Dos importantes proyectos, donde están involucrados miles de millones de dólares, se mantienen a la espera de una definición en tal sentido en medio de fuertes presiones del empresariado, por una parte, y sectores políticos progresistas y organizaciones ecologistas por otra. Uno es el denominado proyecto Pascua Lama, donde la transnacional canadiense Barrick Gold (con […]
Dos importantes proyectos, donde están involucrados miles de millones de dólares, se mantienen a la espera de una definición en tal sentido en medio de fuertes presiones del empresariado, por una parte, y sectores políticos progresistas y organizaciones ecologistas por otra.
Uno es el denominado proyecto Pascua Lama, donde la transnacional canadiense Barrick Gold (con fuertes capitales del ex presidente norteamericano George W. Bush), pretende explotar importantes yacimientos aurífero próximo a la frontera chileno-argentina.
El proyecto estrella de la firma canadiense, virtualmente aprobado ya por las autoridades de Santiago, enfrenta una fuerte oposición por los extraordinarios riesgos ambientales que trae aparejados para la población local y el país en su conjunto.
Este significará la explotación de un yacimiento de oro, plata y otros metales en un importante sector de la Tercera Región, que implica el corte y traslado de los grandes glaciares de Toro I, Toro II y Esperanza que alimentan el sistema hídrico del valle de Huasco.
Las conclusiones de un informe del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS), además de otros estudios que las autoridades conocen pero que no han divulgado, avalan las preocupaciones de los ambientalistas y explican en cierta manera las razones del rechazo.
La próxima semana la Comisión Regional del Medio Ambiente (COREMA) deberá entregar un completo informe a la Barrick, partiendo de las preocupaciones de la CECS, sobre este controvertido proyecto.
Los aspectos centrales de los cuestionamientos que se supone las autoridades ambientales harán se refieren a ámbitos específicos, donde los especialistas han puesto el mayor énfasis.
Entre otros, los efectos en los recursos hídricos, la calidad vial del proyecto y las consecuencias socioeconómicas, laborales y socioculturales en la población que habita el valle del Huasco, según reveló hoy el intendente de la Tercera Región, Rodrigo Rojas.
Otro de los proyectos donde el gobierno deberá tomar decisiones es en el referido a la planta de Celulosas de Celco, en Valdivia, perteneciente al grupo económico Angelini, uno de los hombres más ricos de Chile y del mundo, construida a un costo superior a los mil 500 millones de dólares.
La planta ha contaminado uno de los humedales más importantes del país, causando la muerte a más de cinco mil ejemplares de cisnes de cuello negro y otras aves emblemáticas chilenas, con pérdidas que resultan ya irreparables desde el punto de vista ambiental.
El Programa Chile Sustentable demando hoy a las COREMAS de Tercera y Décima Región (donde está ubicado CELCO) «pronunciarse preventivamente, y de acuerdo al mandato de la Ley 19.300» sobre la modificaciones que reclaman ambos proyecto.
En relación con este tema la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, señaló: «llegamos a la hora de la verdad para la política ambiental de (presidente Ricardo) Lagos, pues Celco y Pascua Lama son casos emblemáticos que demarcaran el futuro del gobierno en la materia».
Se advierte que en ambos casos, los directivos de esas firmas están ofreciendo «sospechosas ventajas» para las autoridades y los habitantes que residen en las áreas circundantes, iniciativas que rondan en los límites del «soborno».
En el caso de «Barrick ofreció la creación de un Fondo de 10 millones de dólares para promover el progreso de Alto del Carmen, Vallenar, Huasco y Freirina comunas que se oponen a su proyecto.
CELCO, por su parte, inició el reparto de panfletos sobre empleo y desarrollo en las poblaciones de Valdivia, luego que fracasara la legitimidad del informe científico que encargaron a la Universidad Católica.