«La solar es la forma de energía más limpia, abundante y ubicua que existe. Y la podemos explotar. Es una buena alternativa, eficiente, a loscombustibles fósiles», defiende Gerasimos Konstantatos, del Institut de Ciències Fotòniques (ICFO). Junto a su equipo, este investigador Icrea ha desarrollado una célula solar inorgánica low-cost a partir de materiales abundantes en […]
«La solar es la forma de energía más limpia, abundante y ubicua que existe. Y la podemos explotar. Es una buena alternativa, eficiente, a loscombustibles fósiles», defiende Gerasimos Konstantatos, del Institut de Ciències Fotòniques (ICFO). Junto a su equipo, este investigador Icrea ha desarrollado una célula solar inorgánica low-cost a partir de materiales abundantes en la Tierra y menos contaminante que los actuales paneles solares.
De hecho, la mayoría de las celdas solares empleadas actualmente están fabricadas a partir de silicio, un material que aunque es abundante en la naturaleza y respetuoso con el medio ambiente, requiere para producirse una gran cantidad de energía. Además, no resulta demasiado eficiente a la hora de absorber la luz, por lo que al final se necesitan paneles de dos o tres micras de grosor, que hace que sean pesados y muy voluminosos.
Existe una alternativa: placas solares mucho más finas y económicas de producir, pero fabricadas con elementos que resultan tóxicos, como el cadmio o el plomo; que además contienen telurio e indio, materiales muy escasos en la naturaleza.
Los investigadores del ICFO han desarrollado una célula solar semitransparente, libre de elementos tóxicos, a partir de nanocristalesde una aleación de plata y de bismuto, AgBiS2. «Ambos son componentes inocuos; la plata la llevamos en las joyas y el bismuto se emplea en fármacos. Además, no requieren un proceso complejo de reciclaje cuando acaba su vida útil, como ocurre por ejemplo con las baterías», especifica Konstantatos.
Esta célula tiene una tasa de conversión energética del 6,3% (la medida utilizada para medir la eficiencia), que es algo inferior al de las placas comerciales. «Queremos alcanzar un 12% de eficiencia», anuncia este investigador del ICFO., Además, se puede producir a baja temperatura, a unos 100ºC, lo que hace que no se requiera una gran cantidad de energía para producirla.
«Es muy fina, de unos 30 nanómetros de grosor, unas 10.000 veces más fina que la de silicio y además es flexible», señala este investigador, quien apunta que este tipo de tecnología será muy útil no solo para abastecer de energía edificios, sino también para todos los aparatos que conformarán el llamado internet de las cosas.
«Habrá sensores por todas partes, llevaremos wearables, productos electrónicos, y todos ellos necesitarán energía para funcionar. La energía solar será mucho más económica y ‘carbón neutral’, como marca la Unión Europea. Y deberemos estar preparados», concluye Konstantatos. Ahora los investigadores del ICFO trabajan para aumentar la estabilidad y eficiencia energética de la celda para poder dar el salto al mercado.
La investigación, publicada en la revista Nature Photonics, se enmarca dentro de un proyecto financiado por la UE, Nanomatcell.
Fuente original: http://www.lavanguardia.com/ciencia/planeta-tierra/20160622/402688349428/celula-solar-low-cost-icfo-nanocristales.html