Traducido por Carlos Sanchis
Un momento histórico está tomando forma en lo que podría señalar el principio del fin de la historia de la ocupación de Israel.
Mientras las facciones palestinas rivalizan por sacar réditos de la desconexión israelí de la Franja de Gaza, muchos se olvidan que el éxito realmente pertenece a los hombres, mujeres, y niños corrientes de Palestina que han permanecido en su patria durante 38 años de devastadora ocupación y se han aferrado a la creencia en la justicia de su causa. La desconexión es el resultado directo de su paciencia y capacidad de recuperación, y ahora la ocupación tiene sólo una dirección hacia donde ir; retroceder.
Pero riesgos y desafíos serios quedan por delante. Sharon ha aprendido que hay que pagar un precio por oprimir y desposeer al pueblo palestino. Pero en lugar de abrazar una paz negociada basada en el Derecho Internacional, se ha acostumbrado a acciones unilaterales tácticas, limitadas a desviar atención en otras direcciones.
Sus tácticas han puesto ante nosotros tres desafíos principales:
Primer desafío: La mala administración palestina de la Franja de Gaza animaría a que los críticos afirmaran que los palestinos son incapaces de autogobernarse.
Nosotros podemos evitar esto convocando unas elecciones democráticas justas al consejo legislativo, ayuntamientos, y todos los cuerpos representativos y asegurando que toda competición entre las facciones sólo se hace a través de las urnas de una manera pacífica, tolerante, y pluralista. Deben evitarse a toda costa las opiniones incitantes en las personas que usan la violencia, la intimidación, el favoritismo, y su patrocinio.
Los rumores de que las tierras evacuadas podrían ser monopolizadas por miembros influyentes de la clase política palestina pueden fácilmente disiparse si la Autoridad Palestina sigue la normativa legal con absoluta transparencia al asignar las tierras. La tierra de propiedad privada debe ser devuelta a sus legítimos dueños, y las tierras públicas deben permanecer bajo el dominio público y deben usarse para el bien público.
Segundo desafío: Muchos temen que la «desconexión» no es nada más de un repliegue que rendirá una imposible soberanía palestina en Gaza. Si Israel quita a sus colonos y soldados pero mantiene el control sobre los accesos a Gaza por tierra, mar, y aire, la Franja seguirá siendo una prisión aislada y empobrecida. Los palestinos deben insistir en el completo control sobre el litoral de Gaza y la frontera con Egipto sin interferencia o vigilancia israelí.
Tercer Desafío: El intento de Sharon por usar la desconexión para separar la Franja de Gaza de Cisjordania y congelar el proceso de paz indefinidamente representa el desafío más grande.
Además el retraso da tiempo a Sharon para imponer más hechos sobre el terreno que perjudicarán las negociaciones sobre el estatus final. Al continuar la construcción del Muro del Apartheid, ampliar los asentamientos, y segregar Jerusalén Oriental fuera del mapa político, Sharon está intentando imponer una solución unilateral al estatus final que es inaceptable para la población palestina y contradice el cumplimiento del Derecho Internacional.
La Franja de Gaza representa menos del 6% del área total de los territorios ocupados, lo que todavía deja un 94% de los territorios ocupados bajo total ocupación militar. La visión de Sharon de cambiar Gaza por Jerusalén Este y las inmensas y vitales áreas de Cisjordania destruiría el sueño de un Estado Palestino y lo reemplazaría por una pesadilla de aislamiento, cantones empobrecidos o bantustanes similares a los que los indígenas sudafricanos rechazaron bajo el Apartheid. Podría significar una Tercera Intifada.
Después de la desconexión, Sharon se enfrenta a una situación política interior incierta, y aquellos que buscan la paz debe seguir inmediatamente con la ofensiva para asegurar que el repliegue de Gaza se convierta en una amplia retirada de todos los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén Este. La ley internacional inequívocamente establece que los asentamientos de Gaza no tienen legitimidad, y los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén Este están bajo la misma ocupación beligerante e ilegal y deben igualmente desmantelarse y ser evacuados.
Para convertirnos en agentes activos en pro de nuestro propio destino, los palestinos debemos seguir tres pasos. El primero es reclamar la conferencia internacional de paz como la celebrada en Madrid en 1991. Esto acabará con la congelación política que Sharon está intentando imponer. Abrirá la discusión de los problemas críticos como el de los asentamientos de Jerusalén Este, las fronteras finales, y los derechos de los refugiados. Implicará a la comunidad internacional en las negociaciones que Israel ha buscado impedir durante mucho tiempo. Y lo más importante, la conferencia de paz restablecerá la legalidad internacional como la base por la que los conflictos de palestinos e israelíes deben resolverse.
El segundo paso es llevar el dictamen emitido en Julio del 2004 por la Corte Internacional de Justicia, que establece que el Muro del Apartheid de Israel es ilegal, a las Naciones Unidas y exigir dar fuerza al dictamen a través de medios no-violentos, como sanciones, hasta que Israel acate la ley internacional. Una petición llamando a que la Autoridad Palestina se mueva en esa dirección ha circulado ampliamente en Palestina.
Finalmente, la lucha no-violenta contra el Muro del Apartheid y los asentamientos debe continuar en Palestina y por todo el mundo. Debemos mantener una fuerte presión de las redes de trabajo y de la sociedad civil contra las políticas ilegales de Israel.
Hoy nosotros y todos los que con nosotros han simbolizado la lucha por la paz y la libertad celebramos el desmantelamiento de los ilegales asentamientos en Gaza. Pero debemos permanecer vigilantes para aprovechar la velocidad adquirida por este proceso y conducirlo a su lógica conclusión: un estado palestino soberano en Cisjordania, Gaza, y Jerusalén Este.
Cuando llegue el día en que el pueblo palestino sean verdaderamente libre, podremos finalmente celebrarlo sin reservas ni inhibiciones. Gaza es un importante primero paso, pero la lucha por la libertad, la justicia, y la paz duradera continúa.
El Dr. Mustafa Barghouthi es el Secretario General de la Iniciativa Nacional Palestina