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A propósito de las amenazas de USA y de la Unión Europea

Colonización, resistencia, y democracia en Palestina

Fuentes:

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Las dos principales potencias imperialistas mundiales acaban de dirigir una advertencia gratuita a la población palestina de Cisjordania y Gaza.

Hace algunos días, la Cámara de Representantes de USA de una parte. y Javier Solana, hablando en nombre de la Unión Europea, de otra, dejaron en claro que el apoyo financiero aportado a la Autoridad Palestina será puesto en peligro en caso de victoria electoral y / o la participación en «esa administración» de organizaciones que no condenan la violencia y que no reconocen al Estado de Israel.

El mensaje dirigido a los palestinos es claro: El imperialismo no tolerará que los palestinos elijan una representación política que no acepte la sumisión y que se niegue a liquidar sus aspiraciones nacionales a cambio de algunas migas políticas y de numerosas prebendas individuales.

El contraste es impactante entre el entusiasmo manifestado por esos mismos gendarmes del orden imperialista mundial, protectores del Estado sionista, con motivo de la elección de Abu Mazen hace menos de un año y la reacción brutal al día siguiente después de las elecciones municipales palestinas.

La elección a la presidencia de la Autoridad del ‘arquitecto’ de los Acuerdos de Oslo fue presentada como un signo de la gran madurez política de los electores palestinos, que permitía concederles un diploma de aptitud para la democracia. El voto masivo a favor de las organizaciones que se han negado a abdicar y a renunciar a sus reivindicaciones nacionales es presentado ahora como un acontecimiento político que pone en peligro los esfuerzos de la comunidad internacional «a favor de la población palestina necesitada.»

Se reencuentran en la morgue imperialista de Solana los cánticos tradicionales de los propietarios frente a los explotados: los poderosos están dispuestos a ser generosos y ayudar a los pobres y a los oprimidos a soportar su miseria, pero en ningún caso esos desgraciados pueden atreverse a tomar la palabra y pretender que pueden confiar la defensa de sus intereses a quienes no se ajustan a las normas políticas e ideológicas fijadas por los representantes de la «democracia imperialista», el modelo universal que los pueblos agradecidos deberían adoptar.

Pero en las últimas elecciones, la población de Cisjordania infligió una paliza a los candidatos del Fatah, partido que ha vinculado totalmente su suerte a la de la Autoridad Palestina. En Naplus, en Yenín, y en al Bireh, Hamas le hizo la vida difícil al otrora todopoderoso Fatah, el movimiento creado por Arafat que, después de lograr el dominio de la OLP, se apoderó de casi todos los puestos y responsabilidades en la administración de la Autoridad Palestina.

Maniobras de la Autoridad impidieron que tuvieran lugar elecciones en Hebrón, pero nadie duda de que en esta ciudad Hamas está en condiciones de obtener una victoria equivalente a la de Naplus (13 elegidos de 15).

Ante la fuerza de Hamas en Gaza, ya no cabe duda: Existe una fuerte probabilidad de un derrumbe de los candidatos vinculados a los partidos que participan en la Autoridad Palestina en las elecciones al Consejo Legislativo previstas para fines de enero.

Los que son considerados aceptables para el gobierno de USA y los europeos ya no parecen estar en condiciones de cumplir con las obligaciones a las que se comprometieron a cambio del apoyo recibido de los generosos patrocinadores del «proceso de paz».

El imperialismo se impacienta y amenaza.

Presionado para que cumpla con las exigencias israelíes y usamericanas de reprimir toda voluntad de resistencia, Mazen tergiversa desde hace meses.

En cuanto a los que, como Dahlan y Rajoub, no dudarían en reprimir en gran escala, no es seguro de que dispongan de los medios necesarios.

El resultado de las elecciones aceleró la crisis interna del Fatah y el problema causado por el éxito de Hamas es tanto más agudo porque las soluciones alternativas alentadas por el imperialismo aún no están a punto.

La lista presentada por Hanan Ashrawi, encabezada por Salem Fayad, gozaría del favor de los partidarios de la globalización capitalista en Medio Oriente: un antiguo alto responsable del Banco Mundial, ¡es mejor que el dirigente encarcelado de una organización considerada terrorista por los generosos benefactores de Palestina!

El que los candidatos de la lista no tengan ninguna influencia en la población y menos todavía entre los refugiados es ‘un detalle’ de importancia, aunque constituyan una solución de recambio a un Fatah que se encuentra en un proceso de desintegración, por una parte de la burguesía palestina favorable a Oslo (la lista es similar a un consejo nacional de la patronal palestina…)

La coalición del PPP, de la FIDA y del FDPLP no parece tener mayor peso. En cuanto al Frente Popular (FPLP), que parece ser la única organización que pueda encarnar aún las modestas ambiciones de una izquierda palestina que está muy lejos de las esperanzas abiertas por la primera Intifada, es también considerado por usamericanos y europeos como «una organización terrorista» y no duda, por cierto, al aliarse con Hamas, como en Belén donde la coalición de las dos organizaciones ha desmontado al Fatah local. Desilusionados por la experiencia con Abu Mazen en el que cifraban tantas esperanzas de normalizar la vida política palestina, los responsables imperialistas ya no tienen probablemente demasiadas ilusiones sobre el alcance a corto plazo de sus amenazas.

La estrangulación económica y financiera es evidentemente un arma temible para tratar de someter a los pueblos, y el ejemplo de la política de USAID, que impone a las ONG palestinas que solicitan financiamientos la firma de un compromiso de no realizar ninguna acción a favor de personas «vinculadas a acciones terroristas», muestra que no se pueden subestimar sus efectos destructivos a largo plazo.

La totalidad de los salarios de los empleados de la Autoridad es asegurada por los financiamientos europeos y las condiciones de existencia de centenares de miles de palestinos en los territorios dependen directamente de esa fuente de ingresos. Es por lo tanto fácil de imaginar cómo esa relación de dependencia fija un marco a la libertad de decisión y a la voluntad democrático de los principales afectados por la amenaza de una suspensión de los pagos.

Pero, a corto plazo, la eficacia del chantaje no es segura y en esas condiciones, a pesar de la represión de las fuerzas sionistas que han encarcelado en las últimas semanas a centenares de militantes y candidatos de las organizaciones palestinas opuestas a la capitulación, el resultado de las elecciones al Consejo Legislativo podría no corresponder a las exigencias imperialistas y esta perspectiva suscita la inquietud y explica la brutalidad de las declaraciones hechas en contra de esos malditos palestinos que se obstinan.

Para hacerlos ceder, una primera solución sería reunir las condiciones que permitirían a la Autoridad una postergación de las elecciones, asegurándose el tiempo suficiente para que la amenaza surta sus efectos.

Otra solución posible es intensificar la presión para obligar a Hamas a retirarse de la competencia electoral.

Se verá entonces si las protestas de los representantes de la Autoridad contra «la insoportable ingerencia de los países financistas» llevan a un boicot de las elecciones, en solidaridad con los excluidos… Por el momento, sólo el FPLP ha anunciado esta decisión en caso de que Hamas sea excluido. Pero, con o sin elecciones amañadas, esto no bastará y entonces emplearán otros medios.

Lo que se prepara es una represión abierta y brutal contra toda la resistencia palestina, porque lo que quieren aniquilar es el espíritu mismo de la resistencia, con la complicidad de sus comparsas, la fracción de los Karzai de la Autoridad Palestina que, aunque engañan cada vez a menos palestinos, tratan de aprovechar hasta el límite la legitimidad que les ha conferido el imperialismo mediante los acuerdos de Oslo.

El movimiento de solidaridad a la hora de la decisión

En esas circunstancias no basta con que el movimiento de solidaridad defienda un «derecho de elección», que lo menos que se puede decir es que es muy abstracto.

Tendrá que decidirse sobre la legitimidad de elecciones de las que serían excluidas las fuerzas que se niegan a someterse.

Habrá que apoyar a los que se han decidido por la resistencia, que se niegan a abdicar de sus derechos legítimos y que, por ello, tratan de impulsar otra representación política que la que les ha sido impuesta por la catástrofe actual.

Cada día que pasa debilita un poco más la ficción de una Autoridad que sería la continuidad de una dirección histórica legítima que defendería los intereses del pueblo palestino.

A partir de ahora será cada vez menos aceptable que se oculte el hecho de que una mayoría de los palestinos rechaza a la camarilla de colaboracionistas obstinados en que duren eternamente las negociaciones ficticias en beneficio de sus intereses personales y los del Estado sionista.

Ha llegado la hora de comprender que la mayoría de los palestinos sigue siendo fiel a su exigencia de liberación nacional.

La colonización sionista obliga cada vez más a los palestinos a elegir entre la capitulación y la lucha de resistencia.

La bancarrota de los que pretendían dirigir la lucha por la liberación sólo deja pocas opciones abiertas y esa situación durará hasta que se hayan reconstruido nuevos instrumentos de lucha.

Por eso prefieren votar pos organizaciones que, aunque parecen populares en una población que está en las primeras filas recibiendo los golpes destinados a castigar su resistencia, no tienen buena prensa aquí, tampoco en el movimiento de solidaridad.

Hablamos, evidentemente, de Hamas, la organización de la resistencia islámica a la ocupación sionista de Palestina que ha rechazado en lo esencial la capitulación de Oslo, cuyos militantes no se han precipitado a embolsar «los dividendos de la paz».

No es tan difícil comprender por qué Hamas ha podido aparecer como «el único defensor de la población palestina» [1] con algunos centenares de militantes armados, mientras la Autoridad poseía fuerzas de decenas de miles de policías armados con el acuerdo de Israel.

También es comprensible que haya podido «asegurar servicios a la población mediante sus escuelas y sus clínicas». [2]

Para comprenderlo basta recordar los compromisos hechos por Arafat y Mazen en los acuerdos temporales firmados con los gobiernos sionistas: se comprometieron a no reaccionar ante las agresiones del ejército israelí y a proteger a los colonos.

Y basta con reconocer que la corrupción ha malversado decenas de millones de dólares en detrimento de la satisfacción de las necesidades sociales de la población.

Es evidente que no se puede decir algo semejante sin romper con el seguidismo ante una dirección cuyo fracaso estalla hoy a plena luz del día, a la que cada vez más palestinos quieren separar de sus cargos.

La mayor «ingerencia» del imperialismo en los asuntos palestinos se produjo en septiembre de 1993, cuando fueron firmados los acuerdos de Oslo por una dirección palestina que condujo al pueblo palestino a la trágica calle sin salida de la que trata desesperadamente de salir.

Una condena de las presiones actuales de los dirigentes imperialistas sin apoyar la exigencia popular palestina de romper con esta política, es someterse a la lógica de destrucción del pueblo palestino y de sus reivindicaciones fundamentales.

La decisión por la resistencia y el rechazo del hecho consumado del Estado sionista son las condiciones previas para toda democracia en una Palestina liberada de la colonización sionista y de la dominación imperialista que quiere someter a la totalidad de los pueblos de la región.

Las próximas semanas exigirán que cada cual decida qué campo elige.

[1] vea: Claude Léostic en el sitio del AFPS

[2] Ídem

10 de diciembre de 2005