Apreciado demócrata e insigne aliado contra el terrorismo. Me dirijo respetuosamente a usted para, por fin, rendirme a la evidencia y reconocer la inapelable realidad de un conflicto que nos explica siempre tan generosamente. Nosotros, hasta hoy, no habíamos querido entenderle. Ya no volveré a manifestarme cuando pase usted por nuestra ciudad, pues hemos de […]
Apreciado demócrata e insigne aliado contra el terrorismo.
Me dirijo respetuosamente a usted para, por fin, rendirme a la evidencia y reconocer la inapelable realidad de un conflicto que nos explica siempre tan generosamente. Nosotros, hasta hoy, no habíamos querido entenderle. Ya no volveré a manifestarme cuando pase usted por nuestra ciudad, pues hemos de reconocerle como portavoz del más fiel valedor de la paz y la democracia en el planeta. Perdónenos: no sabíamos lo que hacíamos…
Hay que reconocer que sus enemigos son malvados, no quieren ni la paz ni reconocen al estado que lleva décadas derribando sus casas, arrasando sus tierras, levantando muros, encarcelando niños… Qué malos son: «secuestran» a un pobre e indefenso soldado armado hasta los dientes mientras Israel mantiene presos a 11.000 palestinos, incluidos varios centenares de menores de edad.
Sigan adelante, Mr. Jackie Eldan, diga que sí: las casi 5.000 muertes de palestinos que ha visto ya el siglo XXI son necesarias para la paz y la democracia mundial, como lo son las iraquíes, las afganas o las neoyorquinas… usted sabe de qué hablamos.
También es necesario seguir hablando de «radicalismo islámico» hasta que el planeta entero se convenza de que cada metro cuadrado del mundo árabe es malo, requetemalo… y cuidado con hablar de «radicalismo sionista»: eso es delito. Cualquiera sabe que ser antisionista es, en realidad, ser antisemita. Menos mal que usted y sus paisanos son tan listos y no se dejan engañar por delincuentes como los que apoyamos la lucha del pueblo palestino. A ver si nos enteramos de que los terrorismos de estado como el sionista, sus socios capitalistas mundiales y su «Auswitz nuestro de cada día» no tienen la culpa de nada. La culpa es de los terroristas moros malos que brotan como setas e ignoran los virtuosos valores de occidente.
Combatamos el terrorismo, admirado filántropo-diplomático. Pero no el terrorismo que ha asesinado a más de cincuenta palestinos en el último mes, una decena de ellos niños, sino el de los peligrosos pobladores de esa cárcel a cielo abierto llamada Gaza. Corten la luz y las comunicaciones y lo que sea. Acepten la democracia sólo cuando les convenga, que para eso está. Ahora ya sabemos para qué sirvió la famosa «retirada» de Gaza.
Disparen a discreción y destrocen puentes y edificios, pues no en vano son ustedes los campeones mundiales en armamento para la destrucción masiva. Ustedes, USAmérica y la Unión Europea que se calla, les vende, disimula, les compra y se vuelve a callar. Ustedes y sus cómplices.
Sigan adelante con sus justas razones: Israel, USAmérica o la Europa del capital y la guerra son buenos para el mundo. Los malos son los que resisten la ocupación desde hace medio siglo y demuestran con su sangre lo fácil que resulta violar todas las normas internacionales habidas y por haber. Los malos somos también nosotros, perversos extremistas de izquierda y filoterroristas. Quién nos mandará ponernos del lado de quien no tienen tanques, ni aviones, ni tratados comerciales preferentes, ni imperios de manipulación mediática, ni siquiera luz o agua, pero cuya supervivencia cotidiana es el más grande ejemplo de dignidad y coraje.
Quién nos mandará hacer uso de la libertad de expresión para gritar:
¡Viva Palestina Libre!
Muy atentamente.
Enrique Álvarez Barros es miembro del Foro Palestina Libre de Zaragoza.