El delincuente profesional, mercenario y terrorista salvadoreño Francisco Antonio Chávez Abarca, fue capturado en Venezuela y está detenido en Cuba. Brazo ejecutor de las operaciones montadas por el criminal Luis Posada Carriles, para realizar actos de terror allí donde se le pague mejor, cayó por la golosina de la cebolla, como el mítico Ratoncito Pérez […]
El delincuente profesional, mercenario y terrorista salvadoreño Francisco Antonio Chávez Abarca, fue capturado en Venezuela y está detenido en Cuba. Brazo ejecutor de las operaciones montadas por el criminal Luis Posada Carriles, para realizar actos de terror allí donde se le pague mejor, cayó por la golosina de la cebolla, como el mítico Ratoncito Pérez del cuento infantil, pensaba que podría actuar impunemente, después de haber utilizado tantas documentaciones falsas y asumir identidades diferentes se atrevió a presentarse con un pasaporte trucho guatemalteco para operar en Venezuela.
El nexo Posada Carriles con el clan Abarca, viene desde la década de los años ochenta, cuando su padre Chávez Díaz y el terrorista internacional, traficaban armas robadas de los arsenales militares salvadoreños, que eran pagadas con los fondos obtenidos de las utilidades derivadas de la venta de armas norteamericanas a Irán. Vivir para ver y creer.
El detenido, junto a una red de ladrones de automóviles y de autores de robos a mano armada salvadoreños fueron reclutados por Posada Carriles para colocar bombas en hoteles cubanos, él personalmente colocó dos, la primera estalló en el hotel Meliá Cohiba en el mes de abril de 1997 y dejó otra lista, que fue ocupada semanas después y desactivada por las autoridades cubanas.
Este mercenario y otros dos salvadoreños más, detenidos también en Cuba, ejecutaron once atentados contra los hoteles y un restaurante entre el 12 de abril y el 4 de septiembre de ese año, que costaron la vida de un joven turista italiano e hirieron a seis personas.
Los expedientes salvadoreños de inmigración y de aerolíneas locales muestran que Chávez Abarca tenía boletos para visitar La Habana del 3 al 7 de diciembre de 1996 y del 4 al 11 de abril de 1997. Los boletos eran para vuelos a La Habana desde San José, Costa Rica, y Panamá, y regresando en ambas ocasiones vía Managua, Nicaragua. Esto colocó al mercenario en la escena del acto terrorista, aunque no era necesario ya que las bombas fueron preparadas para que pudieran estallar después de que el ejecutor estuviese fuera del país.
En 1998, fueron arrestados cuatro guatemaltecos cuando intentaban realizar actos terroristas en Cuba. En una de las vistas de su juicio el 10 de marzo de 1999 testificaron que fueron reclutados por personas relacionadas con la Fundación Nacional Cubano Americana, dos de ellos María Elena González Meza y Nader Kamal Musulam Barakat, revelaron haber sido reclutados por Chávez Abarca para cometer esos hechos.
Este pistolero tiene vasta experiencia en hechos violentos, siempre carga una pistola y con frecuencia anda con guardaespaldas. María Elena González, cartomántica guatemalteca dijo que Chávez Abarca había sido su cliente y que éste mantenía relaciones con Arnaldo Monzón Plasencia, el ya fallecido director de la FNCA y financiero de los planes terroristas de la misma.
Hay sólidas evidencias que sitúan a Chávez Abarca en México, cuando detonó una bomba en mayo de 1997 colocada en una sucursal de la Corporación cubana de turismo Cubanacán en la capital de ese país.
Después de la breve semblanza de este mercenario dedicado a poner su servicio criminal al mejor postor, las preguntas resultan inevitables, como lo expresara el Presidente de Venezuela. ¿Para qué viajó Chávez Abarca a ese país? ¿Actúa en solitario o forma parte de un comando magnicida y terrorista financiado por los enemigos de la Revolución bolivariana para desestabilizarla? ¿Los contrarrevolucionarios venezolanos necesitaban a un «profesional» y se asesoraron con Posada Carriles.
Habría que preguntarle a este terrorista o a sus testaferros en Venezuela, como Salvador Romaní Orúe, Francisco Paco Pimentel, Nelly Rojas, Hermes Rojas Ramírez, Joaquín Chafardet y otros incondicionales del criminal en ese país, para conocer cuáles son los planes urdidos por los enemigos internos y externos de los revolucionarios venezolanos, quiénes son los conjurados y ponerlos a buen recaudo como a este criminal.
(*Es profesor e investigador universitario)
Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/07/10/cayo-el-panzon/