«Un pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño, es aquel que da hombres generosos» José Julián Martí Pérez Después de haber conocido la noticia y escuchado sobre el video de su «improvisación» en el acto de las cintas amarillas por la libertad de los Cinco en la Tribuna Antimperialista el pasado 12 de septiembre al […]
«Un pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño,
es aquel que da hombres generosos»
Después de haber conocido la noticia y escuchado sobre el video de su «improvisación» en el acto de las cintas amarillas por la libertad de los Cinco en la Tribuna Antimperialista el pasado 12 de septiembre al cual Ud. fue invitado y evidentemente aceptó ir y participar… Después de haber leído varias intervenciones escritas de algunos artistas e intelectuales cubanos, muchos de los cuales son amigos, conocidos y compañeros suyos, donde reprochan su actitud y desaprueban a la vez la sanción, efímera por suerte, a la que fue sometido, leí con una mezcla de incomprensión y asombro una carta abierta suya donde ratifica lo que hizo y dijo cantando.
Para mí las dos mediaciones más completas y correctas sobre su caso fueron las de Silvio Rodríguez y la del joven Harold Cárdenas. Son de una madurez de pensamiento prácticamente exquisita. Simplemente excelentes. Espero las haya leído y lo hayan hecho meditar. Le digo o recuerdo de forma general que ellos plantearon que un error (el suyo), no se subsana con otro (el de quién o quienes lo sancionaron). Y aunque errar es de humanos, no creo que en ambos casos haya habido error alguno….
El o los funcionarios que lo sancionaron, actuaron burocráticamente, mecánicamente, arrastrando y aplicando por inercia un método que hace más daño que beneficio a nuestro país. Beneficia más bien a sus enemigos, porque aunque. no lo crea, Cuba revolucionaria, por innumerables causas y razones, tiene muchos enemigos. Los cambios actuales que se están realizando no los van a eliminar. Le pongo un solo ejemplo: el de los Cinco, a quienes dieron absurdas y estúpidas condenas que solo reflejan el odio que le tienen a nuestra Patria.
Sin embargo, se hace necesario destacar que el hecho de haberse retirado rápidamente su sanción, evidencia que lo viejo está cediendo ante lo nuevo y el incipiente cambio de mentalidad que se está realizando en la gestión administrativa de los Organismos oficiales cubanos, cuestión esta que se debe aplaudir.
Ahora bien, en cuanto a su error, permítame, no por Ud. (al ratificar «sus» versos queda claro que cree que no lo es), sino por Silvio Y Harold, dudar de que lo haya sido. Y dudar es tan humano como errar. Dudar nos enriquece pues además de con otros, nos permite debatir con nosotros mismos y llegar a la verdad y a la corrección de errores y equivocaciones personales. Supongo que como ser humano y durante su ya cuarentona existencia haya tenido dudas o ¿nunca tuvo dudas de lo que iba a hacer con su cantico? Le pregunto de esta manera porque casi estoy seguro de que su estrofa no tuvo nada de improvisada. Para mí, sencilla y llanamente su acción fue premeditada
Muchos compañeros piensan que cualquier momento y lugar es válido para plantear, manifestar actuar y decir las cosas. Pero es que además del lugar y el momento existe el contexto de lo a que se está dedicando una actividad determinada en dicho lugar y en ese momento. Cosa esta que puede llevar a ser completamente incongruente y volverse contra sí mismo cualquier otro planteamiento y acción que esté fuera de ese contexto. Para que me comprenda, le pongo un ejemplo extremo ya que, de la misma manera casi estoy convencido de que si alguien fuera al funeral de un ser muy querido suyo a tocar, cantar y bailar un alegre guaguancó, ¿le hubiera gustado? Sinceramente, no les haga a otros lo que no le guste que le hagan a Ud. Es un principio que ahora puede aceptar o rechazar. La opción es suya.
Y fue una premeditación, a no ser que Ud. o alguien cercano de su grupo demuestre todo lo contrario, por lo que le digo a Harold y a Silvio además, que ahí hubo toda una intención, que fue pensada y proyectada con todo un propósito que aquí no voy a calificar porque no procede ya que aún me quedan pequeñas dudas. Por eso empleo el casi. Quizás esa noche estuvo tan embriagado por el amor que le profesa a María (¿no será a María o Mari Juana?), que pidió también su libertad. Entonces estaríamos ya entrando en otro campo que sería el de la Psicología social. O tal vez por las características de su profesión, que necesitaba tener a su disposición un gran escenario donde fuera el centro de toda la atención y curiosidad pública mediante este show montado.
Mire, La Patria comienza en y por la familia. Hasta el perro o el gato de su familia forma parte de Ella. Ud. mencionó a su familia cuando le comunicaron la sanción, lo que posiblemente le sirvió para justificar, y ratificar, diría yo, sus planteamientos y su acción. Pero no pensó en las familias de otros, ni en las de los Cinco ni en las familias de la mayoría de un pueblo que ese día se pintó de amarillo para mostrar su amor, solidaridad, reclamo, esperanza y alegría juntos. Pueblo este que ha sido ejemplo de sacrificio, altruismo, bondad y generosidad por lo cual es odiado por los grandes intereses egoístas que esta actitud sostenida perjudica.
Usted es un artista cubano. No sé si un «show-man» como su padre. Pero precisamente por todo eso, por su familia, por los Cinco y sus familias, y por la mayoría de las familias cubanas, creo que nos debe a todos una explicación, una aclaración y hasta una excusa si se quiere, (independientemente de cómo piense) de su conducta aquella noche aciaga para Ud.
Espero que tenga la voluntad y valentía de rectificar, como rectificaron los que lo sancionaron. Rectificar es de sabios…y es de cambios. Y los que estamos luchando por los verdaderos cambios revolucionarios y por un socialismo de nuevo tipo, sin temor a riesgo de complicaciones de ninguna especie por sus planteamientos, seguiremos luchando pues nos moriremos ya como vivimos. Sin más.