El intelectual egipcio y director del Tercer Foro Mundial, Samir Amin, no tiene duda de que esta Revolución ha estado intencionadamente truncada desde el principio para impedir que Egipto resurja como la potencia que dejó de ser hace años. Los Hermanos Musulmanes se han ido asentando en el poder con el consentimiento de los países […]
El intelectual egipcio y director del Tercer Foro Mundial, Samir Amin, no tiene duda de que esta Revolución ha estado intencionadamente truncada desde el principio para impedir que Egipto resurja como la potencia que dejó de ser hace años. Los Hermanos Musulmanes se han ido asentando en el poder con el consentimiento de los países del Golfo, Estados Unidos e Israel. A priori no genera ninguna sospecha que estos actores no quieran que Egipto recupere su hegemonía. Un competidor menos, situados como están en la línea de salida para posicionarse en el nuevo Oriente Próximo, donde esperan la caída de la potencia que queda, Siria. Pero aún con el análisis geoestratégico convenientemente asentado en la lógica de la historia que se repite una y otra vez en esta región del mundo, los movimientos del poder fáctico, islamistas y militares, han sido tan precipitados y contradictorios durante el último mes que podrían tener un efecto contrario para los intereses externos. Para los internos hace tiempo que lo tuvieron. La juventud revolucionaria, que fue promotora del derrocamiento de Hosni Mubarak, sigue siendo ignorada y no logra posicionarse en el proceso democrático, por lo que los principios liberales reivindicados en la calle quedaron fuera de la Asamblea Constituyente. Sin embargo, el pasado lunes un Tribunal anuló su composición, tras la demanda interpuesta por jóvenes y liberales que han recibido la noticia como una batalla ganada, aunque colateralmente estaría beneficiando al Ejército. Los movimientos políticos de estos días en Egipto son tan impredecibles que inquietan.
La carrera presidencial
Desde las elecciones legislativas de noviembre es vox populi que el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas (CSFA) y los Hermanos Musulmanes han mantenido negociaciones para salvaguardar el poder económico militar y evitar procesamientos por los crímenes cometidos desde la Revolución, a cambio de que la Junta Militar allane el camino de los islamistas hacia el poder que previsiblemente les darían las urnas. Para esta segunda etapa electoral, la hermandad musulmana se había comprometido a no presentar candidato presidencial por lo que se contaba con un aspirante conjunto que respondiera a ambos intereses. Sin embargo, en la última semana dos candidaturas diferenciadas han distanciado abiertamente las expectativas de uno y otro bando. El magnate Jairat al Sahter de los Hermanos Musulmanes, y conocido opositor encarcelado durante la era Mubarak, tendría el cometido de alcanzar la presidencia para consolidar un Estado islamista ya asentado en el Parlamento y el Senado, tras las elecciones, y que intentaron sentarse también en la Asamblea Constituyente, ahora anulada, donde se atribuyeron la mayoría. Por su parte, la Junta Militar, según los analistas locales, está detrás de la inesperada y tardía candidatura de Omar Suleiman, ex jefe de los Servicios de Inteligencia y vicepresidente durante los días de la Revolución de enero (fue la persona encargada de anunciar el abandono del poder del ex presidente Hosni Mubarak en la televisión pública).
Estos dos candidatos deberían pugnar contra uno de los favoritos, el salafista Abu Ismail, aunque es probable que quede fuera del proceso porque en los últimos días ha transcendido que su madre tenía pasaporte estadounidense y la Constitución no permite la doble nacionalidad de los candidatos presidenciales ni de sus padres. Abu Ismail considera que está siendo víctima de un complot, mientras se recuerda la antipatía de Estados Unidos hacía este candidato que se ha declarado proiraní y que genera dudas sobre el futuro de las relaciones con Israel, hasta ahora sujetas al acuerdo de Paz de 1979. Los comicios presidenciales deberían dar paso al inicio de un proceso democrático real y al mando de un Ejecutivo civil, pero se celebrarán el 23 y 24 de mayo con más sospechas aún sobre una transición que ha estado permanentemente cuestionada.
Las ONG´s y la injerencia
El acoso contra las organizaciones no gubernamentales ha continuado durante este mes de marzo, pese a que se había superado el juicio contra los trabajadores estadonidenses pro derechos humanos que puso en jaque las relaciones entre Estados Unidos y Egipto. La Red Euro-Mediterránea de los Derechos del Hombre y el Observatorio para la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos han denunciado que la Junta Militar sigue hostigando a la sociedad civil y alienta los mensajes mediáticos y políticos para desprestigiarla, acusando a las ONG´s de intrusión extranjera. Una táctica utilizada históricamente y mantenida por el CSFA para obstaculizar el trabajo de las organizaciones prodemocráticas, que han jugado un papel fundamental en las denuncias contra los abusos del estamento militar.
La persecución contra activistas también ha vuelto a ser noticia este mes de marzo cuando doce personalidades egipcias, como el escritor Alaa al Aswani y el activista Wael Goneim, han sido demandadas por «incitar a la caída del Estado» y «desfigurar la imagen» de las Fuerzas Armadas.
Liberales, jóvenes, coptos e islamistas contra islamistas
Los Hermanos Musulmanes han tropezado durante las últimas semanas en varias ocasiones, lo que genera aún más incertidumbre sobre el futuro porque se ha movido una balanza que hasta ahora tenían a su favor. El ambiente político se encendió cuando los grupos islamistas se hicieron con la mayoría de los 100 miembros de la Asamblea Constituyente, provocando manifestaciones y retiradas de la oposición que criticaba la falta de representación del resto de sectores sociales. De momento, los trabajos de la Asamblea están bloqueados y varios partidos liberales han amenazado con redactar su propia Carta Magna. No se espera que el proceso avance hasta que Egipto tenga un nuevo presidente y queden definidas sus funciones.
Incluso la institución oficial islámica Al Azhar se retiró el 28 de marzo, y unos días más tarde la Iglesia Ortodoxa. Los coptos están especialmente preocupados con el avance del islamismo en el país, más aún, desde la pérdida del Papa Shenouda III que murió el 18 de marzo. Era una figura respetada en Egipto y considerada defensora de las minorías. Ha jugado un papel destacado en la unión entre musulmanes y cristianos y ha sido un firme colaborador con Al Azhar.
La presentación de la candidatura presidencial de los Hermanos Musulmanes también ha provocado divisiones dentro de la propia organización, especialmente, la de los sectores jóvenes que no esperaban el apoyo de la hermandad a Jairat al Sahter.
Insuficientes logros
El proceso cada día más enrarecido empaña los escasos logros de la transición que pasan casi desapercibidos. A la espera de que el 2 de junio se anuncie el fallo del juicio contra el ex presidente Mubarak; el Tribunal Penal de El Cairo ha condenado a ocho años de prisión al ex ministro de Vivienda, Mohamed Ibrahim Soliman, acusado de corrupción, y a cinco años de cárcel al consuegro del ex rais, Alaa Mubarak, por especulación y malversación de fondos públicos, junto a otros antiguos cargos que han sido sentenciados. Sin embargo, uno de los doctores acusados de practicar los exámenes de virginidad a las manifestantes detenidas en la Plaza Tahrir en marzo de 2011 ha quedado absuelto por un Tribunal Militar que alegó contradicciones en las declaraciones de los testigos.
Con toda la atención centrada en la cita presidencial, la vida política y social de Egipto se agita y enmaraña cada jornada. La batalla entre los sectores de poder ha comenzado. Habrá que ver si los jóvenes revolucionarios y la calle deciden participar en la toma de decisiones que les ha sido negada. No lo podrán hacer en las asambleas pero podrían hacerlo en Tahrir.
Fuente original: http://www.aish.es/index.php/component/content/article/121-clavesegipto/2789-egipto-120412-militares-contra-islamistas-comienza-la-carrera-presidencial