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Con timbre de gloria

Fuentes: CubAhora

«No es delito, sino timbre de gloria, defender a su país contra el terrorismo. Si de modo similar hubieran sido infiltradas las bandas de agresores del 11 de septiembre de 2001, que sorprendentemente se entrenaron en los Estados Unidos, estos no hubieran tenido que lamentar los horrores de ese día. Sabe Dios cuántos males evitaron, […]

«No es delito, sino timbre de gloria, defender a su país contra el terrorismo. Si de modo similar hubieran sido infiltradas las bandas de agresores del 11 de septiembre de 2001, que sorprendentemente se entrenaron en los Estados Unidos, estos no hubieran tenido que lamentar los horrores de ese día. Sabe Dios cuántos males evitaron, no solo a Cuba, estos compañeros encarcelados, a los cuales se les ha concedido en su patria el altísimo honor de ser llamados Héroes». Son palabras del escritor Roberto Fernández Retamar sobre los cinco cubanos condenados a largas e injustas condenas en prisiones norteamericanas.

Este 7 de octubre acaba de salir en libertad uno de estos cinco hombres, René González, luego de cumplir trece años de cárcel, y la maquinaria que hizo posible convertir la gloria en delito ha vuelto a activarse en su contra.

El gobierno de Estados Unidos le ha impuesto a Gonzáles tres años más de «libertad supervisada» que deberá cumplir lejos de su familia y su país; mientras desde Washington, la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de representantes, Ileana Ros-Lehtinen lo llamó «enemigo de Estados Unidos» y «villano» con «las manos manchadas de sangre». Quien así se expresa es la misma persona que recibió como héroes en Abril pasado a varios integrantes de la brigada mercenaria que en 1961 invadió Cuba a cuenta de la CIA, ocasionando numerosas muertes de civiles inocentes.

Villanía y daño a los intereses de Estados Unidos hay en el comportamiento de Ros-Lehtinen. Ella trasluce el ensañamiento con que la ultraderecha cubanoamericana ha visto en estos cinco hombres la oportunidad de descargar todas las frustraciones acumuladas en cincuenta años de derrotas contra la Revolución cubana. Desde los primeros planes aprobados por el presidente Eisenhower, hasta el intento de secuestro del niño Elián González, en que la congresista se implicó personalmente, la alianza del extremismo anticastrista con las sucesivas administraciones norteamericanas no ha hecho sino desacreditar a Estados Unidos.

En cuanto a la dramática alusión a la sangre por la señora Ros Lehtinen, Gerardo Hernández -el más duramente castigado de los cinco cubanos, que cumple dos cadenas perpetuas más quince años por un delito que hasta el propio gobierno norteamericano desestimó– expresó en su alegato, pronunciado el 12 de diciembre de 2001 en Miami: «la única sangre que podría haber en estas manos es la de mis hermanos caídos o asesinados cobardemente en las incontables agresiones y actos terroristas perpetrados contra mi país por personas que hoy caminan tranquilamente por las calles de esta ciudad».

Son esas personas, muchas de ellas protegidas por la congresista cubanoamericana, las que, como ha denunciado la esposa de René González, amenazan la integridad física del hombre que a partir de hoy enfrentará el peligro de transitar las calles de un país cuyo gobierno le considera enemigo.

Con el timbre de gloria de los que no claudican, René González abandona la prisión este 7 de octubre. Pendientes de él estarán millones de cubanos y muchas otras personas en todo el mundo para que no sea una nueva víctima entre los más de tres mil cubanos a los que el terrorismo ha segado la vida. (Publicado en CubAhora)

Tomado de: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/10/07/con-timbre-de-gloria/