1. Desde hace días Turquía está siendo testigo de un genuino movimiento popular. Las acciones y protestas, que empezaron en Estambul y se han extendido por toda Turquía tienen un carácter de masas, legítimo e histórico. Lo más importante de todo es el cambio en el ánimo de la gente. El miedo y la apatía […]
1. Desde hace días Turquía está siendo testigo de un genuino movimiento popular. Las acciones y protestas, que empezaron en Estambul y se han extendido por toda Turquía tienen un carácter de masas, legítimo e histórico. Lo más importante de todo es el cambio en el ánimo de la gente. El miedo y la apatía se han superado y la gente ha ganado autoconfianza.
2. El Partido Comunista de Turquía ha sido parte del movimiento popular desde el comienzo y ha movilizado a todas sus fuerzas, tratando de incentivar el carácter proletario y revolucionario del movimiento, esforzándose para impregnarlo de una actitud madura de disciplina, ha organizado numerosos actos y manifestaciones. En este proceso, las fuerzas policiales han llevado a cabo fuertes ataques contra nuestra sede en Ankara. En toda Turquía, varios miembros del partido han sido heridos y detenidos. Ha habido varios intentos de secuestro de cuadros de nuestro partido. Pero las provocaciones contra nuestro partido han sido derrotadas.
3. Nuestro énfasis sobre el papel del TKP no pretende subestimar la naturaleza espontánea del movimiento o la contribución de otros actores políticos. Al contrario, el TKP insiste en que este movimiento tiene un aspecto que va más allá del impacto de uno u otro actor político o de cualquier tipo de oportunismo político.
4. El mensaje de las masas al gobierno para que dimita es una absoluta verdad de este movimiento. Aunque es obvio que una alternativa de izquierda no puede construirse «ahora mismo», esta exigencia debe expresarse con claridad. Esta opción para el pueblo trabajador puede generarse únicamente mediante el aprovechamiento de la energía que ha surgido en este momento histórico. El TKP se centrará en esto y denunciará el verdadero sentido de alternativas como «la formación de un gobierno nacional», que es seguro que se planteará para engañar a las masas trabajadoras al hacerles pensar que la crisis puede superarse de esa manera.
5. Sin duda, los detentadores del poder político intentarán calmar a la gente, instituir mayor control e incluso intentarán utilizar la situación para su propio beneficio. Es posible que logren éxitos temporales. Incluso en ese caso, el movimiento popular no habría sido inútil. El TKP está preparado para un período de tenaz pero intensa lucha.
6. Para actuar de forma concertada, diferentes ramas del movimiento socialista que comparten objetivos y preocupaciones tienen que analizar la aparición de este movimiento popular inmediatamente. El TKP, sin interrumpir sus tareas y actividades diarias, va a actuar con responsabilidad en lo referente a esto y se esforzará para crear un terreno común en línea con las exigencias urgentes que se expresan más abajo.
7. Para anular los planes del gobierno tendentes a clasificar y dividir al movimiento popular entre legítimo e ilegítimo, todas las fuerzas tienen que evitar dar pasos que puedan causar daño a la legitimidad del movimiento. Es el poder político quien ataca. La gente debe defenderse, igual que actúa correctamente, pero nunca caer en las trampas de la provocación gubernamental.
8. Mientras las masas cantan la consigna «gobierno dimisión», las negociaciones limitadas al futuro del parque Taksim-Gezi no tienen sentido. El gobierno pretende no entender el hecho de que la antigua balanza ha sido alterada de forma fundamental y de que no puede restaurarse. Todo el mundo sabe que el movimiento popular no es el producto de la susceptibilidad hacia los árboles del parque Gezi. La ira del pueblo va más allá de los proyectos de transformación urbana: se trata del terrorismo de mercado, de las abiertas y directas intervenciones en los diferentes estilos de vida, el americanismo y la subordinación a los EEUU, las políticas reaccionarias o la enemistad con el pueblo sirio. El AKP no puede engañar a la gente con un discurso del tipo «plantaremos más árboles de los que talaremos».
9. Mientras nos ponemos manos a la obra para crear una alternativa del pueblo trabajador, el movimiento necesita apoyarse en algunas demandas concretas. Estas demandas son válidas en el caso de que dimita el gobierno o Erdogan:
a) El gobierno debe anunciar la cancelación de los proyectos que implican la demolición del parque Gezi y del Centro Cultural Ataturk.
b) Libertad para los detenidos durante la resistencia y retirada inmediata de todos los cargos contra ellos.
c) Todos los funcionarios cuyos crímenes contra el pueblo sean demostrados por los informes de las comisiones que ha formado la Unión de Colegios de Abogados y los Colegios locales deben ser relevados de sus tareas.
d) Deben cesar los intentos de dificultar el derecho de la gente a obtener noticias veraces sobre los acontecimientos.
e) Deben cesar todas las prohibiciones relativas a reuniones, manifestaciones y marchas.
f) Deben retirarse todos los obstáculos de facto o de iure que impiden la participación política del pueblo, incluyendo la barrera electoral del 10% y los artículos antidemocráticos de la «ley de partidos políticos».
g) Deben cesar todas las iniciativas puestas en marcha para tratar de imponer un estilo de vida único a todo el pueblo.
10. Estas demandas urgentes en ningún caso afectarán a nuestro derecho y obligación de continuar con la oposición al poder político. La reacción popular al gobierno debe reforzarse y se deben centrar los esfuerzos en plantear una verdadera alternativa al escenario político.
11. La bandera turca de la estrella y la luna, en la que se envolvían quienes realizaban los ataques reaccionarios y chovinistas contra los trabajadores, la gente de izquierda y el pueblo kurdo tras el golpe militar fascista del 12 de septiembre de 1980 ha sido quitada ahora por el pueblo de las manos del fascismo y entregada a las honorables manos de Deniz Gezmis y sus camaradas, como bandera en manos del pueblo patriótico.
12. El movimiento popular, desde su inicio, ha ignorado la siniestra estrategia tendente a enfrentar a una comunidad con otra en Turquía. Esta actitud debe mantenerse con sumo cuidado, dejando sin espacio al chovinismo o al vulgar nacionalismo.
13. A nuestros hermanos y hermanas kurdos, ya les dijimos que «No puede haber acuerdo de paz con el AKP». No puede haber acuerdo con un poder político a quien su propia gente ha dado la espalda, y cuya verdadera cara ha sido desvelada. Los políticos kurdos deben dejar de «albergar esperanzas de continuar hablando con el AKP» y convertirse en un fuerte componente de un movimiento popular unido, patriótico, laico y trabajador.
14. Nuestros ciudadanos que han perdido la vida a manos de la policía o del poder político, han sacrificado sus vidas en nombre de una lucha justa e histórica. El pueblo nunca olvidará sus nombres, y quienes son responsables de sus muertes responderán ante la ley.
Comité Central Partido Comunista de Turquía, 4 de junio de 2013
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