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Cómo alimentan los media estadounidenses la violencia en Palestina

Fuentes: The Palestine Chronicle

Traducido para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

«Las huellas ensangrentadas de los media están por todas partes en la tragedia de Oriente Medio. Su sesgada cobertura garantiza que la violencia continuará efectivamente en el futuro…».

Cada periódico de EEUU publica el mismo titular básico: «Cuatro muertos en una explosión en Israel» o «El terrorismo mata a cuatro personas en Tel Aviv». Lo mismo ocurre con las principales cadenas de noticias de EEUU: «Cuatro israelíes murtos hoy y quince más heridos por un atentando suicida en una discoteca de Tel Aviv»…etc

En muchos periódicos la noticia vuelve a aparecer en portada un segundo día, en esta ocasión mostrando las falsas e infundadas afirmaciones de funcionarios israelíes que manipulan la tragedia para presentar sus propias ambiciones en política exterior. (Esta vez el enemigo imaginario era Siria; la próxima será Irán). Incluso la muerte de sus propios compatriotas no es más que un trampolín para presentar sus estrategias de logros regionales. En Estados Unidos podemos simpatizar con este tipo de comportamiento; la administración Bush está invariablemente motivada por los mismos objetivos cínicos. Con todo, el asesinato gratuito de cuatro israelíes aparece exactamente donde tiene que aparecer, como una bofetada en la portada de cada periódico de EEUU.

Si se hubiera demostrado ecuánimemente este nivel de justicia, habría tenido algún significado real y habría provocado un cambio positivo en una situación que cada vez es más trágica.. En vez de ello, la cobertura, completamente sesgada en su tratamiento selectivo de las víctimas, se convierte en otro propelente que mantiene vivas las llamas de la ira medieval. Los media estadounidenses se han convertido en un actor principal en el desastre palestino-israelí, un jaleador que distorsiona las noticias según su propia disposición política y que alimenta el conflicto manteniendo tanto el compromiso como el sentido común muy lejos del alcance de las partes en conflicto.

Hoy los media son los mayores facilitadores de violencia del mundo. Escogen a los «buenos» y a los «malos» y crean la lógica del victimismo y la represalia. Su única función es promover la sórdida agenda de las empresas que los pagan las cuales consideran la violencia como el medio más efectivo desde el punto de vista del coste de lograr sus objetivos de autoengrandecimiento Cuando hace unas semana una niña palestina recibió un brutal tiro en la cabeza, la noticia fue omitida en la portada de cada periódico de EUU.

 ¿Son más valiosos los niños judíos?

El soldado judío que la disparó vació todo el cargador de su arma a una distancia muy pequeña de la cabeza de la niña; un flagrante e imperdonable acto de sadismo. Si esto no es terrorismo, entonces la palabra terrorismo carece de significado. La noticia fue relegada a las últimas páginas de la prensa estadounidense.

Ahí es donde la prensa renuente coloca las noticias acerca de la gente que no cuenta, de cuyas vidas sólo se informa a los efectos de la credibilidad, pero que rápidamente se despachan a la papelera donde no supongan una amenaza para la historia aceptada. Desde que Sharon y su homólogo palestino, Abbas, acordaron un cese total de la violencia nueve niños palestinos han sido asesinados por las fuerzas de seguridad israelíes.

 ¡Nueve!

Ninguno de ellos ocupó la portada de un periódico estadounidense. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, declaró. » No se puede mantener un final de la violencia cuando el ejército israelí mata diariamente palestinos «. Pero Abbas está equivocado porque la violencia contra los palestinos no cuenta.

¿Qué diferencia puede haber entre que Israel mate a 9 palestinos o a 900? Para el mundo en general los palestinos son invisibles. No existen. Su única realidad es como un obstáculo para las aspiraciones territoriales de la gente que SÍ CUENTA; la gente que puede esperar ver a sus hijos en las portadas de los periódicos si vuelan por los aires en un algún acto de venganza sin sentido.

Este es el mundo que han creado los media, un mundo virtual en el que la justicia existe solamente para los pocos que tiene su propio megáfono para anunciar a voces su historia en la portada de los periódicos estadounidense. Nadie más importa realmente. Una bala de las fuerzas de seguridad israelíes disparada en Gaza o una bomba de 250 kilos lanzada en Faluya puede acabar con sus miserables vidas; da igual. «No hacemos recuento de cadáveres» en Iraq y los media no lo van a hacer en Palestina. Cuando los media no dan constancia de los muertos, entonces las víctimas dejan de serlo y la violencia se perpetúa.

El ciclo real de violencia se origina con los media y las fuerzas que están detrás de ellos. Ellos tienen el poder de mostrar los checkpoints, el Muro, las cárceles, la brutalidad, la desnutrición, el paro, los asesinatos y todo cuanto acompaña a la ocupación. Ellos eligen no mostrarlo. En vez de ello, sus cámaras se centran en los actos aleatorios de violencia que alimentan la lógica de represalias, de represión y de injusticia.

Las huellas ensangrentadas de los media aparecen por todas partes en la tragedia de Oriente Medio. Su cobertura sesgada garantiza que la violencia continuará efectivamente en el futuro.

4 de marzo de 2005