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Critica a la caverna (II)

Fuentes: Rebelión

Se impone el silencio que hace olvidar los robos, explotación y represión ejercidos por los poderosos. Es capitalismo.

Decía en un artículo anterior en Rebelión Crítica a la caverna, que «Toda lucha contra el Poder, es la lucha contra la historia oficial, la violencia, el lenguaje y el silencio que imponen los poderosos», párrafo escrito en referencia a que es el sistema de poder el que define/legisla/regula las interrelaciones sociales, lo permitido y lo prohibido de toda conducta, y ponía como ejemplo la situación en Cataluña, en la que la población [1] se veía inmersa en un proceso independentista, dentro del cual, una parte importante de la misma, integra en su saber popular discursos sobre robos y agravios, banderas y emociones, diferencias identitarias, etc., discurso encaminado a que se crea por los catalanes que, con la separación del Estado español se solucionan todos los males .

Volver a decir que debían tener derecho a votar (que menos en un régimen democrático, aunque este sea de baja calidad), el derecho a decidir nunca se les permitirá, ya que esto, decidir, es prerrogativa de los dirigentes/elites que promueven el nacionalismo separatista unilateral y los defensores de mantener el statu quo nacional/español vigente.

Repetir que lo que se esconde tras esta disputa territorial -que no social en un principio-, es la lucha de dos nacionalismos rancios y corruptos en confrontación por parcelas de Poder y su deseo de hacer olvidar su implicación directa a titulo de beneficiados/financiados con la corrupción/saqueo de lo público a través de partidos políticos en el gobierno y empresarios modélicos. Como se puede colegir, capitalismo liberal en acción.

PDeCAT y PP son partidos nacional/capitalistas de derechas, con responsables directos en las tramas de corrupción, enriquecimiento y financiación ilegal. Cierto es que, esto no impide que sean apoyados por otros partidos/intereses en sus maniobras, y en la construcción de los discursos justificativos de las acciones emprendidas.

El PDeCAT es apoyado por sendas fuerza de izquierda (según tertulianos y analistas políticos), ERC Y CUP, aunando fuerzas que unilateralmente, y en minoría de votos, declaran una republica, republica que, como todos sabemos, no sería una republica democrática o social, sino una republica capitalista en la que la población continuará estando igual, si se es optimista.

Estos partidos políticos, junto con otras asociaciones nacionalistas, engañan desde el principio a los catalanes al hacerles desear una supuesta independencia y ocultarles las consecuencias, así como que, no es posible la independencia sin controlar territorio y fronteras, y que no se puede arrebatar el control del territorio a un Estado sin usar violencia -no poca-, queriendo enfrentar al mismo una resistencia pacífica de los ciudadanos, esto es; poner una masa humana entre ellos -los dirigentes políticos- (que estarían en las instituciones), y la fiscalía, jueces y fuerzas de seguridad del Estado.

¿Qué decir del nacionalismo centralizador del PP? Este partido, además de tener mil afiliados con responsabilidad política, encarcelados o imputados por todas las formas de corrupción posibles, es el partido que está al mando del poder estatal, Un partido en el que sus fundadores tienen historial franquista y que acoge y tiene relaciones de hermandad con organizaciones de extrema derecha y neonazis.

Es verdad que les hermanan lazos ideológicos y añoranzas, como el deseo de España, Una, Grande y Libre, banderas e himnos les acerca, pero también la idea de un país fuertemente jerarquizado, con clases diferenciadas, en las que cada uno sepa el sitio que le corresponde por nacimiento (Ortega y Gasset), que la masa apoye al líder -jefe o caudillo-, y sobre todo, se sienta orgullosa de su raza y patria: nacionalismo en estado bruto. Recibe el apoyo del PSOE y Ciudadanos en este trance, partidos estatales, y gobierna apoyándose en partidos nacionalistas canarios y vascos -como antes de los catalanes-.

No nos engañemos, el nacionalismo de Cataluña es tan burgués y pequeñoburgués, egoísta y corto de miras, como el españolista, siendo lo contrario del internacionalismo, opuesto este a un elitismo xenófobo, así como a encerrarse en el interés particular e insolidario.

Burgués y pequeñoburgués es olvidarse de las actuaciones políticas, recortes y represiones del gobierno correspondiente y recitar el mantra que habla de deslealtades, o robos y agravios del exterior, cuando todo se resume a un tema de impuestos y privilegios. Hablar de emociones y sentimientos resumiéndose estos en la interiorización de ideas/ideología no pensadas ni contrastadas por la mayoría, a diferencias identitarias [2] o hecho diferencial [3] , que esconden racismo y elitismo, además de un cierto complejo de inferioridad; en fin, a la premisa de que los otros (no nacionalistas o habitantes del resto del Estado) son culpables de lo que me/le pasa a mi/la nación. Nacionalismo pequeñoburgués es clamar por boicots y la represión del Otro, insultarle y pitarle, agresiones que ponen cimientos nazi/fascista, ambos nacionalistas.

La gran burguesía, es internacionalista, global, y no apoya este tipo de aventuras cortas de miras, a menos que vea clara la obtención de ganancia sin riesgos. La huida del IBEX afincado en Cataluña es demostrativa, así como la subida del mismo índice al aplicarse el art. 155 de la Constitución española.

El acto instituyente [4] /constituyente neoliberal (da igual la parte/nacionalismo que lo utilice), solo es listeza/justificación de cara a sus seguidores, y actuación de hechos consumados frente al otro. Es atribuir a los dirigentes políticos/económicos capacidades de conocimiento de las leyes, cuando todo se reduce al intento de su utilización en base a sus intereses, astucia utilizada para autoproclamarse como legítimos, cuando las más de las veces, no llegan a tener una mayoría de los votos estatales o territoriales, aunque sí la capacidad de manejar fondos públicos que les permiten construir narraciones perfectamente preparadas para la reproducción del poder en Su territorio.

Siendo esto así, cabe recordar que el sujeto es responsable de lo que hace en sus interrelaciones, incluso cuando ejerce/delega con su voto, por lo que no debe dejar de ejercer la crítica en ningún momento, aunque solo sea por interés personal, egoísta. Ser masa [5] no mejora tus condiciones de vida si sigues a los que ordenan. Las luchas entre poderes siempre están ligadas a lo económico, las guerras casi siempre han sido nacionalistas [6] , pero hay que recordar que las guerras son suyas, de las elites -por riqueza y poder- y los muertos son de las «clases populares».

Sigue la ceremonia de la confusión social a manos de las elites dirigentes de la economía/política, y el sujeto social se posiciona acríticamente, dando rienda suelta a lo que se acostumbra y al culto de los mitos. El Otro es el enemigo porque lo dice el Poder que dirige, la violencia es legítima contra quien se sale de SU tribu, el lenguaje torticero criminaliza; es la Idea que previamente mata al oponente/el otro. Se impone el silencio que hace olvidar los robos, explotación y represión cometidos por los poderosos. Es capitalismo, y es nacionalismos enfrentados construyendo ética de tribu. [7]

Las gentes [8] miran las instituciones nacionales como si fueran órganos sin intereses y neutros. Espontáneamente parecen saber que los conceptos que utiliza Su poder, son correctos, mucho más si estos conceptos criminalizan y segregan a incorrectos políticos que practican una mirada social diferente. No les importa, en principio, la respuesta internacional a sus acciones, olvidando que la respuesta internacional a los nacionalismos no pueden dejar de ser ética de tribu como globalidad; la aceptación de que, aun con distancias culturales entre unos pueblos y otros -sus lenguas, costumbres y tradiciones, su simpatía o frialdad en el trato-, se quiera o no, existe -y se desea su permanencia- la identificación en cuanto a la economía y condicionamientos sociales, piedra angular del modelo social que quiere la pujanza del capital.

Ahora bien, dentro del capitalismo, y en cuanto a lo que se conoce como España, la descomposición y la pérdida de fuerza de la legitimidad del Estado , cada vez más antisocial y represivo, dirigido por un Parlamento que no desea mejorar la democracia y las condiciones de vida de la mayoría de los españoles, virado escandalosamente a proteger los intereses de los poderosos económico/políticos, y sin casi capacidad de negociación con los poderes de las comunidades y sus nacionalismos, solo queda una solución política -no represiva- para desencallar en la inmediatez la confrontación con/entre nacionalismos y comunidades: tocar la Constitución española, de forma que desaparezca la monarquía parlamentaria y de paso a una republica de estados en federación.

Notas:

[1] Conjunto de habitantes de un lugar

[2] El movimiento identitario es un movimiento europeo iniciado en Francia en el año 2002 como un movimiento juvenil de extrema derecha. Defiende los derechos de los miembros de grupos específicos etnoculturales de Europa. La identidad cultural es el conjunto de valores, tradiciones, símbolos y creencias que conforman modos de comportamiento que cohesionan el grupo social, interiorizando en el sujeto social la idea de diferencia, como puntal en su sentimiento de pertenencia a unos intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura dominante. Otra vez racismo y egoísmo.

[3] En Cataluña, bailes, así como costumbres y lengua, no solo no están perseguidos, sino financiados, lo que permite que hoy existan más hablantes de catalán que en tiempos franquistas, a más, de ser hablado por la mayoría de los inmigrantes. La cultura es parecida a la de cualquier europeo mediterránea, por lo que se tiene que convenir que la diferencia consiste en tener un mayor PIB que otras comunidades y en un deseo de hacer reconocer a LOS OTROS, que son superiores, como todo nacionalismo, incluido el español. Tener como agravio derrotas militares pasadas es un despropósito.

[4] P articipio activo de instituir, o sea, el que instituye, formaliza, educa, adiestra, instruye, alecciona o ilustra a una persona, y el que erige, funda o crea alguna institución o corporación.

[5] Habitualmente no se usa de forma neutra, sino con intención ideológica, al entenderla como posible sujeto común de liberación. Guarda estrecha relación con conceptos como muchedumbre, plebe, pueblo, chusma, etc., así como con la expresión griega hoy polloi: los muchos, la mayoría.

[6] Recordemos que en la I Guerra Mundial, las llamadas «clases populares» europeas, en un delirio nacionalista, se alistaron voluntariamente de forma masiva para combatir, y que masivamente fueron muertos y heridos ( La Primera Guerra Mundial dejó entre nueve y diez millones de muertos y unos veinte millones de soldados heridos. Las víctimas civiles se contabilizaron en más de siete millones) .

[7] La ética de la tribu es todo el aprendizaje, tradición, domesticación, gobernación, sumisión, cultura transmitida en cualquiera de sus formas, que marcan antropológicamente al sujeto, pero que el individuo responsable de sus actos, interioriza y repite. En la abstracción tribu se horizontaliza una humanidad que antropológicamente bebe de lo mismo, en la que la pirámide social es innegable y no abstracta, pero en la que la ética de la tribu, aunque emane en gran medida de las élites, es asumida e integrada por casi todos. https://carlosgosto.files.wordpress.com/2017/09/la-c3a9tica-de-la-tribu-poder-dominacic3b3n-y-sumisic3b3n.pdf

[8] Conjunto indeterminado de personas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.