Traducido para Rebelión por Ana Sastre
Dick Gordon y los colaboradores de «Story» retransmitieron otra estupenda entrevista en la emisora WUNC de NPR con una persona con la que yo les puse en contacto en el norte de Gaza:
«Ellos saben la verdad. Deben saber por qué su ciudad está siendo atacada. Aunque trates de ocultarles la verdad, dará igual, la ven con sus propios ojos», dice Yyas refiriéndose a sus hijos, y me siento identificada con él al pensar en mis conversaciones con Yousuf.
Durante casi dos semanas, Israel ha estado bombardeando la Franja de Gaza. Ahora, los tanques han invadido el territorio. Iyas Salim, al igual que muchos gazanos, ha permanecido recluido en su apartamento con su extensa familia. Durante el breve alto el fuego de ayer, salió de casa por primera vez en muchos días; su mujer y él quedaron deslumbrados por la luz del sol. Iyas habla con Dick Gordon acerca de cómo él y su familia mantienen a salvo y entretenidos a los niños mientras caen las bombas, y cómo responde a sus preguntas de por qué les está ocurriendo algo así.
Escuchar la entrevista en here.
«Yo no he sido»: la guía israelí para sembrar la duda sobre las masacres palestinas
Un amigo mío que trabaja para varios grupos humanitarios describe la reacción del gobierno israelí ante las masacres palestinas que se han producido y se están produciendo en Gaza, como la masacre de Samuni y la del colegio de la ONU, de este modo (una opinión de la que se hace eco Robert Fisk en today’s Independent):
a. Nosotros no hemos sido, una de nuestras bombas explotó por accidente o se trataba de su propia munición b. Fuimos nosotros, pero ellos estaban disparando desde (cerca de) allí / almacenaban armas allí. c. Vale, quizá no sea así, pero la «pureza de nuestras armas» nos convierte en los mejores: ningún otro ejército del mundo se preocupa tanto por evitar bajas civiles d. No es necesario llevar a cabo una investigación independiente / internacional, puesto que somos una democracia y llevamos a cabo nuestras propias investigaciones; y, además, el mundo nos odia. e. ¿Por qué sigues hablando de ello, antisemita?
*También conocida como: «Yo no he sido, pero ¿y qué si hubiera sido?, ¡antisemita!»
Médico de Gaza alcanzado por el fuego: grabación de Aljazeera
Un médico palestino que viajaba con dos activistas internacionales pro Derechos Humanos fue disparado por las fuerzas israelíes en Jabaliya, al norte de Gaza. Se trata de uno de los más de 9 médicos asesinados por Israel durante este ataque y en el que 11 ambulancias resultaron destruidas.
El médico de la Cruz Roja, Hassan al-Attal, fue disparado en el muslo mientras recuperaba los cuerpos de civiles asesinados por el fuego israelí en Zimmo, al este del campo de refugiados de Jabaliya.
¿Dónde esconderse? Continúa el terror en Gaza.
«Uno ya no sabe nada; no sabe quién está vivo, es como vivir en una trampa, no sabemos quién es el objetivo» me dijo mi amiga y vecina en Ciudad de Gaza, la periodista Taghreed El-Khodary, el miedo resonaba en su voz mientras hablaba por teléfono para Aljazeera. Taghreed vive una calle más arriba que mis padres.
«¿Dónde? ¿Dónde puedo buscar refugio?», continuó, «Vivo cerca del parlamento que fue destruido; cerca de la comisaría de polícía que fue destruida; cerca de los hospitales que fueron bombardeados; y la marina de guerra israelí está bombardeando desde el mar, los F-16 desde el cielo y los tanques desde la tierra… ¿dónde puedo ir?» repetía una y otra vez.
«Primero, tu casa tiembla, los cristales de las ventanas se rompen, y el miedo… el miedo. Y cuando ves a todos esos niños en el hospital… Algunos pueden dibujar y lo que dibujan es increíble. Un niño de seis años de mi edificio hizo un dibujo de un niño vivo y otro muerto, me dijo que el niño muerto era su amigo, que había sido asesinado por los israelíes. Los padres son incapaces de proteger a sus hijos. Y las madres intentan ocultar el miedo a sus pequeños».
Mi padre me dijo hoy que habían lanzado más panfletos en un intento de intimidar y aterrorizar a una población ya apaleada, aterrorizada y muerta de hambre.
«Para los residentes de la zona» decía el folleto que mi padre escaneó y me mandó por correo electrónico.
«Debido a las actividades terroristas que algunos elementos terroristas están llevando a cabo contra el estado de Israel desde la zona residencial en la que usted vive, las Fuerzas de Defensa israelíes se han visto obligadas a responder inmediatamente y a actuar en su zona residencial… les ordenamos que abandonen la zona inmediatamente».
Taghreed también recibió un ejemplar, cortesía de su amable ejército ocupante vecino que sólo trata de proteger su vida.
«Están lanzándolos por todas partes y todo el mundo cree que su zona es un objetivo, pero en realidad, nadie sabe nada. Y, aunque decidieran marcharse… ¿a dónde van a ir? ¿A otra zona en la que haya más panfletos y sobre la que caigan más bombas? Es una táctica para inducir el terror y la intimidación», me dijo mi padre.
Por primera vez en varias semanas, hoy disponen de unas preciosas horas de electricidad. Y las cosas parecieron «normales» durante un rato, mientras disfrutaban de la luz de las bombillas y su frigorífico volvía a la vida. Aprovecharon la oportunidad para hablar conmigo a través de Skype. Quisieron hablar conmigo hora tras hora, toda la mañana (hora de América), acerca de nada en concreto, antes de volver a sumergirse de nuevo en la oscuridad y el terror.
Después de hablar con su abuelo, Yousuf me miró y me preguntó de la forma inquisitiva y directa con la que siempre pregunta sobre las cosas triviales e importantes de este mundo: «mamá, ¿por qué los soldados israelíes no piensan antes de disparar a la gente?»
«Porque no piensan como tú, habibi.»
Por la mañana temprano, la UNRWA declaró que detendría todas sus operaciones después de que un convoy humanitario sufriera un ataque israelí y dos conductores de la ONU resultaran asesinados por los bombardeos israelíes.
Por la tarde, mi padre supo que una familia que vive en el barrio de Zeitun de Gaza, la familia Samuni, que ya había perdido a docenas de miembros en días anteriores, había perdido a otros 70 miembros: paramédicos de la Cruz Roja que, finalmente, pudieron llegar hasta ellos tras varios días de intentos vanos debido a la oposición de las fuerzas israelíes, descubrieron cuerpos hinchados en proceso de descomposición y 4 niños aún vivos que yacían extenuados y casi muertos de hambre junto a su madre asesinada.
El jefe de la delegación de la Cruz Roja en Israel, Pierre Wettach, acusó a Israel de ignorar deliberadamente a la asediada y agonizante familia: «Los militares israelíes debían haber conocido la situación pero no ayudaron a los heridos. Tampoco nos permitieron hacerlo ni a nosotros ni a la Cruz Roja palestina».
Los médicos de Gaza describen el horror del ataque en el que resultaron asesinadas 70 personas Hoy aparecieron más muestras del ataque más sangriento desde el comienzo del conflicto de Gaza: un paramédico palestino encontró unos 70 cadáveres cerca de una casa bombardeada.
Por Tim Butcher, Jerusalén Última actualización: 8 de enero de 2009, 9:25 A.M. GMT
Mohammed Shaheen, un voluntario de la Cruz Roja palestina, viajaba en el primer convoy de ambulancias que llegaron al lugar de la explosión en Zeitoun desde que el barrio fuera ocupado y después bombardeado por el ejército israelí.
Su testimonio confirmó los relatos, que habían sido publicados en The Telegraph, de los supervivientes del gran clan al Samouni que afirmaban que temían que entre 60 y 70 miembros de su familia hubieran sido asesinados.
«Dentro de la casa de la familia Samouni vi unos diez cuerpos y fuera otros sesenta», explicó el Sr. Shaheen.
«No pude contarlos con precisión porque no teníamos tiempo y estábamos tratando de localizar a los heridos.
«Encontramos a quince personas aún con vida pero heridas y nos las llevamos en las ambulancias.
«Pude ver por allí a un bulldozer del ejército israelí derribando casas, pero nuestro tiempo se agotó y los soldados israelíes empezaron a dispararnos.
«Tuvimos que dejar allí a ocho heridos porque no pudimos llegar hasta ellos y el lugar ya no era seguro para nosotros. El Sr. Shaheen viajaba en un convoy encabezado por un jeep del Comité Internacional de la Cruz Roja que les abrió camino por los devastados caminos y entre edificios demolidos hasta el barrio de Zeitoun.
La preocupación por la matanza de civiles en el barrio de Zeitoun era creciente, después de que los miembros supervivientes de la familia Samouni llegaran a Gaza hace tres días.
Contaron que después de que el ejército israelí tomara la ciudad el sábado por la noche, soldados israelíes habían ordenado a unos 100 miembros del clan que se reunieran en una sola casa propiedad de Wael Samouni al amanecer del domingo.
A las 6.35 A.M. del lunes, la casa fue repetidamente bombardeada causando una terrible matanza de civiles.
Unos pocos supervivientes, algunos heridos, otros portando niños muertos o agonizantes, llegaron a pie a la principal carretera que recorre Gaza de norte a sur desde donde consiguieron ser transportados hasta el hospital. Tres niños fueron enterrados en Ciudad de Gaza aquella tarde.
Según los supervivientes, entre 60 y 70 miembros de su familia habían sido asesinados por la metralla y los cascotes.
Los convoys de ambulancias se dirigieron dos veces a la zona para buscar a los heridos, pero los disparos del ejército israelí les hicieron retroceder.
Durante el cese de tres horas en la ofensiva de Israel, el Comité Internacional de la Cruz Roja encabezó el convoy de rescate, aunque a dicho convoy le costó mucho trabajo llegar hasta la zona debido a la enorme devastación.
Según el Sr. Shaheen, la cifra de muertos se ajusta a la descrita por los supervivientes.