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Entrevista a Carlos Tena

Compromiso, música y Cuba

Fuentes: Rebelión

El nombre de Carlos Tena es inseparable de la música moderna en España. Radio Nacional y Televisión Española lo tuvieron como uno de los presentadores, periodistas, guionistas, directores y productores más representativos de la segunda mitad del siglo XX; pero su trabajo profesional nunca estuvo separado de su responsabilidad social como ciudadano; su choque con […]

El nombre de Carlos Tena es inseparable de la música moderna en España. Radio Nacional y Televisión Española lo tuvieron como uno de los presentadores, periodistas, guionistas, directores y productores más representativos de la segunda mitad del siglo XX; pero su trabajo profesional nunca estuvo separado de su responsabilidad social como ciudadano; su choque con el poder instituido en el final del franquismo y en la continuadora reforma le dejó marcas bien visibles. Recordar es bueno para saber quien nos ha conducido hasta aquí, y no sólo eso, si no que algunos datos nos pueden ser útiles para volver a ver a quienes se nos presentan luminosos y carismáticos porque han borrado los aspectos que contradicen su imagen.

De 1973 a 1978 Carlos Tena fue multado, sancionado y separado del micrófono hasta en tres ocasiones por sus opiniones políticas, ya que se sospechaba de su pertenencia al PCE, clandestino y prohibido hasta la primavera de 1977.

En 1982 el PSOE le suspende el programa que dirige en Radio Nacional de España titulado «A la Luna, a las dos y a las tres» por aludir en el al Valle de los Caídos. Ahora que tanto se habla de la Memoria Histórica ¿qué diría Carlos Tena que le molestó tanto al PSOE?

También en 1982 el PSOE, con mayoría absoluta en el Parlamento, logra que Carlos Tena dimita como Director y Presentador del programa «Caja de ritmos» «por escándalo público» por haber emitido el clip titulado «Me gusta ser una zorra«, del grupo llamado «Las Vulpes». No se queda ahí la cosa, a la represalia de ese que se da en llamar Partido Socialista se suma el Fiscal General del Estado con una querella criminal contra Carlos Tena.

1983: el programa que emite Radio Nacional de España titulado «Pop populares», es suspendido por el que fue portavoz del gobierno del PSOE Eduardo Sotillos, y da la orden de que su director, Carlos Tena, sea trasladado a Radio Cadena.

El PSOE, consecuente con los principios que defiende, va a castigar nuevamente a Carlos Tena por medio de la encumbradísima Directora General de Radio Televisión Española Pilar Miró, con la suspensión del programa de música «Anambabulubabnalambambu» por… (redoble de tambor) negarse a participar en una mesa petitoria de la Cruz Roja.

A comienzos de la década de los 90, Carlos es reclamado por el periodista Pedro Piqueras, quien le propone ante la dirección como responsable de la información cultural en el telediario de la tarde de la 1ª Cadena de TVE. La Jefa de los Servicios Informativos en aquella época, Maria Antonia Iglesias veta la presencia de Tena; así se lo comunica a Piqueras la subdirectora Montserrat Nebot, quien se muestra apesadumbrada y avergonzada por la decisión. Años más tarde se supo que fue Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno del PSOE desde 1982, quien comunicó a la señora Iglesias que Tena no podía estar al frente de la información cultural en un Telediario de la Primera cadena, por ser un periodista enfrentado radicalmente al partido socialista.. Otro periodista afin al PSOE, el canario Fernando González Delgado, al que desde el triunfo de Felipe González se le otorgaron varias sinecuras desde 1982, como Director de Tele Expo, de Radio 3, de RNE, desplegó todo tipo de maniobras tendentes a anular la presencia de Tena en el organismo público. Años aciagos los de la transición; de aquellos polvos estos lodos.

Buenas tardes Carlos.

¿Recuerdas que dijiste del Valle de los Caídos?

Pues aprovechando que el programa contenía elementos «de radionovela«, además de crítica de la actualidad y música (yo era presentador, guionista y director) le dije a la presentadora, al final del capítulo de esa noche, con voz sensual y provocadora: «Cariño, esta noche me gustaría hacer algo insólito».Y ella contestaba con cierto mohín de pícara molinera: 

«¿Cómo qué?»

Y yo terminé sentenciando:

«Hacerte el amor encima de la tumba de ése que está en el Valle de los Caídos»

La centralita de RNE se colapsó por las llamadas de protesta. Los franquistas seguían siendo muchos, como ahora, y el PSOE se rindió a las voces que clamaban mi expulsión. El gran éxito de Felipe González es haber alentado el neofranquismo más casposo, aburrido y cruel. Y es que en el fondo, ciudadanos como él, Javier Solana, Manuel Cháves o Rodríguez Ibarra, padecen franquitis crónica, que unida a la cobardía y pusilanimidad inherente a sus familias de las diversas autonomías, hacen que el partido de aquel gran demócrata llamado Pablo Iglesias, hoy no sea ni socialista, ni obrero, pero sí español y muy bien repartido.

– ¿Qué imagen tienes del periodo de reforma política en España?

– Yo era de los ingenuos que pensaba que tras la aprobación de la Constitución habría una depuración, discreta y pausada, en el seno del ejército y los cuerpos de policía y la guardia civil, y que se pediría perdón a los miembros de la UMD, reintegrándoles al servicio en sus puestos, pero el Borbón debió impartir las órdenes oportunas para que jamás regresaran a las fuerzas armadas. Excepto en Euskadi, se notaba un enorme alivio mezclado con ciertas dosis de incredulidad, de esperanza, pero también de un temor más que justificado a las noches de los cuchillos largos, como cuando los elementos parapoliciales asesinaron a los camaradas y compañeros del despacho laboralista de Atocha. Cuando yo mismo figuré como protagonista del spot televisivo de la campaña municipal en Madrid, en nombre del PCE, en la puerta de mi casa y en la radio recibí decenas de amenazas de muerte.

– ¿Qué aportaba la música moderna a la lucha contra el franquismo y en el de la transición?

– Sólo los cantautores colocaron las guitarras, pianos, poemas (propios y ajenos)  y músicas en las trincheras democráticas desde comienzos de los años sesenta,  por lo que la llamada música pop-rock no estaba bien vista en los círculos de la  izquierda, tal vez por su aparente alejamiento de la realidad política y social, que por otro lado me parecía muy respetable. Recuerdo unas cuantas discusiones con mis futuros camaradas del PCE sobre este particular. Para mí estaba claro que el  mensaje del  rock español no contenía más elementos que la mera diversión, y en  todo caso, de veladas alusiones a la liberación sexual. Hubo algunos solistas y  grupos de esa tendencia que, a título personal, manifestaban sus simpatías por  quienes luchaban contra la dictadura, pero se contaban con los dedos de una  mano. Hubiera sido espantoso que figuras de los años setenta como Burning, o  Kaka de Luxe, La Orquesta Platería o Triana, se hubieran dedicado a la  reivindicación política. A mí me gustaban como eran. Y por otra parte, las  canciones con cierto mensaje de «protesta» eran muy pocas. La mayor parte de  los cantautores hacían temas de amor, combinándolos con textos buenos,  mediocres y, algunos pocos, malos de solemnidad.

– ¿Hay algo de todo aquello en la música de hoy?

– Afortunadamente, el concepto de cantautor (guitarra y voz) ha sido superado ampliamente. Tal vez Benito Lertxundi, Aute y Lluis Llach son los tres únicos creadores de aquellos años que han derrotado al factor tiempo. Pero hoy me rindo igualmente ante el combate musical y estético que protagonizan desde hace bastantes años gentes como Reincidentes, Fermín Muguruza, El Zurdo, Tonino Carotone, Benito Malasangre, Amparanoia, Manu Chao, Ojos de Brujo, Albert Plá, Ska-P, Grande-Marlaska (antes Super Juez Garzón), Germán Coppini, y otros muchos.

-¿Qué piensas de aquellos años de reforma con gobierno del PSOE?

Felipe González, Alfonso Guerra y sus gobiernos fueron una auténtica decepción para quienes en un principio nos alegramos de su triunfo, pero su apocamiento en la aplicación de las reformas urgentes que precisaba el país, desencadenaron las bravuconadas y la violencia de la derecha más asesina, en la que Fraga Iribarne, responsable de varios homicidios, encarna lo más repelente del pasado. González y Guerra son el paradigma de la vergüenza y el oprobio más lamentables en la historia de esa transición hacia el neofranquismo. Gracias a ellos, genocidas y criminales como Aznar y sus acólitos, hundieron las esperanzas de los verdaderos demócratas. Es increíble que tras más de 70 años haya que combatir, con uñas y dientes, por una Ley de la Memoria Histórica que reintegre el honor de las víctimas del levantamiento fascista de 1936. ¿Cómo se concibe una democracia que no obliga al Rey a que se pronuncie sobre los crímenes de Franco? Los jueces españoles, con Garzón, del Olmo y Grande Marlaska a la cabeza, saben de democracia lo que yo de física cuántica.

¿Cómo te fue el trabajo después del 83?

Algunos compañeros trataron de que siguiera ante las cámaras y los micrófonos, pero la persecución, acoso y derribo de disidentes como yo y muchos otros compañeros, fue inapelable. Era chocante que profesionales que habían elogiado a Franco, salieran de repente con el carné del PSOE en la mano. Ellos no podían consentir que alguien que les conocía a fondo pudiera irse de la lengua, y la mía es muy rápida, directa y radical.

¿Qué te lleva a fijarte en Cuba como para irte a trabajar allí?

Vine la primera vez con las cámaras de mi programa Música, Maestro, en 1981. Estaba ya enamorado de la Revolución cubana, de sus logros sociales, culturales y políticos. Tras esa visita de más de un mes, en la que grabé a decenas de creadores como Irakere, Emiliano Salvador, Amaury Pérez, Santiago Feliú y muchos otros, no dejé de venir una o dos veces al año, incluso durante el llamado período especial, así que poco a poco iba sentando las bases para solicitar asilo emocional, laboral y político. En Cuba es donde el término democracia adquiere su verdadera dimensión.

-¿Qué define hoy a la sociedad cubana?

Es una sociedad pobre económicamente, pero brillante, noble y culta, crítica y sensual, hedonista e independentista, que practica el noble arte del respeto, la solidaridad, la permisividad, la protección de la vida, del medio ambiente, pero víctima de un asedio criminal de más de 50 años que aplauden, promueven y defienden los llamados disidentes, que por otro lado no dejan de ser sino meros delincuentes que reciben mensualmente jugosos sueldos desde la Oficina de Intereses del gobierno USA. O de Esperanza Aguirre, que se ha convertido en una especie de embajadora de la Mafia cubanoamericana de Miami, intima amiga de criminales como Carlos Alberto Montaner o Armando Valladares. Pero también he de decir que existen bastantes «tapados«, dispuestos a enarbolar la bandera del capitalismo, porque están convencidos de que con el capitalismo les llegará la fortuna. Aquí se les llama «creyentes«, o sea, que se creen cosas que no son, como que son formidables en su trabajo, ya sea la mecánica, el teatro, la literatura, la ingeniería o el periodismo. Una megalomanía producto del paternalismo excesivo que se da en ciertas áreas sociales, donde antes que herir la susceptibilidad de un trabajador, se prefiere optar por la utilización de mentiras piadosas. No he sentido jamás tanta sensación de relajo y tranquilidad laboral como en Cuba. Por ello todos saben que han de trabajar más y mejor. Como bien dijo Raúl Castro: Igualdad no significa igualitarismo.

-Se escribe sobre la crítica y sus limitaciones en Cuba ¿Cómo la ves tú?

– Son escasos los cubanos que no critican las medidas que toma el gobierno para paliar las necesidades de la sociedad. Es el carácter rebelde que caracteriza al ciudadano. Pero esa insatisfacción permanente (de boquilla), se debe a esa infantil creencia de que en el llamado primer mundo atamos los perros con longaniza. El cubano, no obstante, sabe perfectamente que la Revolución financia, subvenciona todo: los alimentos, la energía eléctrica, el teléfono, el agua, la sanidad, la educación, etc. Al parecer, quienes ejercen el derecho a la crítica y descalificación constante, no quieren reconocer que el sistema no puede dar más de lo que regala o los inmensos y heroicos esfuerzos por haber logrado que su país sea el primero del continente en esperanza de vida, en prevención, en atención médica, en menor número de víctimas por desastres naturales, en número de graduados, etc. Eso para ellos es natural. Hace tantos años que disfrutan de ello que algunos ya no le dan la importancia real que tiene. Cuando se les pregunta ¿De dónde sale el dinero de que dispone el país? ¿Sabes las cifras que se gasta el Estado en que todos los ciudadanos sin excepción tengan el derecho a gozar de esos logros? ¿Conoces lo que le cuesta proporcionar estudios universitarios a todo el que lo desee? Entonces ponen cara de póker. Hay que refrescar su memoria. Cuba no es una potencia industrial, pertenece al ámbito agrícola, al del turístico, y el poco dinero que llega, insisto, condicionada por un bloqueo económico brutal, se reparte de manera inteligente, equitativa, lo que no significa que en ciertas ocasiones no existan fallos, desorganización, mala gestión, etc. Pero siempre se resuelve. Lo más hermoso de la sociedad cubana es la ausencia de agresividad, de violencia, de crispación social, típicas lacras en Estados Unidos o Europa, en las que resulta normal el asesinato diario, la violencia policial, las alabanzas a las monarquías, la estafa, los «corralitos», el paro, la violación sistemática de los derechos más elementales, la manipulación mediática, la tortura, la televisión al servicio de la incultura, los malos tratos… Yo me río de quienes dicen que no existe la crítica en Cuba, porque es diaria y constante. Un cubano no está jamás satisfecho y lo proclama en las habituales reuniones, comités de vecinos, núcleos y demás órganos sociales. El español sólo puede hacerlo enviando un mensaje a la sección de Cartas al Director de un diario. Y para colmo no se la publican. Y los que tienen coraje, valentía o dinero, utilizan al Juzgado de Guardia aunque sin grandes esperanzas de obtener una satisfacción siquiera moral. El cubano que se pasa el día criticando no quiere mirar a El Salvador, ni a Honduras, ni a Guatemala, ni a la Republica Dominicana, ni menos a Haití, que son sus referencias más cercanas, y encima son naciones sin bloqueo, con » democracia». El sarcasmo más tremendo es que Cuba es una primera potencia cultural, obligada por sus enemigos a vivir como tercermundista en el plano económico, Y aún así, Cuba no ataca a ningún otro país, sino que sus profesionales se reparten por el mundo salvando vidas humanas, educando, en países mucho más pobres que ella e incluso en los más ricos. ¿Quién puede negar esa evidencia increíble?

– En Cuba se sufre el bloqueo estadounidense con el fin de que el país no salga al mundo y el mundo no entre en Cuba. Aquí sufrimos el bloqueo de los colaboradores de Estados Unidos para que no se vean los logros de Cuba y tengamos delante sólo opiniones de los medios de las multinacionales, pero, ¿es verdad que el bloqueo estadounidense impide el crecimiento cubano o hay impedimentos internos?

– Las pérdidas que Cuba ha sufrido en 50 años de bloqueo suman más de 3 mil millones de dólares. Eso está matemáticamente demostrado. La vesania de esas medidas llega al extremo de que los invidentes cubanos tienen bloqueado incluso el acceso a las máquinas para escribir en Braille. Eso y ciertos medicamentos, imprescindibles para determinadas enfermedades, que las compañías farmacéuticas no pueden vender por la aplicación a veces extra territorial de las leyes Helms-Burton. No obstante es cierto que existe lo que se llama maquiavélicamente «bloqueo interno«, que no es sino un excesivo celo en la burocracia a la hora de tramitar cualquier documento, pero no puede compararse al daño que causa el gobierno de USA. Este lesiona profunda y metódicamente. Lo primero cansa, desanima y hasta ha sido motivo para reír en películas excelentes como La Muerte de un Burócrata, Memorias del Subdesarrollo, El Misterio de las 12 Sillas, Los Sobrevivientes. Tratar de equiparar ambos males es de una irresponsabilidad rayana en la estupidez; sería como comparar la leucemia con el catarro.

-¿Cómo se ha recibido el anunciado cierre de la prisión de Guantánamo?

Con escepticismo. Lo que Cuba quiere es que el ejército de USA abandone definitivamente esa base ilegal, que todos los presidentes de EEUU han mantenido, vulnerando todas las leyes del derecho internacional en lo que concierne a ese tema.

-¿Se sabe algo del futuro de los 5 Héroes cubanos en cárceles estadounidenses?

Los Cinco Héroes saben que su condena no resistiría un análisis en una corte internacional, que el pueblo y el gobierno de Cuba no abandonarán jamás esa causa, hasta lograr su liberación definitiva. Pero la Mafia de Miami, que controla a la Casa Blanca y a sus inquilinos, junto al lobby sionista, no quiere que se conozcan sus actividades asesinas y ha teledirigido a los jueces, e incluso a la Corte de Atlanta que primero ordenó que se repitiera el juicio y poster4iormente, tras las llamadas al orden desde Miami, ratificaron las condenas. Los cubanos creen que con Obama se revisarán éstas, pero personalmente opino que Obma es un bluff a todos los niveles. Una astuta maniobra publicitaria que sorprende a los ingenuos, al ver a un ciudadano de raza negra como nuevo mandatario. No dudo de su buena voluntad… pero no para Cuba ni para los 5 Héroes sino para quitarse en encima la patata podrida y ardiente que le ha dejado el genocida Bush junior. Por cierto, una recesión (que no crisis) que va a tener consecuencias impensables hace sólo dos años. Lo dramático para el primer mundo llegará a finales del 2009, y España no será una excepción.

-¿Qué nos puedes decir de los que las multinacionales informativas nos dicen que son disidentes?

Me niego a llamar disidentes a los delincuentes que hoy se pasan por tales. Raúl Rivero o Marta Beatriz Roque, por sus actividades contra el estado, pasarían en la cárcel muchos años en cualquier país de la comunidad europea. Conviene recordar que hasta en el Código penal español, existen artículos en los que se establece la prisión de 10 a 15 años para «los ciudadanos que dieran o recibieran dinero o información de/a una potencia enemiga«. Que yo sepa, el gobierno de USA no es muy amigo de Cuba.

-Los que están en prisión ¿han pasado por circunstancias que se puedan comparar co la que sufren los 5?

Te revelo algo muy curioso relacionado con las prisiones cubanas. José Manuel Martín Medem, en sus tiempos de corresponsal de RTVE en La Habana, me mostró un excelente reportaje hecho dentro de una prisión cubana. No fue emitido en España porque el jefe de Informativos le dijo que «era un reportaje donde el sistema cubano salía muy bien parado». Es decir, ser objetivo en un documental es arriesgarse a que no se emita en «democracias» como la española. Las autoridades del ministerio del Interior y de Justicia españolas, las norteamericanas, italianas o mexicanas, colombianas y peruanas, tratan a los presos, incluidos los políticos (cada día más), casi como Pinochet a los chilenos durante la dictadura.

-Volviendo al plano de la cultura musical ¿qué resaltarías de la música cubana de hoy?

– Su espontaneidad, alegría, representatividad, cadencia, sensualidad y ritmo, aunque personalmente eche de menos armonías y arreglos más universales. «Añoranza por la Conga» de Sur Caribe (que dirige Ricardo Leyva), es un ejemplo de hallazgo artístico: tradición y baile en la conga, pero arreglos de cuerda y metal dignos de una obra musical culta. Aunque lo mejor, sin duda, son las voces y estilos tan personales y diferentes como los ya conocidos Pablo Milanés, Amaury Pérez, Sara González, Liuba María Hevia, Silvio, Miriam Ramos, Omara Portuondo, Gerardo Alfonso, Santiago Feliú, Vicente Feliú, Augusto Blanca, Pepe Ordás, Cándido Fabré, o de los más jóvenes William Vivanco, Kelvis Ochoa, Rochy, Yusa, Carlos Varela, Paulito FG, Tell Mary, Francis del Río (un genio escénico en toda la amplitud del término), sin olvidar al dúo Buena Fé, a Moneda Dura, Vania, Haila, o músicos de una talla alucinante como los geniales Chucho Valdés y Leo Brower, Descemer Bueno, Roberto Carcassés, César López (un saxofonista a la altura de Stan Getz), el maravilloso Harold López-Nusa (toda la saga de la familia) y un inmenso etcétera.

-Neruda en su libro «Canción de gesta» tiene un poema titulado «Bailando con los negros» que comienza diciendo: «Negros del continente, al Nuevo Mundo/ habeis dado la sal que le faltaba:/ sin negros no respiran los tambores/ y sin negros no suenan las guitarras». ¿Son la sal «los negros», como dice Neruda, en el Nuevo Mundo en la música cubana?

– Sin duda, pero yo añadiría que no toda, porque hay otras especias, si se me permite seguir con el símil, derivadas de la riquísima mezcla de culturas negra, asiática y europea, que es la que ha provocado una auténtica explosión de otras muchas, en las que ese mágico toque llamado cubanía, .es patrimonio de todos.

-De Cuba han salido muchos maestros a enseñar por el mundo ¿Ha sufrido con esa marcha la sociedad cubana? ¿Cómo está la enseñanza de la música en Cuba?

– Aquí en Cuba es donde se hace patente aquello de que no hay nadie imprescindible. Lo bueno de esta sociedad que es forma, educa y exporta genios de todo tipo, aunque sean contrarrevolucionarios. Y en la música puedo asegurar que cuando un profesional decide quedarse donde fuere, hay tres mil dispuestos a tomar el relevo. En 50 años de Revolución sólo han sido reconocidos internacionalmente, además de por su enfrentamiento con el socialismo, tres artistas de categoría: Cabrera Infante, Bebo Valdés y Celia Cruz. Escaso bagaje, al lado de quienes prefieren quedarse, o sea, los que he citado, más aquellas figuras universales y admiradas en todo el mundo como Alicia Alonso, Guillén, Carpentier, Bola de Nieve, Lezama Lima, Loynaz, Sotomayor, Dayron Robles, Yván Pedroso, Favelo, y así seguiría hasta la extenuación.

-¿Cuál es el lugar social de la música popular y cuál el de la música moderna en Cuba?

– De los primeros. La música es tan necesaria como el arroz, los frijoles, el puerco, el ajiaco, la caldosa, el tamal, la fruta, el ron, el sexo, el baile, las discusiones políticas y el dominó. Y además, físicamente, está siempre en las calles, los teatros, las salas de concierto, los teatros, las plazas, las avenidas, los parques públicos… No hay una timba, un actividad cultural, una reunión, un guateque, una fiesta, un cumpleaños, sin «meriendita«, música, sensualidad y risas.

-Las canciones que celebraban a la Revolución y a personalidades como el Che o Fidel han entrado en lo intemporal ¿De qué hablan hoy las canciones cubanas?

De los ciclones, de las piernas de las muchachas, de las dos monedas, de los turistas, de resolver, de los que emigran al exterior, legales e ilegales, de viajes en guagua y en tren, de los yumas (extranjeros), de la comida, de los vecinos, de la revisión de los coches (que aquí se llama Somatón y allá ITV), de la gasolina, de los guajiros (pueblerinos), de los mickys (los pijos), de los gays, de la televisión, de las novelas, de los socavones, del campo… y cuando había, se cantaba a los apagones. Casi nunca falta la escultural anatomía y atractivo de las mujeres y hombres cubanos. Como ves, más temática que en España.

-Hablar de Cuba es hablar de solidaridad con los pueblos con médicos y maestros, y también es hablar de bloqueo estadounidense y casi mundial ¿Qué necesita Cuba de nosotros?

– Comprensión, cariño, ternura, visitas y amistad plena. Pero sobre todo que les dejen a ellos resolver sus problemas. Ya son mayorcitos, cultos, preparados y avispados, como para que tengan que venir de fuera a decirles de qué tipo de sistema político tienen que dotarse. Como bien dijo Fidel: «Sólo los cubanos pueden acabar con esta Revolución«… pero de momento prefieren que se suprima el bloqueo, que les dejen en paz y que ningún extraño, amigo o enemigo, les dé consejos.

Muchas gracias, Carlos Tena, por tu atención.