La Plataforma «No a la Guerra Imperialista» (Madrid – Estado español) y el Colectivo Internacional «Ojos para la Paz» reprueban la medida adoptada por el Gobierno español de expulsar al Embajador de la República Árabe Siria por desproporcionada, irresponsable y muy desafortunada. La representación diplomática dirigida por el Sr. Hussam Edin Aala ha dado sobradas […]
La Plataforma «No a la Guerra Imperialista» (Madrid – Estado español) y el Colectivo Internacional «Ojos para la Paz» reprueban la medida adoptada por el Gobierno español de expulsar al Embajador de la República Árabe Siria por desproporcionada, irresponsable y muy desafortunada.
La representación diplomática dirigida por el Sr. Hussam Edin Aala ha dado sobradas muestras de respeto y colaboración con las autoridades españolas, respondiendo a la altura de su cargo frente a la campaña de calumnias lanzada en el Estado por la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio y Amnistía Internacional contra la gestión de dicho representante del Estado sirio y de la legación diplomática que él dirigía de los asuntos consulares relacionados con su país.
A la par que se producía esa campaña de falsedades y mentiras contra la representación diplomática siria y contra la actuación de las autoridades sirias para enfrentar la ola de atentados y violencia que vivía el país por instigación y planeamiento de las potencias extranjeras, los ciudadanos sirios y españoles de origen sirio residentes en nuestro Estado que no aceptaban las mentiras y la violencia contra su país han vivido en sus propias carnes esa campaña de agresiones e intimidación, de lo que puede dar fe la justicia española que ha abierto diligencias en algunos casos.
Tal y como expresábamos en nuestra carta enviada al Presidente del Congreso de los Diputados en marzo pasado, la vía de las expulsiones y de la ruptura de relaciones no es la mejor forma de ayudar a otros países a resolver sus problemas, además de provocar un profundo deterioro en las relaciones entre los países.
Desde que el Plan del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, se pusiera en marcha, se han producido diversos atentados terroristas en el país árabe, de los cuales la propia ONU, además del Gobierno sirio, ha responsabilizado a Al Qaeda. No sólo eso, la propia Comisión de observadores de la Liga Árabe responsabilizaba en su informe, hecho público el pasado febrero, a las bandas paramilitares del clima de violencia que se vivía en el país.
El principal responsable de la violencia criminal y asesina que se ha extendido por los países árabes, pero sobre todo por Libia y Siria, es el Imperialismo y el Sionismo que, agitado por la crisis estructural que vive el sistema capitalista, trata de imponer de nuevo administraciones coloniales en sus antiguas posesiones, mediante el nombramiento de políticos locales títeres a su servicio. En ese sentido, es muy significativa la colaboración del fundamentalismo musulmán con el Sionismo para establecer sistemas políticos teocráticos que suponen un retroceso en derechos sociales en todos los sentidos, pero que reciben los parabienes de las potencias imperialistas, a las que se les garantiza la protección de los intereses de sus multinacionales.
Las sanciones económicas, y el resto de restricciones impuestas contra los países que sufren el ataque frontal del Imperialismo, se enmarcan en esta lógica de rapiña neocolonial, que no duda en mentir, intoxicar y manipular a la opinión pública para ver conseguidos sus objetivos políticos y económicos.
Sin embargo, las agendas neocoloniales de las potencias imperialistas, a pesar de su control de los medios de comunicación, a pesar de su poderío militar pagado con nuestros impuestos, a pesar de sus encubrimientos y redes de corrupción y manipulación, no pueden impedir que los pueblos de los países agredidos se defiendan y resistan…
Siria ha salido airosa de todas las pruebas, no solo de las dos misiones de observadores desplegadas en su territorio (de la Liga Árabe y de la ONU/Liga Árabe), que han reconocido la existencia de mercenarios enviados, entrenados, dotados de armamento y pagados por potencias extranjeras. Siria ha ganado también las dos propuestas de Resolución presentadas en su contra en el Consejo de Seguridad. Y el Gobierno sirio ha obtenido el apoyo de su pueblo en el Referéndum constitucional, y en las pasadas elecciones celebradas el día 7 de mayo, en donde más del 61 % de los votantes respaldó a la Coalición de Gobierno (Baaz, PCS, Naseristas y PSS). Circunstancias todas ignoradas deliberadamente por los medios de comunicación de la llamada «Comunidad Internacional».
En todos los continentes del mundo hay pruebas sobradas de resistencia heroica, lucha patriótica y victoriosa contra el enemigo imperialista. Los pueblos del mundo se unieron en el pasado para denunciar las aventuras imperialistas en Vietnam e Irak, y se siguen uniendo para denunciar la infiltración imperialista en América Latina, donde EE.UU. crea bases militares para controlar los procesos de liberación, en Libia, donde la Resistencia Verde se reorganiza para echar al ocupante invasor, en Siria, donde bajo el liderazgo de un frente de partidos progresistas se construye un Gobierno de Unidad Nacional que garantice la inviolabilidad de su soberanía, en el este de Asia, donde EE.UU. trata de evitar el proceso de reunificación de la Península de Corea mediante la presión militar, en Europa Oriental, donde los países que antes abrazaron el capitalismo creyendo las mentiras de sus propagandistas despiertan ante la socialización de la miseria, y en Europa Occidental y Norteamérica, donde la población sale a ocupar las calles y las plazas para ensayar una forma no-explotadora de convivencia.
El capitalismo, frente a su crisis, siembra la semilla del odio y de la violencia, alimenta las tensiones entre los países, aumenta el gasto en medios represivos, impone restricciones y sanciones a la circulación de personas y mercancías.
El capitalismo es un sistema obsoleto, y sus zarpazos y violencia vienen a demostrar que a quien verdaderamente temen es al pueblo organizado y a la solidaridad internacionalista.
Las «llamadas al orden» de ciudadanos extranjeros son patéticos gestos que vienen a demostrar que el sistema es incapaz de resolver los problemas que el mismo ha creado.
Denunciamos la expulsión del Embajador sirio Hussam Edin Aala, y exigimos que el Estado español reconsidere su postura y vuelva a admitir la representación diplomática de la República Árabe Siria al completo en nuestro país.
Además, seguimos denunciando el sistema de sanciones contra Siria y pidiendo su levantamiento. Y hacemos un nuevo llamamiento a la responsabilidad social de los medios de comunicación españoles, especialmente de los públicos, para que dejen de difundir las mentiras del Imperialismo, y abran los ojos a la pluralidad de la información y a la contrastación de sus fuentes.
Plataforma «No a la Guerra Imperialista» (Madrid – Estado español)
Colectivo Internacional «Ojos para la Paz»