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El futuro de Cuba

¿Che o Raúl?

Fuentes: Partido Igualdad

Leí con atención los pensamientos recién publicados por Claudio Katz sobre el pasado y el futuro de Cuba y los cubanos. Aún más importantes estas ideas luego del acuerdo entre Raúl Castro y Barack Obama. Repito acá los argumentos que comenzó a desarrollar Che como alternativa a lo que plantea Claudio. Comencemos con las condiciones […]

Leí con atención los pensamientos recién publicados por Claudio Katz sobre el pasado y el futuro de Cuba y los cubanos.
Aún más importantes estas ideas luego del acuerdo entre Raúl Castro y Barack Obama.

Repito acá los argumentos que comenzó a desarrollar Che como alternativa a lo que plantea Claudio.

Comencemos con las condiciones en que vive la mayoría de los cubanos, de los que no tienen como conseguir dólares y viven de sus sueldos y de lo que entrega el estado.
Es cierto -como dice Claudio-, que su esperanza de vida, escolaridad o mortalidad infantil son muy superiores al resto de la región, y que viven con alegría, hasta ahora. Que han logrado confrontar con el poderío estadounidense. Deberíamos ser muy agradecidos por los sacrificios que han hecho.

También es cierto que en Cuba faltan abastecimientos y variedad de los consumos, por ejemplo champú, jabón, carne, ropa interior, y la vivienda.

Claudio Katz dice que la causa de esta situación difícil fue la crisis de los ’90, -cuando colapsaron los países «socialistas» no socialistas- que dejó Cuba asilado de otras economías, por lo tanto saca la conclusión que «Cuba no está en condiciones de continuar el camino precedente al socialismo».

Y sigue;»salta a la vista la imposibilidad de erigir en forma solitaria una sociedad de abundancia e igualdad, en una pequeña localidad del Caribe. La continuidad de la revolución permitió defender lo conquistado, pero no asegura el desarrollo productivo y el bienestar material que supondría la consolidación del socialismo. Si en la URSS se verificaron dificultades para forjar esa sociedad cortando lazos con el mercado mundial, es obvio que Cuba ni siquiera puede concebir esa posibilidad.»

Bonito lo dicho, bien dicho, pero totalmente falso. ¿Por qué digo eso?

Porque cuando Claudio dice que «siempre se supo que un alcance efectivo del socialismo era imposible en una sola isla y por esta razón se intentaron altos de niveles de complementación con los socios del Este. Esa conexión fue combinada con la apuesta a una sucesión de victorias revolucionarias en América Latina»

Repite el pensamiento de la mayoría de los dirigentes de Cuba en los años de los ’60. El futuro, decían, depende del nivel del desarrollo de la economía y su integración en el mercado mundial de inversiones.

Pero sabemos que ya existía una alternativa a lo que decían, alternativa planteada por Che. El futuro de la revolución en una sola isla, decía Che, depende de las revoluciones en otros países. Depende de su integración en la revolución mundial.

Por eso digo que lo que dice Claudio Katz es falso porque habla de una sola alternativa para Cuba, pero hay dos. Desarrollo económico o revolución internacional.

Veremos… Claudio plantea que el tema que es fatal para la revolución en un país es el desarrollo de la productividad, es la base productiva de la revolución. Por eso es imposible seguir construyendo «socialismo» en Cuba. Y en paréntesis, observa que el futuro de la revolución también depende de revoluciones en otros países de América.

Completamente falso… porque es todo al revés.

Che opinaba, y yo opino, que el futuro de la revolución depende de revoluciones en otros países y mientras tanto, hay que «aguantar» la situación dentro del país aislado.

¿Cuál viene primero, el huevo o la gallina?, ¿la revolución en otros países o el desarrollo de una base productiva?

Che tenía este tema súper claro y transmitió a los cuatro vientos que es la revolución internacional que es lo más importante. Lanzó una crítica muy fuerte a las teorías de economía política de los comunistas de la época, dentro y fuera de Cuba, que decían que el desarrollo económico es más importante. Y murió en el intento de «hacer la revolución» en otros países.

Volvemos del pasado al presente…

Claudio dice que «la transición al socialismo sólo es factible mediante un paulatino avance del plan sobre el mercado, en función de la eficiencia lograda por el sector estatal en comparación al privado.»
Y por ende, dice que está bien que «el gobierno ha pospuesto reiteradamente decisiones que chocan con las aspiraciones de la revolución y con los valores pregonados durante décadas. Pero entiende que no le queda otro remedio.»

Hay una sola alternativa, dice. Pero hay dos… la primera es…

…indispensable el desarrollo de la base productiva del país, con la ayuda de inversiones privados, antes el azúcar, hoy el turismo y el níquel. El sobre-uso del estado y capital estatal no deja «espacio» para que el capital privado crezca y así «ayuda» a la revolución. Ayuda como en China, por ejemplo.
Hasta la democracia que se puede tener en Cuba depende de la base productiva, dice Claudio…

» Los críticos depositan grandes expectativas en la democracia soviética para resolver las asfixias económicas cubanas….pero al sobrevalorarlo se termina esperando resultados mágicos de su aplicación. La isla afronta embargos comerciales, provocaciones militares, penuria de aprovisionamientos, carencia de recursos y pérdidas de aliados estratégicos, que no desaparecen (ni se atenúan automáticamente) con mayores cuotas de democracia interna.»

Hay una sola alternativa, dice. Pero hay dos… la segunda es …

Indispensable exportar la revolución. Hoy día, ayudar a los trabajadores griegos en su revolución. Ayudar a los pueblos de las revoluciones árabes en sus rebeliones. Ayudar a los trabajadores de Wallmart en los EE.UU. en sus luchas. Es la actividad revolucionaria de millones, y no el desarrollo de la productividad, que es el motor de la revolución.

Claudio trae un argumento histórico de peso en favor de su alternativa.
El caso de la NEP.

Claudio se pregunta «Si por el contrario (la NEP rusa) brinda pautas para combinar el plan con el mercado, es un esquema que puede ser valorado en distintas situaciones…permite entender su relativa aplicación en varios momentos de la URSS, China y Europa del Este.»
Es decir, el plan, el estado, puede dar paso al desarrollo del capital privado, pero bajo su control, y así mejorar la productividad económica. Así fue la NEP.

Para los compas que no sepan, la NEP fue una política económica que se aplicó en la Rusia revolucionaria, para otorgar derechos al capital privada a invertir, sacar ganancias, crecer y así re-construir la clase trabajadora que ya casi desapareció durante la guerra civil y las invasiones por países capitalistas. Con esta política, el gobierno de los bolcheviques revolucionarios intentaba reconstruir una clase revolucionaria, basándose en su sombra, su memoria, su herencia de revolución y la memoria del poder popular creado por millones de trabajadores y tropas.
La NEP, en fin, era una política para devolver una clase revolucionaria a su lugar

Olvidemos la famosa NEP, entonces, porque es una política sacada fuera de contexto. No fue una herramienta para mejorar la productividad económica, sino una manera de resucitar una clase revolucionaria.

Mejor mirar a la combinación de capital estatal y privado en China hoy como un modelo de lo que plantea Claudio. ¿Así es el futuro revolucionario que queremos?

El futuro de los cubanos.

Opino que el futuro exitoso de la revolución cubana no depende de la productividad de la inversión del capital, que sea privado o estatal, sino de la organización democrática de base, de los pueblos de Cuba y de otros países, lejanos y cercanos.
Si en Grecia y España votan por un nuevo gobierno distinto a los gemelos derecha-laborista, avanza la revolución cubana. Si el poder popular de base avanza en Venezuela, avanza la revolución en Cuba.

Esa segunda alternativa es nuestra, la alternativa de la democracia de base, del poder popular, de la revolución. Nada que ver con negociaciones entre multinacionales del turismo y las autoridades centrales cubanos.
En ese sentido, esta claro que el acuerdo entre Raúl Castro y Barack Obama tiene mucho que ver con el ingreso de capital internacional a Cuba en una situación en que los recursos de Venezuela comienzan a flaquear por los cambios importantes en el precio de petróleo venezolano.

Como conclusión, estoy bien de acuerdo con Claudio cuando dice «Involucrar a los ciudadanos en el manejo directo de su futuro es el principal antídoto contra los peligros de las reformas.»
Por si acaso, está disponible el libro «Che, Fidel y el Futuro» por la módica suma de 3 lucas.

Fuente: http://partidoigualdad.cl/el-futuro-de-cuba-che-o-raul/