has dedicado estos últimos días -si se puede considerar que este ejercicio puede tener de cerca o de lejos alguna relación con la virtud- a explicar que no había que implicarse al lado de los habitantes de Alepo y denunciar los bombardeos de los que eran víctimas, como tampoco había que denunciar los abusos cometidos por las tropas sobre el terreno durante la «liberación» de la ciudad. En otros términos, has venido a explicarnos que no había que tomar posición clara y determinada contra una masacre planificada y perpetrada por el régimen dictatorial de Bachar al-Assad y por sus aliados, a cuya cabeza están Rusia e Irán.

Si me dirijo a ti, «compañero», es porque hemos compartido en el pasado numerosos combates, en particular -pero no solo- el combate por los derechos del pueblo palestino. Porque pensaba que, a pesar de nuestras divergencias, teníamos principios comunes. No tengo nada que decir a la derecha y a la extrema derecha pro Putin y/o pro Assad, que asumen claramente su apoyo a regímenes autoritarios en nombre de «valores» comunes y que no se han preocupado nunca por aparentar querer construir una verdadera solidaridad con los pueblos oprimidos.

Pero tu, «compañero», tú te atribuyes virtudes «progresistas», «antiimperialistas», incluso «socialistas», «comunistas», y hasta «revolucionarias». Y en nombre de esas virtudes intentas convencernos de que en estos momentos no hay que situarse resueltamente al lado de la población asediada y masacrada de Alepo, y que mañana no habrá que situarse al lado de la población del resto de ciudades sirias ya asediadas y pronto masacradas.

Lo que no constituye, reconocerás, la menor de las paradojas.

«Los peores no son necesariamente los que se cree»

En efecto, había creído comprender que estar al lado de los pueblos aplastados por los Estados imperialistas y sus aliados era patrimonio genético común de la izquierda antiimperialista. Había creído comprender que en ese patrimonio genético que parecíamos compartir, no se transigía con la solidaridad internacional. Y había esperado que a pesar de tus posiciones, a veces más que ambiguas en cuanto a la tragedia siria, el martirio de Alepo te haría volver a la razón, y al hogar.

Pero no. Te obstinas. Te obstinas en intentar explicar que no se puede tomar partido a favor de la población masacrada de Alepo. Te obstinas en intentar explicar que «las cosas no son tan simples». Te obstinas en intentar explicar que en esta «guerra», no hay «por un lado los buenos y por otro los malos», y que hay que saber pensar fríamente y no contentarse con lo fácil.

Porque está muy claro, «compañero», tú no te contentas con lo fácil. Nunca. Tú nos propones un análisis complejo, lleno de altura y de matices, que viene a ser poco más o menos el siguiente: «No, Assad no es un demócrata, y los países que le apoyan tampoco son modelos. Pero cuidado: la autodenominada rebelión siria está en realidad mayoritariamente compuesta de fuerzas salidas del islam integrista, incluso yihadista, teledirigidas y armadas por regímenes reaccionarios como Arabia saudita, Qatar y Turquía, incluso por los padrinos occidentales de estos últimos, en particular Estados Unidos y Francia«

Conclusión: «Prudencia, los peores no son necesariamente los que se cree«.

Pero, ¿qué hay de la población siria?

El primer problema en tu análisis, «compañero», es que «olvida» un actor esencial: la población siria. En efecto, pareces «olvidar» que el punto de partido de los «acontecimientos» en Siria no es una intervención saudita, estadounidense, qatarí o turca. Ni siquiera rusa. El punto de partida de todo esto es que en marzo de 2011 centenares de miles de sirios y sirias se levantaron contra un régimen dictatorial y depredador, como en Túnez, como en Egipto, como en Libia. Y que si Assad y sus esbirros no hubieran tomado la decisión de reprimir este levantamiento de forma sangrienta, con más de 5 000 muertos y decenas de miles de detenciones durante el año 2011, también habrían caído bajo la presión popular.

Y estamos hablado del 2011, año en el que, recuerda «camarada», te entusiasmabas con los otros levantamientos de la región. «El pueblo quiere la caída del régimen», ¿recuerdas? Incluso quizás tú mismo lo coreaste en las calles de alguna ciudad francesa, tú, tan amante de la libertad, de la justicia social y de la democracia.

En Siria también la cantaban, con las mismas reivindicaciones económicas, sociales y políticas que en los demás países de la región en los que hubo levantamientos. Y Riad, Doha, París o Washington no tenían nada que ver con ello. Si te interesas tan de cerca por el tema sirio también debes saber que a lo largo de los últimos años, cada vez que había una tregua, las manifestaciones volvían a producirse. Que sin la intervención de Irán, y luego de Rusia, el régimen habría caído bajo la presión del pueblo sirio. No de algunos miles de «combatientes extranjeros» que, dicho sea de paso, llegaron bastante después de que el régimen hubiera matado a miles de personas desarmadas y excarcelado a decenas, incluso centenas, de «yihadistas». ¿Te has preguntado por qué? Y sí, sin ninguna duda, la «crisis» siria hunde sus raíces en la protesta popular contra un clan y la respuesta de este último: destruirlo todo antes que perder su poder y sus prebendas.

A menos que quieras suponer que los sirios estaban «manipulados» por los países occidentales desde el principio; que en el fondo todo eso no es más que una historia de hidrocarburos, y que el levantamiento sirio estaba teledirigido desde el exterior por potencias que no tienen mas que apretar un botón para que se subleven las poblaciones. Pero no me atrevo siquiera a pensarlo: tú no eres de los que estiman que los árabes son tan bobos que no son capaces de pensar por ellos mismos y que cuando se movilizan y reivindican «justicia social», aunque sea a riesgo de perder su vida, es forzosamente porque están manipulados por occidentales que piensan solo en «hidrocarburos».

¿No es cierto, «compañero»?

Lanzacohetes contra aviación

El segundo problema de tu análisis, «compañero», es que pones en el mismo plano el «apoyo» aportado por Rusia e Irán a Assad, de una parte, y el «apoyo» aportado por Estados Unidos, Francia, Turquía y las monarquías del Golfo a las fuerzas de oposición sirias, de otra. Intentas hacer creer que no existía una superioridad militar aplastante del régimen de Assad y de sus aliados y que después de todo, por retomar, modificándola apenas, una fórmula en boga en un país fronterizo de Siria, «Assad tiene derecho a defenderse».

Pero, ¿te atreves realmente a comparar, de una parte, a los miles de «consejeros militares» y el armamento iraníes, los miles de combatientes de Hezbolá y, sobre todo, la aviación rusa (así como los vehículos y el armamento pesado proporcionado por Rusia, segunda potencia militar mundial) en apoyo a un Estado y un ejército regular y, de otra parte, las armas ligeras, los lanzacohetes y lanzamisiles vetustos proporcionados o financiados por las monarquías del Golfo o Turquía y las armas ligeras, los lanzacohetes, las pocas armas antitanque y los sistemas de comunicación y dispositivos de visión nocturna proporcionados, en cuentagotas, por Estados Unidos y Francia?

¿Sabes que lo que demandan las fuerzas de oposición sirias desde el comienzo son misiles antiaéreos, para poder defenderse contra los aviones de la muerte de Putin y Assad, y que ha sido Estados Unidos quien ha vetado sistemáticamente la entrega de esas armas? ¿Sabes que al comienzo del año 2014, tras el fracaso de la conferencia «Ginebra 2», los sauditas sugirieron por primera vez entregar lanzamisiles a las fuerzas de oposición sirias y que Estados Unidos se opuso, y que no ha cambiado de opinión desde entonces? Estados Unidos no quería y no quieren que esas armas caigan «en malas manos», y sobre todo no quiere que el aparato de Estado sirio sea destruido, pues, al contrario que otros, han aprendido de su brillante intervención en Iraq.

Plantéate la pregunta: ¿dónde están las terribles armas de la oposición? ¿Piensas seriamente que Assad habría podido bombardear barrios enteros desde helicópteros volando a baja altura si los opositores sirios hubieran dispuesto de un armamento real?

Más aún, ¿recuerdas que el pasado mes de mayo la embajada de Rusia en Gran Bretaña, que debe estar bien informada y que, si tenía pruebas del gran armamento de los opositores a Assad, las exhibiría, no podía más que twitear imágenes sacadas de un juego de video (!) para «demostrar» que las fuerzas de oposición sirias recibían armas químicas?

Así pues, por favor, ¡seamos serios!

¿Quién está destruyendo Siria?

El tercer problema de tu análisis, «camarada», es que sencillamente olvidas un dato fundamental: los hechos. Porque podrías seguir diciéndome que lo que acabo de escribir es imposible de probar, incluso cuando son los actores principales de este «no apoyo» y los «no apoyados» quienes lo han testimoniado, y continúan haciéndolo, porque quizás, después de todo, son empedernidos mentirosos.

Pero si realmente quieres pruebas, conténtate con abrir los ojos y plantéate esta sencilla pregunta: ¿cómo ha podido ser destruida Siria? Cuando comentas las imágenes de las ciudades arrasadas diciendo que «hay violencia por las dos partes», ocultas un detalle: ¿quién posee las armas necesarias para provocar destrucciones de tal amplitud? Por decirlo de otra forma: ¿quién puede realizar bombardeos? ¿Dónde están los aviones de las fuerzas de oposición sirias? ¿Dónde están sus tanques? ¿Ocultos bajo tierra, como el superpoderoso ejército de Saddam Hussein que amenazaba al mundo entero? ¿Cuántos aviones han destruido las fuerzas de oposición sirias? ¿Sabes que en 2013, cuando derribaron dos helicópteros, se trataba de un acontecimiento tan raro que lo celebraron con pompa y difundieron por todas partes imágenes de su «hazaña»? ¡Dos helicópteros! En ese momento, no pude dejar de pensar en la gente de Gaza celebrando la caída accidental de un dron israelí ….

Objetas que la «coalición» dirigida por Estados Unidos interviene militarmente. Pero ¿puedes hacerme la lista de los bombardeos realizados por esta «coalición» contra las fuerzas armadas del régimen de Assad o contra las fuerzas armadas que le apoyan? No, no pierdas tu tiempo en buscar. Yo mismo me informo diariamente en fuentes seguras: según el régimen de Damasco y los medios que repiten su comunicación, fuentes de las que no se puede sospechar que quieran disimular este tipo de bombardeos, eso ocurrió …dos veces. La primera, en diciembre de 2015 (4 muertos), en la región de Deir ez-Zor, la «coalición» desmintió haber apuntado al ejército sirio y afirmó que había bombardeado al EI. La segunda, en septiembre de 2016 (entre 50 y 80 muertos según las fuentes) cerca del aeropuerto de Deir ez-Zor, y la «coalición» reconocía esta vez haber bombardeado las posiciones del régimen y presentaba sus excusas oficiales a Bachar al-Assad y a Vladimir Putin.

En resumen, y salvo error por mi parte (nadie es infalible), la «coalición», que reivindica alrededor de 5 000 «ataques» sobre Siria, ha atacado dos veces, desde el comienzo de su campaña de bombardeos en 2014, al régimen de Assad, y en uno de los dos casos se ha «excusado». Así pues toma nota en tu libreta: «las verdaderas operaciones militares realizadas por la «coalición» han apuntado al EI y otros grupos «yihadistas» y no a Assad y sus aliados».

Para acabar, unas observaciones «preventivas»

Hay muchos otros problemas en tu análisis, «camarada», pero no quiero abusar de tu tiempo. Por otra parte, por haber tenido a menudo la ocasión de discutir a viva voz contigo estos «problemas de análisis», confrontando a tu «geopolítica» y a tu «antiimperialismo» los hechos y la cronología real de los acontecimientos, se que no te gusta mucho eso: los hechos. De verdad, son demasiado testarudos.

Es mucho más simple venir a provocar o sembrar la confusión vía posts/comentarios Facebook o en foros de discusión que invertir el tiempo en una discusión un poco precisa y argumentada.

Entonces, en el caso en que estuvieras incluso tentado de ceder a la facilidad y querer jugar este jueguecito, te planteo algunas observaciones «preventivas»:

§ Antes de decirme que defiendo las mismas posiciones que los Estados Unidos, Francia, Arabia Saudita, Qatar, Bernard-Henri Lévy o algunos otros «compañeros molestos», recuerda que, si se razona así, tú defiendes por tu parte las mismas posiciones que Rusia, Irán, el mariscal Sissi, François Fillon o Marine Le Pen, y pregúntate si ese es un buen argumento.

§ Antes de decirme que desde 2011 Israel ha bombardeado en una quincena de ocasiones posiciones del régimen de Assad, y que quienes están contra Assad están por tanto con Israel, recuerda que en junio pasado Putin declaraba, al término de una reunión con Netanyahu con el que acababa de firmar varios acuerdos comerciales, lo que sigue: «Hemos evocado la necesidad de esfuerzos conjuntos en la lucha contra el terrorismo internacional. En este tema, somos aliados. Nuestros dos países tienen una experiencia importante en materia de lucha contra el extremismo. Vamos por tanto a reforzar nuestros contactos con nuestros socios israelíes en este terreno«. Y pregúntate si es un buen argumento.

§ Antes de decirme que la rebelión siria llamó a los países occidentales para recibir armas y gozar de un apoyo militar consecuente, en particular aéreo, y que eso oculta forzosamente algo, recuerda que las fuerzas kurdas que tú -con razón- admiras tanto desde que han rechazado al EI en Kobane, hicieron exactamente lo mismo, y que, ellas si, obtuvieron ese apoyo, hasta el punto que dieron las gracias públicamente a los Estados Unidos por su apoyo. Y pregúntate si ese es un buen argumento.

· Antes de decirme que la rebelión siria, incluso aunque al principio se hubiera podido tener simpatía por ella, está hoy confiscada por fuerzas reaccionarias salidas del islam político, y que algunas de esas fuerzas no dudan en atacar violentamente a población civil o, variación sobre el mismo tema, que es verdaderamente trágico bombardear a población civil pero que es porque los terroristas se ocultan entre esa población civil, cuando no la utilizan como escudos humanos, recuerda que ese es el discurso de quienes quieren justificar las campañas de bombardeos criminales sobre Gaza. Y pregúntate si ese es un buen argumento.

· Antes de decirme que los insurrectos sirios son «aliados objetivos» del EI, recuerda que el EI fue expulsado de Alepo a comienzos del año 2014 por esos que están siendo masacrados hoy por Assad, reflexiona luego sobre el concepto de «aliado objetivo», y pregúntate si es un buen argumento. También puedes volver a pensar, si no estás convencido, sobre lo que he recordado antes a propósito de los verdaderos objetivos de los bombardeos de la coalición, y preguntarte por segunda vez si lo del «aliado objetivo» es un buen argumento.

· Antes de decirme, en fin, que quienes denuncian a Assad y Putin «olvidan» denunciar las masacres cometidas por las grandes potencias occidentales y sus aliados, ten presente que entre quienes se movilizan por Alepo, estamos muchos que nos hemos movilizado por Gaza, contra las intervenciones militares en Afganistán, en Iraq, en Libia u otras partes, y que no renunciamos, contrariamente a ti que has optado por no salir a la calle ayer por la tarde [el 14 de diciembre en París], a denunciar la carnicería actual, a nuestra coherencia política, nuestros ideales y al anti-imperialismo. Y pregúntate si ese es un buen argumento.

Esto es, «compañero», lo que quería decirte. El tono no es muy agradable, de acuerdo; pero eso no significa mucho en comparación con la indiferencia, a veces incluso el desprecio, que muestras en relación al martirio de Alepo.

Haz lo que quieras con esta carta y, por supuesto, tienes todo el derecho a continuar haciendo gárgaras con tu visión «geopolítica» miope y tu «antiimperialismo» pavloviano mientras la gentes sirias mueren bajo las bombas de Putin y de Assad, y ante tus ojos.

No hablamos aquí de un ejercicio de retórica en Facebook por comentarios interpuestos, sino de miles, de decenas de miles de vidas. No hablamos de una divergencia entre nosotros sobre la apreciación de tal o cual acontecimiento, sino de tu silencio cómplice o de tus miserables contorsiones ante una de las mayores tragedias de nuestro tiempo. No hablamos de un simple desacuerdo político, sino de una verdadera ruptura.

No sé cuándo hablaremos la próxima vez, «compañero». Pero lo que si se es que si tú persistes y desgraciadamente creo que es lo que vas a hacer, no utilizaré ya ni siquiera las comillas, pues no utilizaré ya la palabra compañero.

Te dejo con el Che, que tiene algo que decirte: «Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario«.

PS: No, no he puesto notas. No forma parte de mis costumbres no indicar las referencias, pero habrás comprendido probablemente que es voluntario. Pues como estás muy dotado para hacer búsquedas en Internet (¿y en otras partes?), sabemos muy bien, tú y yo que podrás encontrar el conjunto de las fuentes utilizadas aquí.

http://resisteralairdutemps.blogspot.fr/2016/12/massacres-alep-lettre-un-camarade-qui.html

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR